El cansancio de los ciudadanos respecto de los partidos políticos tradicionales ya se nota en la realidad política del estado, estos fueron los que incrementaron el número de presidencias municipales ganadas. Contrario a los otros que disminuyeron notoriamente. De 73 presidencias que obtuvo el PRI hace tres años, ahora bajó a 62; igual el PRD, de 52 bajó a 41; en único que mostró una mejoría fue el PAN de 18 hoy tiene 25 (aunque perdió diputados). Entre los dos primeros pierden 22 ayuntamientos.
Sin embargo, Movimiento Ciudadano, antes Convergencia, creció de 4 ayuntamientos a 9; Partido Nueva Alianza de 2 a 7; PUP de 3 a 5; el nuevo partido PSD tuvo 3; y el Partido Verde que hace tres años no logró ninguno ahora obtuvo un ayuntamiento. Después de que las críticas apuntaban contra el incremento de pequeños partidos, éstos sirvieron para dar salida al interés de aspirantes y grupos para participar en el proceso electoral, cuando en los partidos grandes no encontraron cobijo.
Así sucedió en diversos municipios donde los partidos grandes impusieron candidatos, como Salina Cruz y Huatulco. En el primero, el PRI echó a andar toda su maquinaria y recursos, propaganda y marketing pero el pésimo producto como llaman al candidato, en este caso candidata, Rosa Nidia Villalobos, no pudo aprovechar lo lícito y lo ilícito que hicieron para urgirla. Un modesto médico local con el registro del PANAL, Mariano Vicente echó abajo toda esa maquinaria, con el tímido apoyo de panistas locales dirigidos por Víctor Rafael González Manríquez, que jugaron las contras a su partido ante la imposición de un evidente candidato panista enviado a perder, pero más que nada por la decisión de una ciudadanía harta de las escandalosas e impunes corruptelas de priistas y panistas que se rotan esa presidencia municipal porteña cual botín mutuo.
En Huatulco tanto PRI como PRD que impusieron candidatos fueron relegados a las últimas posiciones por los ciudadanos. En Huatulco el candidato del Partido Verde aliado del PRI Jorge Sánchez, a quien siempre se le vínculo a José Murat y sus atrocidades, fue enviado a la tercera posición, debajo de quien le disputara la candidatura dentro de la Alianza “Compromiso por Oaxaca”, Edgar Hernández, quien abandonó el PRI y contendió con el registro del PANAL. Edgar quedó, sin embargo, en la segunda posición; el ganador fue Darío Pacheco, escindido de la alianza PRD-PAN-PT, alianza que se fue hasta la cuarta posición, después de ser los que hoy gobiernan el municipio, aunque este ayuntamiento fue el que se volcó en apoyo a Darío, ex secretario municipal reciente.
Independientemente de lo que se pueda decir de los candidatos la proliferación de partidos sirvió para que ejercieran su derecho a participar en elecciones, no obstante en algunos lugares fungieron inocente o abiertamente pero siempre como esquiroles de sus ex compañeros de partido, el caso del locuaz perredista Hugo Jarquín en Oaxaca de Juárez que usó al PUP para ese fin es innegable.
Como se preveía, se dio una caída del número de diputaciones y municipios ganados por la Alianza Unidos por el desarrollo, ante la pérdida de aceptación de la ciudadanía al gobierno por sus compromisos incumplidos; no fueron enormes pero sí sintomáticos. De 74 ayuntamientos ganados hace tres años, hoy sólo logró 66; así como de 25 diputados de hace tres años, hoy tiene 21.
El cúmulo de reformas políticas y de recursos no sirvió para que la participación de la ciudadanía fortaleciera la democracia en Oaxaca, pues tener casi el mismo porcentaje de participación que la contienda pasada no es para festejar, deberíamos estar entrando a una mejor dinámica democrática después de tanto, pero el abstencionismo aún reina. Lo que fue garbanzo de a libra en estas elecciones, apenas a tiempo, y que salvó el proceso electoral fue la posibilidad del recuento voto por voto, que de no darse sobre todo en la ciudad de Oaxaca hubiera desatado un conflicto de graves dimensiones.
Pero donde se nota el lento crecimiento político estatal es en su llamada clase política, casi no hay nuevos políticos en los partidos, además de que en los pequeños o nuevos partidos son los mismos políticos de los partidos tradicionales quienes generalmente se adueñan de éstos. De tal manera que fueron candidatos y serán autoridad en varios municipios personajes ya de antaño. En Pochutla, por ejemplo, Raymundo Carmona será presidente por tercera ocasión; en Santo Domingo Petapa Fredy Cabrera por segunda vez; igual en San Jacinto Amilpas Víctor Amado López; en Matías Romero Etelberto Rodríguez por segunda ocasión; en El Espinal será por segunda vez presidente Claudio Toledo. En Juchitán y Huatulco, Héctor Matus y Jorge Sánchez, quienes ya fueron presidentes, buscaron infructuosamente de nuevo el cargo, entre otros.
No es nuestra postura contraria a la reelección, hay que pensar con seriedad en incluir esta dinámica en nuestra vida política, como existe en la mayoría de los países democráticos, claro que para ello habría que acabar con la apabullante partidocracia actual. Sin embargo, varios de los ahora reelectos y otros que afortunadamente no lo fueron ya demostraron ampliamente que no trabajan precisamente para sus gobernados como Fredy Cabrera, Raymundo Carmona, Claudio Toledo y Héctor Matus…