Sección 22 para principiantes

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Cuauhtémoc Blas

 

Quién iba a pensar que 10 años después uno de los principales líderes que apoyara el movimiento magisterial y popular de la APPO en 2006, el entonces senador Gabino Cué, hoy estaría contra ese mismo magisterio. Quién iba a decir que aquél candidato de la “Paz y el progreso”, quien desde ese movimiento se catapultó rumbó a la gubernatura, y en su campaña de 2010 arengara trémulo “Nunca más un gobierno represor”, hoy estaría compartiendo responsabilidad por los 9 muertos en Nochixtlán.

 

Con justa razón los maestros con preparación y responsabilidad, quienes en silencio realizan su labor cotidiana de formar a niños y adolescentes, algunos que han educado a los infantes en todos los grados de primaria, desde primero hasta sexto, que han colaborado con la población en la búsqueda de solución de sus necesidades, redactando oficios, aclarando ideas, sirviendo, con justa razón, decíamos, se sienten agraviados cuando se les incluye en las críticas al magisterio oaxaqueño, pero sobre todo a su dirigencia sindical de la Sección 22 (S 22).

 

Sin embargo, lo bueno se pierde en las estadísticas generales. Porque es innegable que Oaxaca desde hace décadas se encuentra entre los últimos lugares de calidad académica. Junto con Chiapas y Guerrero nos alternamos en el último lugar en español y matemáticas, al grado que en años hemos tenido cero de calificación en esas asignaturas como entidad. Hoy estamos con un promedio de 7 año de escolaridad por debajo de la media educativa del país que es de 9.

 

Perdidos 8 ciclos en 36 años

 

Según estudios, en estos 36 años de movimiento magisterial, por los paros y movilizaciones, Oaxaca ha perdido 8 años de educación básica. Lo cual hasta empíricamente podemos constatar. No hay año que se cumpla íntegro el ciclo escolar de 200 días, por esta agitación permanente cuando mucho se imparten 170 días, pero hay años como en 2006 que durante cinco meses el magisterio no estuvo en las aulas.

 

Actualmente se ha rebasado el mes, con días perdidos consecutivamente fuera de las aulas por el conflicto que se vive. Extrañamente casi nadie habla de los niños, del gran daño a los infantes; nadie repara en que ellos son la esencia, la razón de ser del sistema educativo. Y si los maestros no enseñan, si no cumplen objetivos y calendario escolar, pues carece de sentido el gasto millonario que se hace en sus salarios.

 

Por todo esto, desde cuando debieron encenderse los focos rojos de la educación en Oaxaca, es realmente grave la situación del sistema educativo estatal. Por supuesto que reformas radicales y lo más profundas posibles eran necesarias desde décadas atrás en Oaxaca (y en el país, pero nos ocupamos de la entidad) ante este panorama devastador. Bastante tarde, cuando la calidad del servicio se ha deteriorado demasiado.

 

Que quede claro que no nos referimos a la pertinencia de una reforma apresurada y mediocre como la del actual Reforma Educativa del gobierno federal, limitada sólo a los aspectos laborales y administrativos. Aspecto necesarios, pero insuficientes, falta la verdadera reforma académica.

 

Natural resistencia al cambio

 

De suyo todo cambio o reforma encuentra de manera natural la resistencia al cambio. Es casi normal que quienes están acostumbrados a una dinámica que dominan, ante cambios y nueva exigencias tengan como primera respuesta el rechazo. Eso se ha dado en muchas partes.

 

En el documental Esperando a Superman, testimonio de los cambios en la educación básica de las escuelas públicas de las zonas pobres de Estados Unidos, se ve esa dura resistencia de los maestros a las reformas en bien de los niños, anteponiendo su comodidad. Finalmente ante la presión de la opinión pública y la sociedad, cedieron.

 

Nicolás Maquiavelo escribió en El Príncipe que “El innovador se transforma en enemigo de los que se benefician con las leyes antiguas, y no se granjea sino la amistad tibia de los que se beneficiarán con las nuevas”.

