Viola derechos humanos la mafia del Cobao

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“¡No tiene derecho  hablar! (…) ¡Las mujeres no deberían hablar porque son unas inútiles pendejas que no sirven para nada, y obstruyen el trabajo de los hombres pensantes!”, graznó Eduardo Aragón Calvo, jefe del departamento jurídico del Cobao, al tiempo que lanzaba a la cara de Yolanda Patricia Martínez Ramírez unos papeles notariales del poder que le otorgó la institución académica como asesor.
Ése era el clímax de un acoso y hostigamiento laboral hacia la mujer, quien labora como jefa de Materia, adscrita a la coordinación abierta del Cobao, centro al que ingresó en 1988, donde ha ocupado diversos cargos. Estos testimonios se encuentran asentados en su oficio de queja ante el presidente de la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos de Oaxaca, Heriberto Antonio García.
Yolanda, señala a En Marcha que desempeñaba correctamente sus funciones, y en razón de ello contaba siempre con el apoyo de las autoridades académicas, “sin embargo, al ingresar al Cobao el licenciado Jorge Illescas Delgado como director académico, empecé a tener fricciones, debido a que fui objeto de maltratos de su parte, ya que bloqueaba mis proyectos de trabajo, ante ello, me vi obligada a solicitar mi cambio al director general, quien lo autoriza me envía al lugar en que laboro desde octubre del 2007”.
Primero las hostigan…

La profesora que se queja de la misoginia en el Cobao, indica que se encuentra “prácticamente congelada, he sufrido maltratos y agresiones verbales de Maritza Antonio Ramírez, quien, sin ser mi superior, y se ostenta como encargada de Desarrollo Académico, me hostiga constantemente, cuestionándome todo el tiempo, siendo muy marcada su vigilancia a mi persona.
“El colmo fue el 11 de junio—agrega Martínez Ramírez— a las nueve de la mañana, cuando me hallaba en el almacén del Cobao, en Símbolos Patrios, realizando un trámite para un comodato a la Pabic, por indicaciones de Edmundo Gavilán, subdirector de Planeación, por medio de un oficio de la misma fecha, firmado por el Comandante Francisco Santiago José, director de la policía citada”.
De lo anterior dice Yolanda, informó por teléfono a Maritza Antonio Ramírez, quien, dudando de su palabra, acudió al almacén para verificar si Martínez Ramírez había dicho la verdad, “robusteciendo con ello, el extremado hostigamiento hacia mi persona”, subraya Yolanda.
Sin embargo, de regreso, al llegar a las oficinas del Cobao en Avenida Universidad, Maritza pretendió que Yolanda le firmara una “nota de extrañamiento”, argumentando que ella ignoraba dónde se encontraba por la mañana. “Desde luego que me negué a firmarla —dice la quejosa—;  ya que le constaba fehacientemente de la actividad que había desarrollado a esa hora”.
Siete días más tarde, el 18 de junio, explica Yolanda, como a las diez de la mañana, “se presentó en mi lugar de trabajo el licenciado Eduardo Aragón Calvo, con dos personas más, gritándome, y sin permitirme hablar me espetó: “Es una orden de que se presente en mi oficina porque le voy a levantar un acta por desacato —dijo como un energúmeno—. ¡La voy a correr del colegio!”
“¡Mujeres, inútiles pendejas!”
Casi con insultos, agrega Yolanda, repitió con rabia: “¡Es una orden!”. Ella le dijo que su jefa, la licenciada Patricia García Ruiz, hablaría con él, a lo que le respondió: “¡Usted y su jefa no sirven para nada! ¡Aquí se hace lo que yo digo. Yo soy el que mando y si quiero la corro en este momento!”
Y más agresivo, le espetó: “¡Y cállese porque no tiene derecho a hablar! ¡Las mujeres no deberían hablar, porque son unas inútiles pendejas que no sirven para nada, y obstruyen el trabajo de los hombres pensantes!”, al tiempo que el valiente hombre le aventaba unos papeles sobre el rostro.
“Posteriormente me amenazó obligándome a firmar una acta administrativa y se negó a darme una copia de ella”, declara la víctima de misoginia.
Por ello, se apersonó con el director general, Cándido Coheto Martínez, quien ya sabía de la situación, quien, asegura, le dijo: “Profesora, le pido (sic) una disculpa por el maltrato que recibió por parte del jurídico Aragón Calvo; pero hablaré con él y le pondré un alto a esta situación”.
