鈥淣o nos une el amor, sino el espanto鈥, una frase de Borges sintetiza el llamado de pol铆ticos y partidos para convocar a una alianza opositora al PRI para enfrentar los comicios del a帽o pr贸ximo, en que se disputan la gubernatura, el Congreso local y las presidencias municipales.
Todo ello ante el formidable fortalecimiento electoral del PRI que arras贸 de todas todas en las recientes elecciones intermedias, con la ca铆da de la oposici贸n, la que ni juntando sus resultados electorales igualar铆a hoy la votaci贸n priista.
Tambi茅n se analizan aqu铆 algunos escenarios de los prospectos priistas a la sucesi贸n gubernamental, Adolfo Toledo, Jorge Franco, Hern谩ndez Fraguas, Eviel P茅rez, Jos茅 Antonio Estefan鈥 Y con la oposici贸n la solitaria figura del 煤nico posicionado: Gabino Cue.
Todo ello ante el formidable fortalecimiento electoral del PRI que arras贸 de todas todas en las recientes elecciones intermedias, con la ca铆da de la oposici贸n, la que ni juntando sus resultados electorales igualar铆a hoy la votaci贸n priista.
Tambi茅n se analizan aqu铆 algunos escenarios de los prospectos priistas a la sucesi贸n gubernamental, Adolfo Toledo, Jorge Franco, Hern谩ndez Fraguas, Eviel P茅rez, Jos茅 Antonio Estefan鈥 Y con la oposici贸n la solitaria figura del 煤nico posicionado: Gabino Cue.
Entre las muchas consecuencias pol铆ticas que traen los resultados electorales, es la redefinici贸n de los escenarios en Oaxaca para la sucesi贸n gubernamental del 2010. Para el PRI porque, en la correlaci贸n interna de fuerzas, el carro completo fortalece algunas posiciones en detrimento de otras. Para los partidos opositores, porque, igual que sucediera en 2003, tras el proceso electoral federal, inmediatamente han denunciado que en Oaxaca se realiz贸 una elecci贸n de Estado y han convocado a una alianza opositora, como la 煤nica v铆a de ganar al hegem贸nico partido y organizar un gobierno de transici贸n.
Todo indica que merced a la correlaci贸n de fuerzas dibujada por los comicios del 5 de julio, parad贸jicamente la decisi贸n en el PRI ser谩 eminentemente local: es decir, el proceso sucesorio estar谩 definida por las estrategias de los actores pol铆ticos que pretenden la candidatura, los grupos de inter茅s locales, y jugando con m谩s libertad que nunca, el gobernador del estado marcar谩 la pauta.
Por el contrario, la posici贸n de los partidos opositores depender谩 en gran medida de los acuerdos y lineamientos de sus dirigencias nacionales. La din谩mica de lo que suceda en el pa铆s, ser谩 decisivo para el rumbo que para el 2010 tomen PAN, PRD, PC y PT,
Son estos escenarios y posibilidades las que revisamos a continuaci贸n.
I. El PRI: continuismo hacia atr谩s
El PRI, el gran triunfador en los comicios de 2007 y 2009, en donde obtuvo carro completo y recuper贸 presidencias municipales, est谩 lejos de seguir el consejo de Sun Tzu: 鈥渃uando se ha conseguido la victoria, no vuelvo a emplear la misma t谩ctica otra vez, sino que, respondiendo a las circunstancias var铆o mis m茅todos hasta el infinito鈥. Aqu铆 por el contrario se empecinan en seguir una estrategia que poco tiene que ver con el h谩bil ejercicio de la pol铆tica y, en cambio, se lleva al extremo la falta de 茅tica.
Con las viejas reglas no escritas del sistema pol铆tico mexicano, se est谩 jugando la definici贸n del candidato del PRI a suceder a Ulises Ruiz Ortiz (URO). Aunque, aparentemente son media docena los aspirantes, las posibilidades reales se reducen a un par.
驴Delfinato?