 

Surge el movimiento magisterial

 

Desde 1980 surgió en Oaxaca el Movimiento Democrático de los Trabajadores de le Educación de Oaxaca (MDTEO), como se sabe contra la filial del PRI organización Vanguardia Revolucionaria que dominaba al magisterio de todo el país. Los motivos de la insurgencia eran variados, desde los bajos sueldos, los abusos de la burocracia de la SEP asociada a Vanguardia, hasta los largos retrasos en el pago de las quincenas a los profesores.

 

Desde ese año la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) queda en poder del magisterio disidente. En 1992 todo cambia para fortuna de la gremial cuando la Sección 22 es convertida por una disposición del gobierno del estado también en patrón. Inicia la era del Sindicato-patrón.

 

Si de suyo su fuerza numérica le daba un gran peso política, con esta concesión del IEEPO su fortaleza se potencia, su control para la movilización obligada de todo el magisterio magnificó su poder.

 

Por esa fuerza, para la S 22 diálogo siempre fue que se hiciera lo que ellos exigían. No había posibilidades de acuerdos paritarios, desde antes de ir a una mesa de “negociación” presionaban con su táctica de movilización-negociación-movilización. Primero la presión, antes de sentarse a “negociar”.

 

Heladio Ramírez entrega el IEEPO

 

Para que la dirigencia seccional aceptara sin contratiempos el proceso de descentralización educativa que impulsaba Carlos Salinas de Gortari, el gobernador Heladio Ramírez López negoció la entrega de direcciones importantes a la gremial con los cuales se dio un co-gobierno del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).

 

Aunque lo anterior es algo que se da en otros estados, donde el SNTE logra incrustar a sus miembros en la burocracia educativa estatal, en Oaxaca la Sección 22 logró articular una amplia camarilla que ubicó por todo el estado, arrebatando para sí más y más cargos de la burocracia del IEEPO. Posiciones de poder desde las direcciones generales de Pre escolar, primaria, educación física y educación indígena.

 

Las corrientes variopintas que conforman la S 22, de diferente signo, políticas, ideológicas, radicales con vinculaciones populares, se repartían los cargos en el interior del estado de acuerdo a su fuerza y sobre todo con el dominio de la seccional regional. Esta repartición y las políticas de alianzas para nombrar cada cuatro años a su Comité Directivo Estatal de la S22, conformó una sólida burocracia que unificó el poder sindical y el burocrático, esto es se hicieron juez y parte, sindicato y patrón.

 

Ese Comité Directivo se forma por acuerdos entre las cúpulas de las corrientes que dominan la máxima autoridad del magisterio que es la Asamblea Estatal, es un conclave de delegados, no el usual proceso democrático de votación universal.

 

La fuerza del sindicato-patrón

 

Quien no atendiera las disposiciones de la Sección sufría represalias de la parte patronal, desde la retención de su cheque a través de los llamados pagadores habilitados nombrados por la 22, hasta castigos mayores al tener también el control de los Supervisores de zona, jefes de sector y hasta llegar a las escuelas con directores de plantel. Hacer méritos académicos no era importante para la superación y estímulos del profesor, lo importante pasó a ser la participación en las actividades sindicales, en los paros y caminatas.

 

El “marchometro”, donde los delegados sindicales pasaban lista a los asistentes, quien faltara tenía que pagar 500, mil o más pesos de multa, de lo contrario recibía represalias. No promoción, sus horas no se incrementaba si era de secundaria, no apoyo para vivienda ni créditos, no obtenía permutas o cambios de adscripción. Por el contrario eran enviados lejos.