Sin embargo, la profesora Yolanda teme por su integridad física, por lo que, el 24 de junio, interpuso una queja denunciando a Aragón Calvo y a Maritza Antonio, ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Oaxaca, organismo al que solicitó “las medidas cautelares que considere pertinente, salvaguardando mi trabajo, mis bienes y mi persona”.
Medidas cautelares
Finalmente, hace unos días la Comisión emitió esas medidas cautelares a favor de la profesora Yolanda, mismas que fueron aceptadas por el subdirector general Vidal Candelaria Chiñas.
Sin embargo, aunque eso debería impedir mayores agresiones contra ella y cancelar la posibilidad de ser despedida, tampoco es garantía, ya que Aragón calvo, el instrumento de la misoginia de los jefes del Cobao que comanda Cándido Coheto, se pasa olímpicamente por el arco del triunfo cualquier disposición legal, como vimos en el número anterior de En Marcha, donde otras mujeres han sido víctimas de la prepotencia de la “Mafia COBAO”.
Aragón Calvo, “desquiciado”
Por otro lado, Julissa Amaya Aguilar, otra de las víctima de misoginia y dirigente del STACOBAO ( ver En Marcha no. 114) sostiene que Aragón Calvo presume de la protección que le brinda el célebre subprocurador de Averiguaciones Previas, Netolín Chávez, que lo protege y detiene todas las acusaciones en su contra, por más arbitrarias que sean y agrega: “Aragón es el instrumento de Tomás Matus y Cándido Coheto para hostigar y despedir a los empleados, sobre todo a las mujeres, a quienes consideran inferiores, utilizando métodos primitivos y sustentando todo esto porque él (Aragón) no puede ser tocado por nadie, porque su permanencia en la institución se debe a compromisos políticos por su compadrazgo con Héctor Sánchez López y la protección del líder del Sutcobao Tomás Matus Matus.
“Este tipo (Aragón Calvo) es un nefasto, prepotente, vulgar y alcohólico, que en el 2006 fue conocido por todos, pues salió en los medios denunciado por golpear salvajemente a su pareja, exhibiendo su aguda misoginia. Agrede, insulta, ofende groseramente al personal, su actitud es francamente la de un desquiciado”, remata la dirigente.
Por su parte, la abogada Liliana Martínez Corte, quien fue duramente hostigada por Aragón Calvo hasta lograr su salida, exhibe un documento, donde el personaje de marras asienta que la despide “Por su cercana relación con María Teresa Sánchez Wolf, gerente de la Fundación Cobao”.
Testimonio de cómo Cándido
encarga despedir mujeres
María Teresa Sánchez Wolf, a su vez, relata cómo el mismo director Cándido Coheto la quiso usar como instrumento para estructurar el despido de la empleada Sonia Cariño Flores (como en el caso de Maritza Antonio con Yolanda Martínez).
Cándido llamó a Sánchez Wolf al celular y la instruyó: “Le voy a mandar comisionada a la señora Sonia Cariño, ya que aquí ha tenido una serie de conflictos con el personal del Sistema Abierto, y tratamos de ayudarla enviándola al jurídico —explicó Coheto—; pero la situación no cambió. Ojalá usted la traiga ‘corta’, y a la primera que se ponga de nuevo en rebeldía, levántele actas, y si llega tarde, igual, para de una vez por todas darla de baja, ya que nos ocasiona muchos problemas”.
La licenciada Sánchez Wolf preguntó: “¿Por qué me mandan a gente con conflictos? Y Cándido me dijo: ‘Esto ya lo hablé con Tomás Matus y es la forma de arreglarlo’.
“Por coincidencia yo estaba en el beisbol con Matus —agrega la ex gerente de la Fundación Cobao—; le pregunté y él me dijo: ‘así es; y tú, chagüi chagüi’, o algo así”. (“Chagüi chagüi” sugiere sigilo y complicidad —en el zapoteco de Unión Hidalgo de Matus).
Si no estás conmigo…
Sánchez Wolf relata: “No hubo motivo alguno para despedir a la mujer, pues demostró ser eficiente en su trabajo. Cándido llegó un día a las oficinas de la Fundación y preguntó cómo trabajaba Sonia y si tenía problemas con ella. Yo le contesté que era cumplida en su trabajo, y que yo no consideraba ético que quisieran correrla por problemas de tipo personal.
“Ese día término mi buena relación con Cándido: al otro día me empezaron a hostigar”, deplora Teresa.  