Tras el arrollador triunfo priista, 鈥渉aiga sido como haiga sido鈥 (Calder贸n dixit), sin duda, las posibilidades de que el gobernador imponga como su sucesor a su delf铆n, el cuestionado Jorge Franco Vargas, se fortalece. Hasta antes del 5 de julio, en los corrillos de la real politik se se帽alaban los riesgos de una decisi贸n de esa naturaleza: el veto del gobierno federal, la animadversi贸n en distintos sectores de la poblaci贸n hacia su candidatura, la posibilidad de reactivaci贸n del movimiento social y un activismo del magisterio en contra, una creciente corriente interna adversa que podr铆a fracturar al partido.
Despu茅s de los comicios federales, esas variables han cambiado. Siendo el principal derrotado, el presidente Felipe Calder贸n, poco podr谩 hacer para vetar a ning煤n candidato, m谩xime que URO es de los art铆fices de los triunfos priistas y que 茅stos defender谩n sus intereses ante cualquier intento de intromisi贸n del gobierno federal.
La escasa popularidad del dirigente estatal del PRI ser铆a el factor de mayor riesgo pues puede unir a todos en su contra y, en sentido contrario, generar el impulso que requerir铆a un candidato opositor para ganar los comicios. Sin embargo, en la valoraci贸n interna no se ve esta posibilidad, la soberbia hace pensar que el ant铆doto para contrarrestar ese riesgo, se encuentra en la bien aceitada maquinaria priista y la estructura gubernamental (que para el caso es la misma), adem谩s de los millonarios recursos p煤blicos que se destinar谩n a la compra y coacci贸n del voto, as铆 como a la compra y coptaci贸n de dirigentes seudo opositores.
Los resultados de los procesos electorales de 2007 y 2008, le han permitido crear una estructura en toda la entidad, con incondicionales y aliados; adem谩s, ya mediante los amplios recursos econ贸micos de que hace uso o bien por la mano dura de la que hace gala, copta o dobla a adversarios, presidentes municipales, dirigentes opositores, tr谩nsfugas priistas, para que entren a su redil.
De la oposici贸n del movimiento social, 茅ste se encuentra desarticulado y, si no hay una situaci贸n de gravedad extrema que lo reanime, poca importancia tendr谩 para el proceso electoral del a帽o pr贸ximo. Del magisterio ya se les conoce la medida y dif铆cilmente el gobierno repetir谩 la estulticia del 2006, m谩s bien estar谩n prestos a satisfacer los avorazados intereses de la secci贸n 22, para que, como todos los a帽os, 茅ste llame a su voto de castigo y se retiren sin mayores problemas. En la pr谩ctica, este discurso es uno de los muchos artilugios que han llevado al PRI ha sostenerse en la entidad.
驴Rebeli贸n interna?
En los escenarios del priismo, todo indica que s贸lo las aspiraciones del senador Adolfo Toledo Infanz贸n podr铆an descarrilar las intenciones de la imposici贸n. El istme帽o se ha preparado durante tres sexenios para este momento, en los que ha montado una s贸lida estructura estatal, particularmente robustecida durante su paso por la Secretar铆a de Desarrollo Rural (en ese entonces SEDAF) y el COPLADE, posiciones desde las cuales cre贸 ese equipo y lo coloc贸 en la estructura gubernamental y partidaria, en todo el territorio estatal, sino que tambi茅n estableci贸 relaciones con grupos opositores, organizaciones sociales y diversos actores pol铆ticos regionales y locales.
Por otra parte ha estado lejos de enfrentarse abiertamente con los equipos de los gobernadores con quienes ha trabajado: Di贸doro Carrasco, Jos茅 Murat y Ulises Ruiz. Por eso tambi茅n puede capitalizar los excesos en que ha incurrido la burbuja gobernante, por m谩s que ha formado parte de ella, una buena parte de la militancia que desaprueba la faz autoritaria del r茅gimen, podr铆a identificarse con 茅l.
Adem谩s, su posici贸n es inmejorable (para 茅l), pues siendo senador evit贸 de alguna forma la confrontaci贸n abierta contra los actores pol铆ticos en 2006, si bien en la burbuja priista 茅ste es uno de sus pecados; del mismo modo que puede presentar una imagen alejada de la actual administraci贸n gubernamental, para no asumir los costos de sus yerros. Algo que ser谩 de gran utilidad, m谩xime si su adversario es un candidato surgido de una alianza opositora.
