Inconcluso el ducto inaugurado por Peña Nieto

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Santa Rosa detiene el Corredor Interoceánico de PEMEX en el Istmo

Octavio Vélez Ascencio

Fotos: Carlos Hernández

 

Un pequeño poblado de 360 habitantes en el Istmo de Tehuantepec ha detenido el proyecto Corredor Interoceánico (Jaltipan-Salina Cruz) de PEMEX, de 200 millones de dólares. La comunidad ha decidido no permitir la sustitución de un viejo ducto, mientras no se rehabiliten otros ductos que pasan a unos metros de sus viviendas. No es exigencia simple, los riesgos son altos. “No es exagerado, estamos con un pie en el cajón” (de muerto), dicen.

 

SANTA ROSA, Asunción Ixtaltepec.- Como parte de la nueva política energética impulsada por su administración, el presidente Enrique Peña Nieto, en su primera visita a Oaxaca durante los dos años de su gestión, inauguró el gasoducto Jaltipan-Salina Cruz de Petróleos Mexicanos (Pemex), sin embargo, la obra sigue inconclusa.

 

Quien ha puesto en jaque su apuesta por crear el Corredor Interoceánico, con una inversión de 200 millones de dólares, es esta comunidad de apenas 360 habitantes, que ha decidido no permitir la sustitución de un viejo ducto en sus tierras, mientras no se rehabiliten otros ductos que pasan a unos metros de sus viviendas, ante el riesgo de una tragedia porque las instalaciones datan de los fines de los años 80.

 

Con un pie en el ataúd

 

“No es exagerado, estamos con un pie en el cajón” (de muerto), afirmó Don Carlos Alvarado Vásquez, uno de los habitantes inconformes.
Y no es una exageración, pues Santa Rosa —ubicada a unos cuantos metros de la Carretera Transístmica Acayucán-La Ventosa— se encuentra entre dos derechos de vía de Pemex.

 

El 39, donde se conglomeran tres ductos de seis, 10 y 16 pulgadas, que trasladan isobutano, amoniaco, gasolina y diesel. Y el 41, en el que se aglutinan dos ductos de 48 y 30, donde se desplaza petróleo crudo, así como uno más de 12, actualmente fuera de servicio, que era utilizado para el desplazamiento de gas licuado de petróleo.
En este último, es donde Pemex pretende establecer el gasoducto Jaltipan-Salina Cruz, aprovechando el trazo y renovando su sistema de tuberías.

 

Según un informe de Pemex, el ducto Jaltipan-Salina Cruz, que unirá al Golfo de México con el Océano Pacífico a lo largo de 300 kilómetros, trasladará gas natural de la terminal Pajaritos de Coatzacoalcos, Veracruz, a la refinería “Antonio Dovalí Jaime” del puerto oaxaqueño para sustituir el uso de cuatro millones 380 mil barriles de combustóleo pesado en sus operaciones y así se generarán ahorros por 173 millones de dólares.

 

Pobladores impiden ingreso de petroleros

 

Los habitantes de esta comunidad —fundada en 1954 con hombres y mujeres llegadas del municipio vecino de Santo Domingo Ingenio— han impedido desde agosto del año pasado el ingreso de personal de Pemex y el establecimiento del nuevo ducto para sustituir a la sarrosa y vieja red, en un tramo de aproximadamente dos kilómetros.

 

La obra inconclusa es manifiesta y visible a lo lejos ya que la serpenteante y blanquizca tubería procedente de Veracruz, a flor de tierra en un tramo y semienterrada en otro, desaparece cuando llega a Santa Rosa.

 

El hombre, dedicado al campo, dijo que la comunidad se inconformó inicialmente porque el personal de Pemex ingresó a sus tierras sin permiso de los propietarios y sin notificar sobre la realización de la obra.

 

“Primeramente, estos terrenos por donde pasa el gasoducto tiene dueños, son propiedad. Después, cuando nos enteramos que era gas natural nos espantamos, principalmente por la reciente tragedia en (el pueblo contiguo) de Chivaniza (donde hubo una fuga de amoniaco). Preguntamos al personal de Pemex qué estaban haciendo, pero no respondieron con un “no pasa nada”, para que estuviéramos tranquilos”, anotó.

 

PEMEX, empresa contaminante y abusiva

 

De este modo, subrayó que la comunidad determinó no permitir el paso del personal de Pemex e impedir la colocación de la nueva tubería hasta en tanto Pemex ofreciera las condiciones de seguridad por el riesgo del traslado de gas natural.

