Ser cultos para ser libres

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La ignorancia mata a los pueblos.

José Martí

 

La opinión de la ciudadana Karen dio en el centro del problema actual no sólo de la Casa de la Cultura Oaxaqueña, dijo: “Para mí esta Casa significa la oportunidad para que la sociedad adquiera cultura (…) la cultura es el nutriente principal de las expresiones, con lo que dejas de seguir al sistema y confrontarlo si es necesario”.

 

Desde siempre los gobernantes de todos los colores han mostrado su menosprecio por la cultura, no solamente les asignan los presupuestos más bajos, sino cuando se plantean recortes de presupuesto, esa área es la primera en sufrirlos. Generalmente colocan al frente de las Secretarías a funcionarios y funcionarias de “medio pelo”.

 

Esta subvaluación puede ser por la cada vez más precaria cultura de la clase política, aunque de cualquier manera no dejan de ver en el crecimiento cultural de la población un peligro para sus proyectos de dominación política. No por nada este gobierno desde antes de que el Congreso federal echara abajo la reforma educativa le dio para atrás en Oaxaca, negoció y devolvió buena parte de las canonjías a la camarilla de la S 22.

 

Ellos garantizan la indigencia educativa y cultural de los oaxaqueños como hasta ahora. ¿No se les hace extraño tanta tranquilidad de esa camarilla? Ni pío dijeron ahora cuando la Guelaguetza.

 

Un pueblo culto es muy difícil de ser dominado, si conoce sus derechos, si tiene un grado alto de civilización no será presa fácil de los tiranos, por eso la preocupación de los grandes líderes como Martí o Juárez ha sido la instrucción del pueblo. “Ser cultos es el único modo de ser libres”, dijo José Martí; “Gobernar es educar”, expresó Benito Juárez.

 

Si lo que circula profusamente, de que se quiere entregar en otro ventajoso comodato (gratis) esa parte del complejo de Los Siete Príncipes, del Siglo XVIII, donde se ubica y muy bien la Casa de la Cultura, a la Fundación Harp Helú, no es ni socialmente rentable ni buena idea para que la Casa de la Cultura Oaxaqueña prosiga su labor de casi cinco décadas.

 

Sólo basta asomarse a los complejos culturales Harp para ver como son torres de cristal elitistas, cuya arquitectura y diseño inhiben el arribo de los grupos desfavorecidos de la sociedad. Predominan lujo y boato.

 

José Martí también dijo: “La ignorancia mata a los pueblos”, ¿de eso de trata?