Perspectivas de la Guelaguetza, inciertas

Imprimir

Sacan al pueblo de la Guelaguetza

Cuauhtémoc Blas

 

La historia de hace medio siglo, cuando las familias acudían a desayunar al cerro, presenciar el espectáculo de la Rotonda de la Azucena, bajar a las fiestas del Carmen Alto; por la tarde ir a coger azucenas y caminar bajo la lluvia, es cosa del pasado. El reto de hoy es ¿Cómo vincular a la actual sociedad oaxaqueña con los Lunes del Cerro? Pero la respuesta de su organizador, el gobierno estatal, es drástica: nada de vinculación, al contrario. A eso apunta que una de las dos grandes secciones, la C del Auditorio, dejara de ser gratuita para más de 12 mil oaxaqueños este 2018.

 

En el mes de noviembre de 2017 la entonces secretaria de Cultura del gobierno de Oaxaca, Ana María Vásquez Colmenares, organizó un foro para discutir sobre los problemas de la Guelaguetza. “Diálogos y perspectivas de la Guelaguetza de los Lunes del Cerro” se llamó el foro que duró dos días, 9 y 11 de noviembre.

 

Días antes, al anunciar el foro en conferencia de prensa, Vásquez Colmenares indicó que uno de los objetivos era buscar que se resguarde el espíritu comunitario de la Guelaguetza, inclusive que se fortalezca y a su vez impulse el desarrollo económico del estado.

 

Acudieron expertos de las expresiones artísticas regionales, entre ellos Lucinda Jiménez, doctora en ciencias antropológicas; el doctor Salvador Orozco; la doctora María Luisa Acevedo Conde; Guillermo García Manzano; Vidal Ramírez Pineda, entre otros. Estuvieron también miembros del famoso y cuestionado “Comité de autenticidad”.
¿Cómo vincular a la actual sociedad oaxaqueña con los Lunes del Cerro?

 

En una entrevista con En Marcha, la funcionaria, hija del ex gobernador de Oaxaca Pedro Vásquez Colmenares, comentó que habría más foros sobre el tema, mientras estuviera en ese cargo, al parecer ya no será posible porque fue cambiada a la Secretaría de la Mujer. Esos foros de la Guelaguetza hubieran servido para romper el inmovilismo de esa fiesta oaxaqueña. La crítica, insumo esencial de todo ejercicio de revisión, no estuvo ausente en ese importante foro.

 

El arribo de Ignacio Toscano como encargado de la Secretaría de Cultura —es la hora que no lo nombran secretario—, no trajo nada transcendente, antes bien lo contrario. Al menos la anterior titular realizaba algo de trascendencia, discutir el futuro de la Guelaguetza. Una fiesta que tiene como antecedente el Homenaje Racial de 1932 en honor a la señorial Ciudad de Oaxaca, la Gran Señora, La Sultana del Sur, para festejar sus 400 años de haber ascendido a Ciudad por Cédula Imperial de Carlos V de Alemania y I de España.

 

Bajo esos muy importantes imperativos, se creó esa fiesta con un alarde de calidad -obvio que no podían estar las 15 etnias de la entidad, eso sería otro asunto, tal vez hacer una feria indigenista-, de manera que en ese homenaje se incluyó lo más adecuado para su presentación en la Rotonda de la Azucena, una manifestación que desde entonces nació como espectáculo.

 

En los últimos años, la calidad fue sustituida por la cantidad, tanto que en el gobierno anterior, el de triste memoria de Gabino Cué, abiertamente declaró que, para ellos, la mejoría de la Guelaguetza consistía en incluir al mayor número de delegaciones municipales posible.

 

Cual si un espectáculo artístico tuviera que ver con un asunto de democracia, de cantidad y no de calidad, o peor aún, como en este caso, de incluir delegaciones a capricho de los gobernantes, con el consentimiento de un desdibujado Comité de Autenticidad. La culta periodista María de los Ángeles Fernández Mondragón escribió al respecto:”La máxima fiesta oaxaqueña, reconocida a nivel nacional e internacional, está herida de muerte por caprichos sexenales, ocurrencias disparatadas y ambiciones desenfrenadas”. (En Marcha núm. 207, pág. 17)

 

El primer foro sobre Guelaguetza

 

Por eso eran importantes esos foros propuestos por la anterior administración de la SECULTA Oaxaca, algo semejante a la reunión de notables que fundaron el Homenaje Racial, con conocedores del folclor regional, de bailes, música e historia. Sólo faltó el concurso de los periodistas, como si los hubo en 1932.