 

Pero también —asentó— hasta que Pemex restituya la tubería de los cinco ductos restantes porque no han tenido mantenimiento en los últimos 30 años.
“Esos ductos que transportan amoniaco y gasolina son viejísimos; si los tubos que están reponiendo para hacer el nuevo gasoducto ya están deteriorados y carcomidos, cómo estarán los demás. Me imagino que están en peores condiciones”, remarcó.

 

Detalló que el personal de Pemex se ha rehusado porque supuestamente no representan un peligro para la comunidad, a pesar de haberse presentado una fuga de amoniaco siete años atrás.

 

“Nos dicen que no, que no pasa nada, que tienen un aparato que corre por las tuberías para identificar donde se requiere la reparación, pero lo justo es que hagan una reparación total para correr menos riesgo y no estar tapando aquí o allá”, indicó.

 

PEMEX se adueña de terrenos

 

Resaltó que la comunidad también se opone al establecimiento del gasoducto porque Pemex ha ampliado el derecho de vía de 30 a 50 metros de cada lado de los otros ductos, dejando a las viviendas adentro o a unos metros de esa zona de restricción.

 

“Ya nuestras casas quedaron adentro; ahora resulta que estamos invadiendo el derecho de vía cuando es Pemex quien no está invadiendo”, refirió.
Ante esta situación, destacó que Pemex ha puesto en marcha un “plan de convencimiento” para lograr la autorización de la comunidad, pero faltando el respeto a los pobladores.

 

“En diciembre vinieron y regalaron dulces y despensas. Para mi es una mentada de madre, yo se lo dije a uno de ellos. Nos debe respetar y atender nuestra demanda de seguridad”, apuntó.

 

Aunque observó que Pemex ha modificado su estrategia y amenazó con la intervención del Ejército Mexicano y de la Marina para poder terminar la obra.
“Un ingeniero nos intimidó; nos dijo que si no aceptábamos mandaría a las fuerzas federales. Y así fue, a los pocos días un helicóptero de la Marina anduvo sobrevolando la comunidad para amedrentarnos”, añadió.

 

A pesar de esto, dijo que Santa Rosa “no quitará el dedo del renglón” y mantendrá su demanda hasta lograr una respuesta favorable de Pemex.
“Nos quieren intimidar con helicópteros, nos quieren comprar con dulces y despensas, pero eso no vale la vida de 360 habitantes”, terminó.

 

Sobre una bomba de tiempo

 

Tengo 89 años, también soy fundador de esta comunidad. En los años 70 trabajé en la instalación de la primera línea; como no había maquinaria se hizo a pico y palo. Pero desde esos años no se han arreglado los ductos. Tenemos una bomba de tiempo; estamos en riesgo miles de almas, desde aquí hasta Jaltipan. En la puerta de mi casa, tengo tres ductos. Además, (Pemex) amplía su derecho de vía y ahora ya las casas están encerradas”
Florentino Morales Alvarado.


Pemex, invasor de tierras, acusan

 

Esta comunidad se fundó en 1954, antes de la llegada de Pemex, antes de la introducción de los ductos. Venimos de Santo Domingo Ingenio; ahora dicen que las tierras por donde pasan sus ductos son de Pemex, mentira. Son nuestras, Pemex es quien nos está invadiendo con su derecho de vía que aumentan a cada rato”
Eusebio Morales Alvarado, fundador.

 

“Entraron sin pedir permiso”

 

Pemex ya no debería meter más tubos porque ya saben que hay casas; primero fueron las casas en la comunidad, luego llegó Pemex. Mi abuela me cuenta que cuando llegaron ni permiso pidieron. El peligro es bastante; hace unos siete años hubo una fuga de amoniaco por un tubo picado por viejo y no porque los hayan averiado. Fue por un tubo picado y no porque alguien lo haya averiado. Con esto, todos estamos en riesgo”
Claudia García Romero, ama de casa.

 

La huella en el Pacífico

 

La refinería “Antonio Dovalí Jaime” inició operaciones en el mes de abril de 1979, para elaborar los productos petrolíferos que cubran parte de la demanda nacional, basándose en las necesidades de consumo, además de realizar la exportación de crudo y destilados por las costas mexicanas del litoral del Pacífico.

Ha registrado un constante crecimiento que la ubica como la más grande del sistema petrolero de refinación en México, con capacidad para procesar 330,000 Barriles de Petróleo por Día (BPD) de crudo.

La distribución de los productos refinados se efectúa a través de la Terminal de Ventas Terrestre que abastece a la zona de influencia de Oaxaca; de Tuxtla Gutiérrez, Arriaga y Tapachula, Chiapas; así como de los estados de Veracruz, Tabasco, Yucatán y México.

Mientras que en la Terminal Marítima de Pemex Refinación se exporta el petróleo crudo y el combustible a través de buques-tanques a los estados mexicanos localizados en el litoral del Pacífico.