“Cerrar la UABJO un año”: profesor emérito

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helmesHa sido mucho el tiempo que Abraham Martínez Alavés ha esperado para retornar a la rectoría de la UABJO. Desde los primeros años del sexenio de Heladio Ramírez López, finales de los 80 del siglo pasado, con la expulsión de César Mayoral Figueroa de esa rectoría, Abraham fue nombrado rector interino y más tarde ratificado por Heladio, quien al culminar ese interinato lo hiciera diputado priista. Cargo que dejó y asumió su suplente Aquiles López Sosa.

Al iniciar este año Abraham se destapó en un desayuno que organizó expresamente para ello: será rector a través de su hijo Eduardo Martínez Helmes, actual secretario particular del rector Rafel Torres Avilés. No hay, dijo, ni habrá nadie mejor posicionado para la rectoría que su hijo Eduardo.

abraham_martinezAbraham, estrategia caciquil

Para llevar a cabo su pretensión, Abraham despliega una labor de su férreo control en escuelas y facultades de la Universidad, nada lo ha detenido en pos de la aventura de su vida: dominar (casi) personalmente la UABJO. Desde la creación de su sindicato SUMA, brazo ejecutor de sus acciones, con el cual ha logrado imponer a dos rectores, a Francisco Martínez Neri y a Rafael Torres Valdés. Y aunque ha logrado manejar en principio a sus rectores, éstos no siempre se apegaron a sus dictados.

Es largo el camino del nuevo cacique (sucesor del jefe porril Nahún Vásquez Carreño) de esa Universidad pública de Oaxaca, a la que paradójicamente todos los que ambicionan dirigirla esgrimen el discurso de la excelencia académica. Incluso los prospectos de Abraham también lo han ofrecido. Pero no ha sido eso, ni de lejos, lo que han hecho. Por el contrario, la UABJO está prácticamente desmantelada en lo poco que le quedaba de calidad académica.

La estrategia general de Martínez Alavés para apoderarse por completo de la UABJO es clara: crear las mejores condiciones para dominar por completo y sin competencia su institución, con un contexto general favorable para él: acabar con todo lo que pueda favorecer una masa crítica. O sea, el envilecimiento de la Universidad, el grado cero de calidad.

Tácticas del cacique

Dicha estrategia tiene como base, desde hace por lo menos casi una década, cuatro puntos tácticos en manos del jefe del clan familiar Martínez Helmes:

1) El control de su sindicato SUMA, de la planta de maestros y del mayor número posible de directivos de escuelas o facultades.

2) El control de la dirección de REDES, donde se concentran todos los archivos de alumnos y profesores. El director de este sistema es el vástago de Martínez Alavés, Abraham Martínez Helmes.

3) El control del rector en turno con su hijo Eduardo como secretario particular desde Martínez Neri. Desde esa posición el vástago es precandidato a rector.

4) El control de la violencia con el manejo de “porros” por medio del regalo de calificaciones y el manejo de los recursos de la Universidad.

SUMA de Abraham

Del primer punto, Abraham logró constituir, registrar y posicionar su sindicato, al escindirse junto con muchos otros del viejo STAUO, aunque este último aún conserva la titularidad del contrato colectivo de trabajo de los empleados académicos de la Universidad. Destacados profesores e investigadores se unieron con el neo cacique, aunque esto sólo duró dos pares de años; algunos de los investigadores adscritos a SUMA bien pronto mostraron su voluntad de servicio o de poder y se lanzaron con Fausto Díaz Montes a disputar al otro candidato de su misma organización gremial, Francisco Martínez Neri, la posición de rector hace siete años.