Finalmente, ambas mujeres tuvieron que abandonar de diferentes maneras el COBAO, pues cuando no logran despedirlas, de una u otra forma la dupla Tomás Matus—Cándido Coheto, a través de su cancerbero Aragón Calvo, hacen imposible la vida de estas personas en la institución, por lo que ellas prefieren salir de ahí.
“Matus castiga así a quienes se niegan a sus diversas exigencias, y los otros dan rienda suelta a su animadversión por las mujeres”, sostienen estas damas agraviadas.
Persecución de disidentes
Por su parte, Julissa Amaya Aguilar, contra quien se ha desatado un ataque frontal de las autoridades de COBAO, sobre todo, a instancias de Tomás Matus, dirigente del Sutcobao, afirma que la despidieron pasando por encima de sus derechos laborales y hasta de disposiciones de autoridades competentes que salvaguardaban sus derechos. Su persecución, asegura, fue exagerada debido a su iniciativa de formar un sindicato nuevo y decente, el STACOBAO, formado mayoritariamente por mujeres, quienes son las más agraviadas en esta administración.
“Nunca como ahora —expresa Amaya Aguilar — Tomás Matus había manipulado tan a su antojo, y hasta groseramente, una administración de Cobao: Eduardo Aragón está a las órdenes de Matus quien las dicta directamente a los funcionarios, pasando por alto al director general, Cándido Coheto”.
Amaya Aguilar, asegura que no se han detenido ante nada para dejarla fuera de su empleo, sin embargo, su caso, dice optimista, avanza en tribunales y falta poco para que se haga justicia y se ordene su reinstalación, pues las influencias y corrupción de Matus, Aragón y Coheto, “no pueden comprar a todos”, como lo han hecho con la mayoría de quienes han trabajado para ella en su asunto jurídico, o quienes, desde su posición en alguna institución de gobierno, tuvieron en sus manos en algún momento la posibilidad de perjudicarla, denuncia y enlista:
“En la Comisión Estatal de Derechos Humanos fueron cooptados por Coheto y asociados, un visitador general de nombre Hugo López; un Visitador Adjunto, Anuar Sánchez Girón, ambos cuando Jaime Mario Pérez Zamora dirigía esa Comisión. Anuar llevaba mi expediente”, indica.
Un caso muy evidente, asegura Julissa Amaya, es el de quien fuera su abogado, Alberto Santos García, quien, de pronto, la dejó sola con su caso al ser contratado como asesor Jurídico del Cobao. Antes, este ex abogado, fue director Jurídico de la Policía Auxiliar, donde, por cierto, fue denunciado por malos manejos.
El botín, las bases y las plazas
“Tomas Matus Matus, líder del SUTCOBAO, es el autor intelectual, conjuntamente con Cándido Coheto Martínez y el operador Eduardo Aragón Calvo —asienta la hoy despedida—; todo esto obedece a sus exigencias, que tienen la finalidad de quedarse con las plazas y bases de los trabajadores corridos, las cuales ya están autorizadas en el catálogo de plazas vigentes y presupuesto federal.
“Sin embargo, la ley Federal del Trabajo establece que, cuando un trabajador demanda a la autoridad, la plaza debe congelarse hasta en tanto no se resuelva la situación laboral del trabajador.
“En el COBAO la legalidad no existe y las plazas de los trabajadores injustamente despedidos (sobre todo mujeres, quienes aún se defienden en tribunales) las han asignando ya a incondicionales al servicio del líder sindical y del director general del COBAO”, denuncia Julissa Amaya.
Más mujeres despedidas
En el número anterior dimos una lista de empleadas despedidas. A los cuales se agregan otros despedidos:
Sid Ramírez Olivera
Rosalia Mier
María de los Ángeles Elvira  
Julissa Griseld  Jarquín Reyes  
Armando Pérez Alfonso
Israel Jacinto López

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Por todos lados esta mafia, asentada en Cobao, sale ganando: se deshacen de quienes ocupan cargos de alguna importancia o puestos y plazas para entregarlos a sus incondicionales.
Los cargos se los entregan a sus preferidos, sin detenerse en pedir documentos que certifiquen alguna preparación para el puesto. Así, los empleados han visto que sus nuevos jefes en departamentos importantes son hasta stripper’s (musculosos bailarines), como el tesorero de todo el subsistema COBAO: Rafael Victoria Gómez, quien es conocido por el personal como “El tesorito”.