En contra obrar铆a el hecho de haber perdido los comicios en el 2006, pues es senador plurinominal, dado que en la contienda de mayor铆a perdi贸 ante las f贸rmulas de la Coalici贸n por el Bien de Todos, encabezadas por Gabino Cu茅 y Salom贸n Jara.
Tambi茅n en su pasivo se encuentra su conocida disciplina ante los designios del gran elector; acatar sin cortapisas la imposici贸n de un Delfinado: moverse s贸lo en los l铆mites de lo permitido por las reglas no escritas del juego sucesorio, no romper con el PRI ni valorar siquiera la posibilidad de disputar por otra v铆a (como un partido de oposici贸n) la gubernatura del estado. Esto representar铆a, quedarse a medias, justo en lo que parecer铆a la m谩s importante oportunidad en su carrera pol铆tica, y con dif铆ciles oportunidades de que pudiera repetirse.
Media docena de aspirantes
De los otros personajes que han manifestado en p煤blico o en privado sus aspiraciones a suceder a URO, parecen tener pocas probabilidades: Jos茅 Antonio Estefan Garfias, Jos茅 Antonio Hern谩ndez Fraguas, Eviel P茅rez Maga帽a, H茅ctor Pablo Ram铆rez Puga, Manuel Garc铆a Corpus, m谩s los que se acumulen, son los personajes necesarios para contar con una pasarela m谩s ampl铆a; pero sus posibilidades dependen de su capacidad de forjarse condiciones y contar con un capital pol铆tico que les permita reclamar un cambio en las reglas; sin embargo, dif铆cilmente se atrever谩n a indisciplinarse o a exigir una consulta a las bases (la que, adem谩s, estar铆a controlada por el CDE del PRI, que a su vez est谩 bajo el control de Franco).
Claro, en la tradicional forma priista de muestrear a los posibles candidatos y ampliar el abanico de posibilidades, se puede fortalecer alguna candidatura que el gran elector tenga siempre a la mano, por s铆 fallan las condiciones para nombrar al favorito, as铆 como para negociar con los intereses que se mueven en torno al proceso sucesorio.
Por eso se explica la creciente exposici贸n del diputado federal electo Eviel P茅rez Maga帽a, quien ha sido designado coordinador de la bancada oaxaque帽a en la pr贸xima legislatura federal, y que realiza giras por toda la entidad. En los rituales priistas, estos gui帽os, deferencias, detalles incluso de la vida privada, son se帽ales que se env铆an, lo mismo para desestimar a algunos, como para encumbrar a otros. Pero, salvo que alguno se decidiera a聽 romper con su partido, lo que es poco probable, apuestan m谩s bien a que las confrontaciones entre los candidatos con posibilidades reales, tensen a tal grado sus el proceso que se requiera a un tercero en discordia,
II. Alianza opositora: 鈥渘o los une el amor sino el espanto鈥
Reci茅n se conoc铆an los resultados de los comicios del 5 de julio, cuando ya el senador Gabino Cu茅, llamaba a una alianza opositora con miras a las elecciones a gobernador de 2010, como 煤nica posibilidad de enfrentar al aparato estatal volcado a favor del PRI. Pronto respond铆a Ugartechea del PAN se帽alando que cualquier alianza, tendr铆a que ser promovida y construida desde la sociedad civil; d铆as m谩s tarde, el panismo otorgaba un voto de confianza a su dirigencia para entablar el di谩logo con los otros partidos de oposici贸n al PRI, para evaluar las posibilidades de la alianza; en el PRD, Lenin L贸pez Nelio, formalmente secretario general del comit茅 estatal, tambi茅n se ha pronunciado a favor de construirla.
Por supuesto, el punto de uni贸n, es derrotar al autoritarismo priista del actual grupo en el poder. Y en ese sentido tiene raz贸n, tal vez la alianza sea la 煤nica posibilidad de obtener un triunfo en los comicios del 2010; pero no basta, si no se cumplen ciertas condiciones y se propician las coyunturas necesarias para ello. Veamos los escenarios que pueden presentarse.
Enemigos en lo federal,
驴aliados en lo estatal?
La aparente buena disposici贸n de los partidos pol铆ticos en el 谩mbito local, puede chocar con la confrontaci贸n que tienen en el federal; por eso las posibilidades de la alianza opositora estar谩n condicionadas por los acuerdos o desencuentros que se vayan tejiendo en la pol铆tica nacional.