 

Es larga la relación de detalles del ejercicio del poder seccional, cada vez más arbitrario y cerrado, pero con esto puede quedar claro el poder que llegó a tener. Ningún director general del IEEPO duraba si ellos no lo querían ahí. Así que para no perder el cargo esa autoridad se cuidaba de no entrar en conflicto con la gremial. En los hechos era permitir que la 22 realizara todo tipo atropellos contra los docentes no adictos a sus métodos. A quien fallara como sindicalista se le castigaba como patrón.
El control corporativo fue pleno. No atender los llamados de los dirigentes-patrones era peligroso 60, 70, 80 mil maestros podían estar en la ciudad de Oaxaca de un día para otro. Con esta fuerza de presión, como el grupo de poder más fuerte de la entidad, podía poner en aprietos a cualquier gobernador. Dueños de la situación no tenían necesidad de negociar ni apegarse a un diálogo.

 

APPO-magisterio en 2006

 

En el movimiento de 2006 quedó claro el poderío de la Sección 22, durante cinco meses la ciudad de Oaxaca permaneció con barricadas y movilización constante. Un fuerte movimiento social, con un paro de labores en las escuelas con que se afectaron dos ciclos escolares, la marcha normal del comercio y el turismo, en suma con un gran daño económico a la entidad.

 

El típico plantón de mayo de cada año, durante 26 años, para “coberturar” (presionar) las negociaciones de su pliego petitorio anual al gobierno el estado, que en años anteriores ya no duraban más que una o dos semanas, en ese 2006 una orden inesperada de desalojo el 14 de junio inició la conflagración.

 

El errático gobierno de Ulises Ruiz envió 700 policías contra 10 mil maestros que acampaban en el zócalo de la ciudad. Rápidamente fue sometida la fuerza pública pero inició un conflicto que duró medio año o un poco más. La demanda principal se volvió la renuncia del gobernador Ruiz Ortiz, del Tirano como se le llamó o el Carnicero de Chalcatongo. Ese 2006 no se realizó la Guelaguetza.

 

Con apoyo de las organizaciones nucleadas en la Asociación Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO), misma que fue convocada y auspiciada por el magisterio para “coberturar”, como dicen, su movimiento, para ampliar la protesta social, lo cual lograron con creces. Después de tanto, muertos y lastimados, Ulises no cayó pero lograron la mejor negociación de su historia, iniciando el proceso de su inclusión en la zona de vida cara, que mejoraba sensiblemente sus salarios, lo que había sido su petición durante mucho tiempo, además de viviendas, créditos, etc.

 

Llega la Reforma Educativa

 

Al iniciar el gobierno de Enrique Peña Nieto, que arriba con todo para lograr las grandes reformas largamente pospuestas por los gobiernos panistas y priistas neoliberales de México, las llamadas reformas estructurales, que son tres: la energética, la hacendaria y la educativa. Logra con el Pacto por México de los principales partidos PRI, PAN y el colaboracionista PRD, hacer las reformas constitucionales.

 

El movimiento de la CNTE con la S 22 como principal protagonista se opone totalmente a la reforma educativa, Oaxaca es el último estado que homologa su constitución local con la federal para acatar el pacto federal e incluir las reformas en Oaxaca, después de ser conminado el Congreso local por la Suprema Corte de Justicia. La pugna iniciada desde el planteamiento mismo de la reforma arrecia.

 

Gabino Cué había sido desde su campaña y en los primeros años de su gobierno el mejor aliado del magisterio, defensor de sus causas, incluso exaltó su PTEO —la propuesta que la S 22 contrapuso a la reforma federal—, diciendo que era muy adecuado a las características de la entidad y con el PTEO se podrían “tropicalizar” las reformas. En 2015 Cué dio un giro radical y junto con el gobierno federal asestaron el más fuerte golpe al magisterio, al abrogar el acuerdo que otorgaba a la gremial el control del IEEPO desde 1992.

 

S 22 despojada del IEEPO

 

Desde el 21 de julio de 2015 cuando les quitaron el control del IEEPO la Sección 22 perdió la fuerza que tenía como sindicato-patrón. Los altos cargo de dirección que ellos reclaman haber ganado en su larga lucha como MDTEO, aunque en realidad se los otorgó de un plumazo el ex gobernador Heladio Ramírez, les fueron retirados para pasar a ser designados por el gobierno.

