Prostitución infantil

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prostitucion_infantilEn cifras oficiales del gobierno mexicano cada año hasta 20 mil niños son vendidos a pedófilos y 10 mil más a prostíbulos para ser explotados sexualmente. No puede haber crimen más atroz y abominable que éste, cometido contra los niños del mundo, y nuestro país no es la excepción.
El turismo sexual que involucra a menores ha ido en aumento en Acapulco, Cancún, y en las ciudades fronterizas como Ciudad  Juárez, Tijuana, y Tapachula. Los pedófilos extranjeros que solicitan esto, en su mayoría proceden de los Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental.
Menores de edad  de otros países son traídos a México para su explotación sexual y laboral. Especialmente centroamericanos, han sido sujetos de explotación agrícola en el sur de México, y las niñas son obligadas a laborar en cantinas y prostíbulos y a pedir limosna.
Muchos infantes están en tránsito hacia los Estados Unidos y en su mayoría viajan solos, engañados con promesas de reunirlos con sus familiares, lo cual los hace vulnerables y presa fácil de estas redes de trata de personas.
Niños rurales, fácil presa
Nuestros niños mexicanos corren una suerte similar, los que son sacados con engaños de sus comunidades en regiones rurales con falsas ofertas de trabajo y de  un mejor nivel de vida para sus familiares, estas niñas por las mañanas son explotadas laboralmente, y en las noches son obligadas a prostituirse, en lugares como México, Tlaxcala, Puebla.
Un  caso así  vivieron unas jovencitas de Tijuana, dos hermanas  de 13 y 16 años quienes fueron engañadas con promesas de trabajo en un circo, desapareciendo sin dejar rastro alguno.
Después de dos años a través de una investigación de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (FEVIMTRA), se recuperó a estas niñas en Tabasco. Por las mañanas eran explotadas laboralmente en el circo y por las noches el dueño del circo las prostituía.
Así enganchan a las víctimas
Otra manera en que esta red criminal opera últimamente, es a través de redes sociales de internet; a veces sólo 15 minutos le toma al proxeneta enganchar a  su víctima con espejismos de hacerlos artistas, modelos o cantantes de tv. Les prometen una vida de oropel pero terminan siendo víctimas.
Generalmente son mujeres jóvenes las encargadas de engancharlas, para darles confianza, y son ellas las que personalmente viajan hasta el lugar donde radica la víctima.
Les dan indicaciones a la víctima del lugar y el día en que van a traerlos, también les dicen como borrar todos los archivos de la computadora en la que han estado en contacto para no dejar evidencias, los menores son sacados en líneas de autobuses de segunda clase que no llevan un control sobre  los pasajeros y expiden los boletos sin registro.
Hombres y niños mexicanos son traficados desde el sur hacia el norte de México para realizar trabajos forzados. Una ruta es Puebla-Veracruz, permanecen unos días en la primera ciudad en una casa de seguridad, subiendo luego por el norte del estado de Veracruz hacia Reynosa, quedándose unas ahí; otra ruta tiene como destino final Estados Unidos.
Esta actividad ha formado un mercado mundial caracterizado por la crueldad y perversión del que son víctima los menores. Según cifras oficiales de la Organización Internacional del Trabajo, 100 millones de niños en el mundo son explotados laboralmente y en su mayoría también terminan siendo abusados sexualmente.
Apenas una propuestas de gobierno
Ante esta creciente problemática social la Comisión de Equidad y Género del Senado de la República presentó un punto de acuerdo en el que exhorta al Poder Ejecutivo Federal que a través de la SEP en coordinación con el sistema DIF nacional y en las entidades federativas el IMSS, ISSSTE, PGR, SER, INM, SSA, entre otras instituciones, realizar acciones para detectar, frenar y prevenir estos crímenes contra la niñez; pide también al Ejecutivo Federal que a la brevedad posible se expida el Reglamento de la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas, y se abra un capítulo que aborde específicamente el problema migratorio de mujeres y niños.
Finalmente, el combate a estos aberrantes ilícitos tiene que ser conjunto,  donde debe integrarse la sociedad civil, tenemos ese deber moral, no podemos permanecer indiferentes ante esta terrible problemática que ya nos rebasó. Estamos obligados a cuidar y  defender a nuestros niños de abusos sexuales, evitar que los agresores gocen de impunidad, ya sean enganchadores profesionales, líderes religiosos, profesores, trabajadores de la educación o hasta familiares.
No debemos permitir más negligencia contra los menores: la gran corrupción, la apatía de las autoridades escolares, el mal desempeño de los Ministerios Públicos para documentar los casos y los jueces que no sentencian con todo el peso de la ley a los culpables. Porque el futuro de los niños es siempre hoy.