La cuesti贸n de mayor relevancia es la relaci贸n entre el partido del presidente (PAN), con los partidos de Andr茅s Manuel L贸pez Obrador (PC-PT y una fracci贸n de PRD). Un escenario complicado es que por un lado tengan una confrontaci贸n permanente, cargada de descalificaciones mutuas; y, por otro, coincidan en una candidatura de unidad en Oaxaca. Situaci贸n que, por supuesto, tampoco es imposible, ya en 2004 hubo un ejercicio similar, si bien entonces no exist铆a un enfrentamiento al nivel que ahora protagonizan el autodenominado 鈥減residente leg铆timo鈥, con Felipe Calder贸n y el PAN.
Ese constituir谩 uno de los principales obst谩culos a vencer. En parte, esta situaci贸n empezar谩 a definirse en el relevo en la dirigencia nacional del PAN; C茅sar Nava, el seguro sucesor del beligerante Germ谩n Mart铆nez, se帽ala su disposici贸n a 鈥渉ablar con todos鈥. De la t贸nica que imprima a su gesti贸n, as铆 como de quien se perfile como candidato, podr谩 definirse el futuro de Oaxaca, al menos de los contendientes en los comicios 2010.
Tambi茅n falta por vencer las reticencias de AMLO; 驴alguien se lo imagina compartiendo un mitin con C茅sar Nava? De la valoraci贸n que haga el excandidato presidencial, tambi茅n depende en mucho la definici贸n de la alianza.
Similar situaci贸n se prev茅 en el PRD, pero m谩s bien por las resistencias locales que seguramente se opondr谩n a cualquier posibilidad de ganarle al PRI.
驴De seudo opositores,
a dem贸cratas?
Otro obst谩culo es, parad贸jicamente, la posici贸n de las dirigencias estatales de los partidos pol铆ticos de oposici贸n. Casi todos responden a los intereses del PRI.
O en el PRD local, a quien de las tribus y familias que regentean ese partido se imagina impulsando un gobierno de transici贸n: 驴los Serrano Toledo?, 驴los Carmona Laredo, siendo que la hija de Raymundo es ahora 隆diputada federal!?, 驴los V谩squez Luis?, 驴los Ram铆rez?, 驴los L贸pez Nelio Santiago?, etc茅tera, etc茅tera.
Y en el PAN: 驴a Carlos Moreno Alc谩ntara, conocido por su complacencia con el gobierno en turno?, 驴a Guillermo Zavaleta, que tan buenos servicios presta al ulisismo?, 驴a los diputados locales que sesi贸n tras sesi贸n rinden pleites铆a al gobierno en turno?
Si algo ha sido exitoso en el trabajo del PRI en Oaxaca y explica en mucho sus triunfos, es la puesta en pr谩ctica la m谩xima: 鈥渆n pol铆tica, todo lo que se compra con dinero es barato鈥. Y, lo mismo con prebendas, tr谩fico de influencias, recursos, el caso es que los seudo opositores, no hacen sino obedecer consignas. Fueron los perredistas y panistas los que se opusieron en 2004 a una alianza opositora y no fue sino hasta que las dirigencias nacionales se los ordenaron, que tuvieron que plegarse. Fueron ellos mismos los que en el conflicto de 2006, fueron sost茅n del Legislativo y operaron en contra del movimiento social. Ellos mismos los que avalan lo mismo cuentas p煤blicas, que atropellos legislativos.
Han constituido un dique ya no digamos para la transici贸n en Oaxaca, sino para siquiera intentar hacer un m铆nimo contrapeso al Ejecutivo y al PRI. Las repentinas posiciones contestatarias de personajes como Lenin L贸pez Nelio, obedecen m谩s a pleitos por prebendas o a los excesos autoritarios del dirigente priista, antes su aliado, que a una genuina voluntad dem贸crata.
Seguramente, cuando los tiempos as铆 lo requieran o su patr贸n se los instruya, esos opositores de membrete, volver谩n a torpedear cualquier intento de alianza. Mientras hacen c贸mo que trabajan por ella, pero los tiempos corren y no se ven esfuerzos serios por construirla. Y, si se da, como hace seis a帽os, trabajar谩n por sus cotos de poder, pos las candidaturas que pepenen, dif铆cilmente se comprometer谩n por un trabajo serio.