 

Esto en el marco de la disposición federal por aplicar los pasos de la mal llamada Reforma Educativa, que hasta ahora sólo es reforma laboral. Independientemente de si esta reforma repudiada por el magisterio es o no adecuada, la situación extremadamente baja de la calidad educativa de Oaxaca exige tomar medidas urgentes para rescatar la educación de los oaxaqueños.

 

Empero, la ineficacia de los funcionarios estatales pero sobre todo de los federales para poner orden en ese sistema ha hecho que una sola sección del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) la 22, tenga en riesgo a esa reforma que de ser la pretendida piedra de toque del gobierno de Peña es hoy la espada de Damocles que pende sobre su cabeza por la gran solidaridad que el excesivo uso de la fuerza pública contra maestros y pobladores despertó en varios estados de la república.

 

Más presos después de las elecciones

 

Una vez pasadas las elecciones estatales de junio reciente en 13 estados de la república, 12 con elecciones de gobernador, donde el PAN ganara 7 y el PRI 5, las órdenes de aprehensión contra los dirigentes de la S 22 arreciaron su ejecución. Al entrar a este proceso electoral hubo un momento en que las acciones para implantar la reforma se detuvieron.

 

Analistas políticos señalaron esa pausa o detención, no pelear con el sector del magisterio en esa nodal coyuntura parecía un sobrio cálculo político electoral. Pero pareció que al ser público este señalamiento el titular de la SEP, Aurelio Nuño Mayer retomó la dinámica, pues dirigentes regionales de la 22 cayeron presos en esa época electoral, Heriberto Magariño en el Istmo, por ejemplo.

 

Inmediatamente pasadas las elecciones la espada flamígera de Nuño Mayer cobró nuevas cabezas, primero Francisco Villalobos (“Chico Pelón”) y luego Rubén Núñez Ginés, secretario de organización y secretario general de la S 22 fueron aprehendidos y enviados a cárceles de alta seguridad. Un trato muy duro cual si en enojo contra ellos fuera mucho.

 

Las acusaciones de lavado de dinero son lo de menos, durante décadas todos los dirigentes de la 22 hicieron esos negocios con empresas proveedoras, ambos dirigentes están presos más por su oposición a la reforma educativa y sus procesos, que por delinquir. Si esperaban que este otro recurso de poder asustara a la masa magisterial y sus líderes menores, ocurrió lo contrario, la movilización creció así como las escuelas en paro.

 

Uno y otro y otro golpe hizo que los grupos y camarillas de la Sección decidieran pelear con todo pues en cualquier momento cualquiera de ellos podría ser el siguiente rumbo al penal de alta seguridad. S 22 y CNTE se crecieron al castigo, precisamente cuando tenían escasa convocatoria, de pronto la sucesión de golpes los fortaleció. Como hace 10 años, cuando el movimiento estaba en su nivel más bajo de participación, la represión de Ulises les dio fuerza y unidad. Paradógico, cuando ese movimiento languidece, ahí están los gobiernos para revivirlo.

 

Al final el estigma: “Gabino asesino”

 

Quien iba a pensar que 10 años después iba a suceder algo similar a lo del 2006, y menos que uno de los principales personajes que apoyaba el movimiento magisterial y popular con la APPO, el entonces senador Gabino Cué, hoy estaría dirigiendo la campaña violenta contra su base política de entonces, contra el magisterio de la S 22.

 

Quien iba a decir que aquél candidato de la “Paz y progreso”, quien desde ese movimiento se catapultó rumbó a la gubernatura de Oaxaca, y en su campaña de 2010 arengara trémulo “Nunca más un gobierno represor”, hoy estaría compartiendo responsabilidad por los 9 muertos en un solo día en el desigual enfrentamiento en Nochixtlán, en la Mixteca.

 

Pronto dejará el poder el gobernador del frustrado “cambio”, no sólo bajo acusaciones de malos manejos del erario y la exagerada e injustificable deuda pública, sino también con el estigma final que le imprimen sus antiguos aliados los profesores: “Gabino asesino”.