Fausto Díaz volvió a perder en las siguientes elecciones frente a Rafael Torres Valdés, ante la capacidad de maniobra y control de Abraham Martínez. En esta segunda ocasión Abraham logró consolidar su reputación de jefe de grupos y porros universitarios, con capacidad para realizar las más inesperadas alianzas con sus ex enemigos, como lo hizo con la ex rectora Leticia Mendoza Toro, así como aprovechar las diferencias de los otros grupos de poder al atraer al precandidato de la parte mayoritaria del dividido STAUO, Enrique Martínez, hoy secretario general de la Universidad. Con esta red de acuerdos que han derivado en complicidades lograron derrotar al candidato del STAUO Víctor Navarro.

Además de estratega y negociador sin límites, Abraham se consolidó como el aglutinador de todas las fuerzas importantes dentro de la universidad, lo cual ha permitido el crecimiento de su poder. Pocos son quienes dejan de aceptar el liderazgo del maestro Abraham. Esta parte táctica del neo cacique es esencial para sus planes. Y desde hace años avanza haciendo retroceder a la UABJO en todo: academia, investigación y difusión.

Para tener un número mayor de adeptos entre la planta docente, desde hace años empezaron a quitar grupos y alumnos a los maestros de tiempo completo, a los maestros eméritos y a todos aquellos comprometidos con la calidad educativa. Los profesores de asignatura que no se ponen a las órdenes del cacique y sus aliados, son prácticamente despedidos al dejarlos sin horas-clase.

A los maestros de tiempo completo, que no despiden, los dejan con unas cuantas horas aunque cobren el tiempo completo, pero sus horas son repartidas entre docentes adictos a la mafia universitaria. Con ello obtienen un número mayor de votos en el gremio de maestros, así como aliados para persuadir o amedrentar a los alumnos, regalándoles calificaciones o intimidándolos para apoyar los proyectos del jefe Martínez Alavés. Así logran ganar, primero, direcciones de escuelas, institutos y facultades y, con estos espacios de poder apuntalan mejor, finalmente, sus acechanzas sobre la rectoría.

Una nueva práctica denunciada recientemente, es que a los jubilados que daban clases les desaparecieron sus horas. No obstante que ellos no cobraban por las clases impartidas fueron prácticamente expulsados. Es el caso de dos profesores eméritos de la Facultad de Derecho: Antonio Aquino Aragón y Eloy Guillermo García Luis. Ambos han demandado al rector y al director de Derecho ante la Junta Local de Conciliación y arbitraje.

Lo mismo ha sucedido con profesores de otras Facultades, como la de Contaduría y Administración. Los agraviados se quejan de que quitan a los maestros calificados y meten en sus lugares a chamacos “porros”.

La corrupción se ha institucionalizado plenamente en la UABJO desde que fungió como rectora Leticia Mendoza Toro, quien descentralizó los cobros a las direcciones de facultades y escuelas, dejando el manejo del dinero al arbitrio de dichas direcciones. Hay muchos catedráticos pero la mayoría no está en nómina, no les paga la Universidad pero tienen horas de clase; el negocio de este tipo de catedráticos que ya ocupan el mayor porcentaje del profesorado es cobrar los exámenes ordinarios entre 100 y 500 pesos por alumno.

Hay quienes piden como pago por calificaciones, por ejemplo, una caja de brandy Solera, unos rines de aluminio, un equipo de sonido. Esto vuelve difícil la estancia de los alumnos pues hay jóvenes que no tienen dinero para pagar a los “maestros” de varias materias. Esta dinámica ha avanzado de tal manera que actualmente se calcula que del total de profesores un 75 por ciento cobra los exámenes ordinarios, extraordinarios y a título de suficiencia. De pronto los alumnos encuentran que les sale más caro estar en esta institución pública que en una privada, con la desventaja de que no aprenden.

uabjo_tomas_escuelas_facuREDES de control

La segunda táctica de la familia es con el control de sistema informático REDES. Desde la dirección de REDES se suprimen horas a los profesores de tiempo completo; por ejemplo, les ponen que están saturados sus grupos aunque sólo tengan 5 o 10 alumnos en cada grupo. Así, la dinámica arbitraria de correr profesores no sólo se da con los jubilados, también están dejando sin horas-clase a los profesores en proceso de jubilación y hasta muchos en activos.