La posibilidad es que las dirigencias nacionales la arropen, como en 2004, y en el 谩mbito estatal, algunos personajes m谩s independientes del PRI-gobierno, como Ugartechea en el PAN o los exdiputados perredistas Oth贸n Cuevas, Carlos Mart铆nez, entre otros, pueden ser el puntal desde donde transformar el partido para generar el ambiente necesario para ir a una alianza. Convergencia, posiblemente el m谩s interesado en concretar la alianza, carece de la estructura y el peso necesarios para tal empresa, pero ir贸nicamente su construcci贸n de acuerdos en el 谩mbito federal, es la que genera mayores posibilidades de realizarla.
Agenda conjunta, lo posible
Si, venciendo todas las resistencias e intereses, se concreta la alianza opositora, 茅sta carecer铆a de sentido si no va acompa帽ada de una agenda que permita la transformaci贸n de las estructuras y las pr谩cticas que tienen a Oaxaca en el atraso pol铆tico, econ贸mico y social.
De no ser as铆, un eventual triunfo opositor no es garant铆a de tr谩nsito alguno hacia la democracia, ni siquiera de poner coto a las corruptelas y vicios gubernamentales. El mejor ejemplo de ello lo tenemos en el 谩mbito federal; la alternancia en el 2000 no fue sino una reedici贸n de los viejos y anquilosados vicios del sistema pol铆tico mexicano, que ahora no han hecho sino pluralizarse y tornarse en carta de presentaci贸n de los gobiernos de todos los colores partidarios. Y en Oaxaca, un ejemplo lo constituye en la movilizaci贸n de 2006, que careci贸 de un proyecto pol铆tico claro, uno de los factores que incidieron en su posterior desarticulaci贸n.
La construcci贸n de una agenda com煤n no es tarea f谩cil. Se requiere de una amplia participaci贸n de la sociedad civil, de todos los signos ideol贸gicos. La agenda debe estar lejos de una posici贸n contestaria, en cambio, debe atender los problemas torales de Oaxaca. Se requiere tambi茅n la participaci贸n de expertos que puedan concretar la agenda y no sea un cat谩logo de buenas intenciones. Habr谩n de evitarse posiciones extremistas, tanto de partidos como de los representantes de la sociedad. Temas que polaricen las posiciones o que sean evidentemente contrarias鈥攅l aborto, por ejemplo鈥, tendr谩n que posponerse a la correlaci贸n de fuerzas y al debate posterior.
Una tarea que se antoja complicada, m谩xime que predominan los protagonismos y las posiciones intransigentes. Pero, si no se logran conciliar esos intereses y posiciones, de poco servir谩 un acuerdo entre partidos que conduzca a una alternancia, sin cambios en la pr谩ctica pol铆tica.
El candidato y la participaci贸n ciudadana
Un tema que polarizar谩 las discusiones ser谩 el de qui茅n encabece la eventual alianza opositora: el candidato. Y ya se apuntan tirios y troyanos, hasta personajes como Carlos Altamirano, manifiestan su inter茅s en ser abanderados. Como siempre, se preocupan por recoger frutos de un 谩rbol que a煤n no han sembrado. 鈥淓l mejor posicionado鈥, dicen otros y esgrimen encuestas para demostrar que son los m谩s conocidos, los m谩s viables para encabezar una alianza, como el caso del senador Gabino Cu茅.
Cierto, el candidato es importante, pero antes deben evaluarse los datos duros. En 2004 los sufragios obtenidos por la coalici贸n Todos Somos Oaxaca (PAN-PRD-PC), con Gabino Cu茅 como candidato, no result贸 sino la suma del voto duro de esos partidos. La participaci贸n en ese a帽o, fue del 50 por ciento, es decir, no concit贸 mayor expectativa m谩s que en quienes acuden en ese tipo de comicios a votar.
