Diputadas oaxaqueñas, fama arrabalera

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slider_5Desde su llegada al recinto legislativo no quiso pasar desapercibida: lentes oscuros, suéter morado cerrado y corto, blusón negro largo, bufanda negra (con la que inútilmente trataba de cubrir una gruesa cadena y medalla de oro), mayón crema, botas cafés y celular en mano.
“Contijo noj partimoj la madre a la hora que quieraj”, gritaba arrebatada con un excelso lenguaje arrabalero a las puertas de la máxima tribuna del pueblo de México.
En el llamado “chacalódromo” de la Cámara de Diputados Federal -ubicado en el pasillo que conduce a la sala de prensa y uno de los accesos al salón de plenos- el legislador federal del PAN Guillermo Zavaleta Rojas ofrecía una conferencia de prensa.
“La alianza en Oaxaca está caminando por buen camino, ese es el temor de Ulises Ruiz, de perder la impunidad con que se maneja, las canonjías y los fueros, este tipo de acciones son los pataleos de una persona desesperada”, respondía Zavaleta Rojas a las amenazas del diputado federal del PRI Héctor Pablo Ramírez de dar a conocer videoescándalos en contra de panistas.
Iniciaba la sesión de preguntas y respuestas con los representantes de los medios de comunicación, cuando arribaron las diputadas priístas Margarita Liborio y Sofía Castro Ríos.
Liborio celular en mano informaba a su interlocutor de las declaraciones de Zavaleta Rojas y pedía autorización. “¿Le parto su madre a Zavaleta?” -según consta en una grabación de celular- esperó unos segundos y enseguida colgó.
La respuesta fue inmediata, una voz chillona, salida de la zona abdominal de la concurrencia, trataba desesperadamente de irrumpir la conferencia de prensa. “¡Pelón culero, diles cuánto te dieron!”, gritaba Castro Ríos, vestida como capo de la política, con traje sastre a rayas y blusa a cuadros.
“Ya no estéj madreando a Ulisej, no te metaj con cosaj personalej”, soltaba fuera de sí Liborio Arrazola.
El diputado originario de Santa Catarina Juquila respondía atento a las preguntas de los periodistas, quienes manifestaban su malestar por la irrupción violenta de las legisladoras oaxaqueñas y les pedían respeto a su trabajo.
El congresista del PAN dio por terminada la conferencia y se perfiló a la entrada del salón de plenos, en donde se realizaba la primera sesión ordinaria del año, pero su caminar fue interrumpido bruscamente por las priístas.
Convulsionada emocionalmente, Liborio con un manotazo en el pecho detenía de golpe a Zavaleta Rojas, mientras Castro Ríos, con su diminuta estatura ( física e intelectual), lo jaloneaba de un brazo, empujaba de un hombro y exhibía también un glosario de improperios.
- ¡No estéj madreando al gobernador, acecta wey, a la hora que quieras noj partimoj la madre!, vociferaba Margarita Liborio, mientras jaloneaba y manoteaba al panista.
- Ustedes son unas damas, alcanzaba a responder Zavaleta a la invitación violenta de las priístas.
Los jaloneos y empujones de Liborio y Castro subieron de tono. “Esta es una agresión de las diputadas priístas”, decía el juquileño.
- ¡Se hombrecito, acepta que haj recibido dinero y no estej puteando a Ulisej, porque contigo nos partimos la madre a la hora que quieras!-- retaba la diputada costeña.
- Este es el tipo de porrismo que hay en Oaxaca--reprochaba Zavaleta, mientras Liborio lo jalaba de la solapa.
- ¡Tu y yo somoj paisanoj y noj partimoj la madre a la hora que quieraj! --retaba nuevamente Liborio.
- Estas son las diputadas de Ulises Ruiz-- remató Zavaleta y se alejó del avispero de reporteros y sus agresoras que manifestaban una excitación descontrolada.
Los días siguientes fueron de vergüenza para el pueblo de Oaxaca, porque de esta manera es en cómo se dieron a conocer, a través de los medios de comunicación, a nivel nacional e internacional las dos diputadas del PRI, fue tanta la fama que alcanzaron que periodistas, escritores e intelectuales les han dedicado algunos sobrenombres, como Germán Dehesa, que llamó a Liborio “Kid Mezcales”, o la nueva versión de “la Guayaba y la Tlayuda”, “La Chupitos y la Chimoltrufia” o “Margara Liborio Francisca”.
Hubo quien hasta una cumbia les compuso, que fue presentada en la cadena Radio Fórmula, con Carlos Loret de Mola, y ahora son referencia también en el lenguaje folclórico que se utiliza en los golpes y la lucha libre popular al decir a los luchadores rudos que parecen “diputadas oaxaqueñas”.