La demanda de los maestros jubilados de la Facultad de Derecho tiene su defensa jurídica en que como profesores eméritos jubilados pueden seguir dando clases, lo cual está contemplado en los estatutos de personal académico de la UABJO y en el contrato colectivo de trabajo cuya titularidad tiene el STAUO, pero se hace extensivo a todos los académicos aunque no pertenezcan a ese sindicato.

Es vital para la familia el control del sistema informático REDES que concentra toda la información de alumnos y profesores, calificaciones y trámites, de todas las escuelas y facultades de la Universidad. Información que les sirve para negociar incluso prescindiendo de los profesores cuando es necesario para asegurar lealtades y favores a través del regalo de calificaciones o el castigo con los mismos, de exámenes ordinarios, extraordinarios o a título de suficiencia, así como trámites en general y hasta para exámenes profesionales y titulación.

Aunque este último negocio es una de las concesiones soberanas de las autoridades de escuelas y facultades. En Derecho, la venta de los títulos es en paquete y costaba hasta hace poco 50 mil pesos, desde la redacción del documento de tesis hasta la conformación del jurado y la aprobación de los mismos al examinado. Para quienes han colaborado en el porrismo y la defensa de los intereses de la familia hay descuentos.

Secretaría de vigilancia

La tercera táctica de la familia es controlar todos los movimientos y negocios del rector desde la secretaría particular del mismo, cargo que ostenta el hijo del cacique de nombre Eduardo. Desde ahí se controla y autoriza a quién recibe y con quién trata el rector, al mismo tiempo que se codea el prospecto a rector con todos los actores de la vida universitaria, crea compromisos y le deben favores rumbo a la campaña por la rectoría.

Tanto el director de REDES, Abraham Martínez Helmes como su hermano Eduardo, secretario particular del rector, hijos de Abraham Martínez Alavés, están en esos cargos desde el periodo anterior, con el Contador Francisco Martínez Neri, el primer rector de Abraham y SUMA. El último informe de este autonombrado “rector constructor” de la UABJO, esperado para conocer montos finales de las obras y construcciones, ya no lo entregó.

Al concluir el periodo de Neri, Eduardo Martínez prosiguió firme en la secretaría particular con el nuevo rector y se apresta a cruzar la puerta de rectoría ahora como titular del cargo, a través de quien su padre, Abraham Martínez Alavés, retornaría a gobernar, ahora con todos los hilos y el control pleno de su extendida red de aliados y subordinados en toda la Universidad. Todo ello a costa de la caída del nivel educativo, del prestigio y el envilecimiento absoluto de la que fuera orgullo del estado como sucesora del glorioso Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca.

Violencia y porros

La cuarta táctica de la familia, que busca asentar su dominio patrimonialista en la UABJO, es el manejo no de una vigilancia y cuidado de los universitarios, como muchas instituciones de este tipo, que habilitan patrullas institucionales (UNAM) o contratan servicios de seguridad privados, sino del control de eventos y áreas por medio de la violencia con alumnos o supuestos alumnos conocidos como “porros”. Aquellos que de pertenecer a las porras universitarias que vitoreaban a sus equipos deportivos, derivaron en grupos de choque al servicio de quien los contrata. Iniciaron en la ciudad de México y pronto germinaron en la mayoría de las universidades del país.

Cuentan para proveerse de estos grupos violentos que cual mercenarios se ponen al servicio del mejor postor, con el estímulo de las calificaciones con sus maestros “porros” (como los llaman) adheridos al proyecto de la familia, que intercambian calificaciones por los servicios violentos cuando los necesitan. Sobre todo en época de elecciones y cambio de autoridades. Para apoyar o rechazar a algún candidato. Sobra decir que también cuentan con el dinero de las direcciones, jefaturas y de la misma rectoría.