As铆, si existe una alianza de todos los partidos opositores y la participaci贸n ciudadana es igual al promedio de elecciones a gobernador (el 50 por ciento), el juego estar谩 en la cancha priista. Un eventual triunfo opositor en esas condiciones ser铆a por un margen tan escaso, que la 鈥渋ngenier铆a electoral鈥 del tricolor la subsanar铆a sin mayor problema: con una ca铆da del sistema, en casillas zapato en donde no se presenten representantes opositores o en el traslado de los paquetes. Adem谩s no hay que olvidar que el 谩rbitro de la contienda (el IEE), juega del lado del PRI. Se requiere entonces una participaci贸n superior al 55 por ciento, para contrarrestar; y apenas. S贸lo m谩s del 60 por ciento de electores en las urnas, nulifican cualquier operaci贸n mapacheril que se intente hacer.
Entonces, se requiere un candidato que motive a la poblaci贸n. Hasta ahora no hay ninguno. Y no se construye de un d铆a para otro. Incluso figuras como AMLO, no despertaron mayor entusiasmo en las elecciones federales recientes. Por tanto, efectivamente habr谩 de buscarse entre el mejor posicionado, que todo indica que hasta ahora es Gabino Cu茅, pero tambi茅n el que m谩s consensos genere entre las fuerzas pol铆ticas participantes y la sociedad civil acompa帽ante; y que sea capaz de capitalizar los excesos del r茅gimen para generar una alternativa de cambio. Pero, el verdadero reto es mover las inercias para que la gente salga a votar.
En ese sentido, las posibilidades podr谩n ir de la mano de los candidatos y las campa帽as por las diputaciones y, sobre todo, por las presidencias municipales.
Las municipales,聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽 posibilidad de capitalizar
La nueva legislaci贸n electoral, establece que en 2010 se realizar谩n, al mismo tiempo, comicios para gobernador, diputados locales y presidencias municipales. El hecho de que concurran tres procesos electorales abre posibilidades para todos los partidos para buscar una mayor participaci贸n ciudadana. Recordemos que las contiendas que mayor pasi贸n y compromiso despiertan son las elecciones de los ayuntamientos.
De hecho, los primeros y m谩s importantes triunfos opositores lo han sido en los comicios municipales; ah铆 arrebataron desde 1995 las principales ciudades de la entidad鈥 hasta el 2007, en que el PRI inicia su recuperaci贸n, arrebatando a la oposici贸n un importante n煤mero de esos municipios.
As铆, la disputa por la gubernatura en el 2010 podr铆a definirse en gran medida en los comicios municipales, dado que a煤n cuando pueda presentarse un voto diferenciado, es mayor la inercia de votar por un solo partido en los tres procesos que concurren.
Por supuesto, esta es una oportunidad y un reto para todos. Si el PRI repite la estrategia de 2007, dividiendo el voto opositor y empleando toda la estructura y recursos gubernamentales y partidarios, o bien inhibe lo suficiente la participaci贸n ciudadana, podr谩 repetir sus triunfos. Finalmente ser谩n s贸lo 152 los municipios, pero son los de mayor peso poblacional, los que concentran m谩s de las dos terceras partes de los electores.
Por el lado de la posible alianza, la definici贸n de los candidatos ser谩 fundamental, pero entra帽a gran complejidad. Si bien es cierto que, haciendo un r谩pido balance, normalmente son dos partidos los que se disputa las presidencia: en聽 algunos PRI vs PAN, en otros PRI vs PRD o PC. As铆 las cosas, habr铆an de hacerse a un lado los intereses de facciones, tribus y organizaciones sociales para definir las candidaturas. En mucho ah铆 se juegan m谩s que los ayuntamientos, sino la definici贸n misma de la gubernatura y la integraci贸n del Congreso local.
Un futuro gris para Oaxaca
鈥淓l comienzo de toda guerra puede descubrirse, no en el primer acto de hostilidad, sino en los consejos y los preparativos que la anteceden鈥, se帽ala el poeta John Milton. As铆, en Oaxaca las hostilidades por la sucesi贸n gubernamental hace rato que iniciaron. Y es que no es poco lo que est谩 en juego. En el 2010 no es s贸lo el continuismo o no del grupo en el poder lo que est谩 en juego, sino la posibilidad de exacerbaci贸n del rostro autoritario del r茅gimen, o en sentido contrario de una mayor apertura que permita detener la grave crisis que hace tiempo vive la entidad.