 

La Guelaguetza de los Lunes del Cerro —hay muchas otras, incluso las que viajan por el mundo— fue desde su concepción una política pública del gobierno del estado, como actualmente lo sigue siendo. De ahí la responsabilidad de éste en las perspectivas de la fiesta. Esto fue de lo vertido por los especialistas, antropólogos y estudiosos de las manifestaciones regionales. Por cierto, una política tomada cuando veníamos de un sismo, el de 1931, dijeron.

 

 Acevedo Conde: Danzas monótonas, aburren

 

En torno a las innovaciones se discutió si se habría de incluir música nueva o siempre será la misma. La doctora María Luisa Acevedo Conde habló de la inclusión en la Guelaguetza de los Lunes del Cerro de danzas que no son para la espectacularizacion y que solo tienen sentido en su entorno local, micro.

 

La doctora Conde fue lapidaria al decir que esas danzas monótonas aburren, son para los atrios de las iglesias de los pueblos. No se hicieron para otros espacios sino para la comunidad y solo tienen sentido ahí, expresó. Sin embargo, estas danzas y manifestaciones comunitarias, como bodas y hasta ceremonias mortuorias (lo contrario a la fiesta) están siendo incluidas en la festividad.

 

Concebido siempre como espectáculo, se dijo que la Guelaguetza debe ser un espectáculo exitoso. Los grupos sólo deberían contar con 10 minutos para su representación. En la que se debe combinar tres elementos esenciales: identidad, turismo y economía.

 

Es de suma importancia la autenticidad de los representantes, no deben incluirse porque sean muy coloridos o por influencias políticas, sino exclusivamente por ser auténticos. Ahora la Guelaguetza es crear o querer recrear, ¿pero quien es la autoridad que va a decir lo que está bien?

 

Lunes del Cerro, cada vez menos vinculado a los oaxaqueños

 

Una joven representante del CIESAS planteó la necesidad de buscar cómo vincular a la actual sociedad oaxaqueña con los Lunes del Cerro. La historia de hace medio siglo, cuando las familias iban temprano a desayunar al cerro, presenciar el espectáculo, bajar a las fiestas de la iglesia del Carmen Alto, ir a coger azucenas por la tarde, caminar bajo la lluvia, ya es cosa del pasado.

 

Hoy la pregunta es muy pertinente, ¿cómo vincular a la actual sociedad oaxaqueña a los Lunes del Cerro?, sobre todo cuando el mismo gobierno, organizador-destructor de esa Guelaguetza inhibió este 2018 la participación de esa sociedad mayoritaria al cerrar el acceso por primera vez a uno de los palcos donde alrededor de 3 mil oaxaqueños entraban gratis al auditorio, el palco C. Sólo queda un palco para quien no puede pagar mil u 800 pesos, el palco D.

 

La respuesta a esa pregunta hoy por hoy, de acuerdo a la experiencia reciente de este año, es que el organizador de la fiesta no está interesado en vincularla a la sociedad, sino en lo contrario, desvincularla de la sociedad oaxaqueña para hacerla plenamente comercial y rentable para las arcas patrimonialistas de la familia gubernamental.

 

En una de las 5 mesas del foro mencionado, el director de la Casa de la Cultura de Oaxaca, Guillermo García Manzano habló de las innovaciones en la Guelaguetza, aunque no con ese argumento dar cabida indiscriminada —dijo— a lo que es contaminante, como la cumbia que trajo Juchitán en 2017. Eso no lo apruebo de ninguna manera, sostuvo.

 

Entre los acuerdos importantes del Foro destaca la incorporación al Comité de Autenticidad de conocedores locales del folclor en las regiones, quienes se encargarían de cuidar la mayor originalidad e identidad de las delegaciones. Eso supuestamente, pues lo anterior tampoco garantiza mucho, ya que hasta ahora esos conocedores locales son quienes han traído innovaciones que son más bien ocurrencias fútiles. Sin duda, esos sesudos “conocedores locales” fueron quienes idearon la cumbia juchiteca de 2017, o los sones jarochos de Loma Bonita de este año. La pregunta persiste, ¿quién es la autoridad que va a decir lo que está bien?

 

De todas maneras, no se amplió el multicitado Comité de Autenticidad, al menos no en las regiones donde preguntamos, lo que pasó es que las autoridades municipales ante las severas críticas recibidas decidieron buscar a los expertos para hacerse cargo de armar bien sus delegaciones.

 

Eso explica que este 2018 la Guelaguetza de los Lunes del Cerro haya mejorado y desacelerado su decadencia, dejando en el público una mejor impresión.