En Juchitán, ofrenda a Víctor de la Cruz, Pepe Molina y Guillermo Coutiño

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Juchitán.- En el municipio de Juchitán de Zaragoza se recordará a tres personajes de la Cultura del Istmo de Tehuantepec, con motivo de la fiesta de Todosantos, que allá se llama en zapoteco Xhandú o Biguié. 

 

Esta celebración de realiza en Juchitán los días 30 y 31 de octubre, diferente a la tradición nacional que son los días 1 y 2 de noviembre. El día 2 se van a dejar las flores de los altares al Panteón Domingo de Ramos de Juchitán.

 

Serán recordados en su primer todosantos dos nacidos en Juchitán, Víctor de la Cruz Pérez, investigador, escritor y poeta, y José Sánchez “Pepe Molina”, músico, compositor, extraordinario requintista; así como Guillermo Coutiño Archila, nacido en Acapetahua Chiapas y radicado en Juchitán hasta el día de su muerte, antropólogo, activista político y gestor cultural.

 

La ofrenda a los tres difuntos será en la Casa de la Cultura de Juchitán, los últimos días de octubre, con lo cual se rendirá homenaje a los tres personajes que murieron el mismo año de 2015. La ofrenda de Todosantos se realiza, precisamente, al año del fallecimiento y, por lo menos, en los dos años siguientes.

 

Biguié y Xhandú (Todosantos)

 

Con esa ofrenda homenaje también se ofrecerá el conocimiento del Todosantos en la cultura zapoteca del Istmo de Tehuantepec, en este caso de la Ciudad de Juchitán, donde aún se conserva el prehispánico Biguié, sencillas ofrendas que viene de los orígenes de la etnia, junto al españolizado Xhandú, que alude al Todosantos de la religión católica.

 

El Biguié es un retablo de flores, con la amarilla flor de cempasúchil y la roja cresta de gallo, colocado en forma vertical sobre las mesas del santo (capillas hogareñas), que pueden ser de carrizo, madera o petate. Sobre las que penden flores, frutas, panes, tamales. Además de otros productos colocados en el piso que se ofrecen a los fieles difuntos.

 

El altar es como una escalera de madera de 9 pisos (¿el 9 —99— de la prehistoria de la religión judeocristiana?), más espectaculares y más prácticos para la colocación de las ofrendas, sobre todo cuando los difuntos ya son muchos, pues tienen más espacio en esas nueve gradas para satisfacer los gustos culinarios de los esperados, además del piso donde se colocan las velas, cocos y demás ofrendas que no son comidas elaboradas.