Corren a profesores eméritos de la UABJO

“Cerrar la UABJO dos semestres, liquidar a todos: profesores, funcionarios, empleados; después recontratar profesores seleccionados según el perfil de sus credenciales”. Desde el punto de vista jurídico, sostiene el profeson emerito de la UABJO, Antonio Aquino Aragón, “si una persona moral no cumple sus objetivos se le debe liquidar, y es el caso de la UABJO que no cumple como formadora de profesionales, de difusión de cultura y ciencia y tampoco tiene investigación. La UABJO es hoy un lastre más de Oaxaca”.

Al iniciar el actual semestre en la facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UABJO maestros y alumnos se encontraron con una novedad: el despido de profesores eméritos. Lo cual puede entenderse en esta puja de la familia que comanda Abraham Martínez Alavés por ubicar a su hijo, Eduardo Martínez Helmes, actual secretario particular del rector, como titular de esa rectoría para el próximo periodo.

Para el conocido y prestigiado abogado laboralista Antonio Aquino Aragón, su despido de la cátedra puede explicarse en esa dinámica. “Esa es la idea “afirma”, pues nuestras horas de clase las están entregando a sus incondicionales”. En igual circunstancia se encuentra el profesor emérito Eloy Guillermo García Luis.

Los catedráticos, formadores de generaciones de abogados, han demandado al rector Rafael Torres Valdés y al director de la facultad de Derecho, Juan Jorge Bautista Gómez, ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, pidiendo sean reinstalados en sus actividades docentes dentro de la institución.

Antonio Aquino aclara que voluntariamente no pertenece a ningún sindicato, pero García Luis pertenece a SUMA, con lo que es claro que la familia no respeta ni a los agremiados de su sindicato en su ambición de poder.

Aquino exige su reinstalación en sus horas de clase de derecho del trabajo en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, pues, afirma, que aunque no le pagaban por ellas al estar jubilado como profesor emérito, es parte de su compromiso personal con su Universidad, sobre todo ante la escasez de maestros de buen nivel.

Al iniciar este semestre, afirmaron, se percataron que no figuraban en el portal de internet de la Universidad donde se enlistan las materias, grupos, horas de clase y días de clase, grado y aulas de los profesores. Lo anterior se realiza desde el sistema informático REDES de oficinas centrales de la rectoría, misma que dirige el vástago de Abraham Martínez Alavés, Abraham Martínez Helmes. Es evidente, dijeron, que desde esta dirección ellos fueron descartados, así como a muchos otros profesores eméritos, de tiempo completo y profesores activos en general que están siendo expulsados para incluir a incondicionales rumbo a la conquista de la rectoría.

Incluso, al acudir con el director de su facultad, Juan Jorge Bautista, éste les informó: “… Las materias que impartían se van a asignar a otros licenciados para cumplir con compromisos del rector, por lo que quedan despedidos como profesores eméritos de esta facultad… (así que) ya no tienen nada qué hacer en esta facultad a mi cargo”.

Cuestionado sobre la tendencia decadente de su Universidad desde décadas atrás, en su calidad de abogado distinguido, egresado de la UABJO, ex director de la Escuela de Derecho de la misma y hoy profesor emérito, Antonio Aquino Aragón afirmó que es necesario ponerle remedio, no puede continuar así, y propuso:

“Cerrar la Universidad dos semestres, liquidar a todos: profesores, funcionarios, empleados administrativos; para después recontratar profesores en todas las preparatorias, facultades y escuelas e institutos de investigación. Pero que se recontrate a personal que sea seleccionado según el perfil que muestren sus credenciales. Disminuir la matrícula de alumnos y de maestros. Hace 20 años éramos 5 mil universitarios, hoy somos 35 mil, es demasiado”.

Desde el punto de vista jurídico, sostiene Aquino Aragón, “si una persona moral no cumple sus objetivos para el que fue creada se le debe liquidar, y es el caso de la UABJO que ha dejado de cumplir su función de formadora de profesionales, de difusión de cultura y ciencia y tampoco tiene investigación. La Universidad es hoy un lastre más de Oaxaca”.