La disputa es en el interior y por fuera de los partidos pol铆ticos. Lo mismo en el PRI que en los partidos de oposici贸n se enfrentan fuerzas que son sost茅n de una u otra posici贸n. 聽
M谩s all谩 de los arreglos o entuertos de la clase pol铆tica, la definici贸n del rumbo deber铆a ser asumida por la ciudadan铆a. Porque es la sociedad oaxaque帽a la principal damnificada de esta guerra.
Comentarios: vicleonjm@hotmail.com
Todo indica que merced a la correlaci贸n de fuerzas dibujada por los comicios del 5 de julio, parad贸jicamente la decisi贸n en el PRI ser谩 eminentemente local: es decir, el proceso sucesorio estar谩 definida por las estrategias de los actores pol铆ticos que pretenden la candidatura, los grupos de inter茅s locales, y jugando con m谩s libertad que nunca, el gobernador del estado marcar谩 la pauta.
Por el contrario, la posici贸n de los partidos opositores depender谩 en gran medida de los acuerdos y lineamientos de sus dirigencias nacionales. La din谩mica de lo que suceda en el pa铆s, ser谩 decisivo para el rumbo que para el 2010 tomen PAN, PRD, PC y PT,
Son estos escenarios y posibilidades las que revisamos a continuaci贸n.
I. El PRI: continuismo hacia atr谩s
El PRI, el gran triunfador en los comicios de 2007 y 2009, en donde obtuvo carro completo y recuper贸 presidencias municipales, est谩 lejos de seguir el consejo de Sun Tzu: 鈥渃uando se ha conseguido la victoria, no vuelvo a emplear la misma t谩ctica otra vez, sino que, respondiendo a las circunstancias var铆o mis m茅todos hasta el infinito鈥. Aqu铆 por el contrario se empecinan en seguir una estrategia que poco tiene que ver con el h谩bil ejercicio de la pol铆tica y, en cambio, se lleva al extremo la falta de 茅tica.
Con las viejas reglas no escritas del sistema pol铆tico mexicano, se est谩 jugando la definici贸n del candidato del PRI a suceder a Ulises Ruiz Ortiz (URO). Aunque, aparentemente son media docena los aspirantes, las posibilidades reales se reducen a un par.
驴Delfinato?
Tras el arrollador triunfo priista, 鈥渉aiga sido como haiga sido鈥 (Calder贸n dixit), sin duda, las posibilidades de que el gobernador imponga como su sucesor a su delf铆n, el cuestionado Jorge Franco Vargas, se fortalece. Hasta antes del 5 de julio, en los corrillos de la real politik se se帽alaban los riesgos de una decisi贸n de esa naturaleza: el veto del gobierno federal, la animadversi贸n en distintos sectores de la poblaci贸n hacia su candidatura, la posibilidad de reactivaci贸n del movimiento social y un activismo del magisterio en contra, una creciente corriente interna adversa que podr铆a fracturar al partido.
Despu茅s de los comicios federales, esas variables han cambiado. Siendo el principal derrotado, el presidente Felipe Calder贸n, poco podr谩 hacer para vetar a ning煤n candidato, m谩xime que URO es de los art铆fices de los triunfos priistas y que 茅stos defender谩n sus intereses ante cualquier intento de intromisi贸n del gobierno federal.
La escasa popularidad del dirigente estatal del PRI ser铆a el factor de mayor riesgo pues puede unir a todos en su contra y, en sentido contrario, generar el impulso que requerir铆a un candidato opositor para ganar los comicios. Sin embargo, en la valoraci贸n interna no se ve esta posibilidad, la soberbia hace pensar que el ant铆doto para contrarrestar ese riesgo, se encuentra en la bien aceitada maquinaria priista y la estructura gubernamental (que para el caso es la misma), adem谩s de los millonarios recursos p煤blicos que se destinar谩n a la compra y coacci贸n del voto, as铆 como a la compra y coptaci贸n de dirigentes seudo opositores.
Los resultados de los procesos electorales de 2007 y 2008, le han permitido crear una estructura en toda la entidad, con incondicionales y aliados; adem谩s, ya mediante los amplios recursos econ贸micos de que hace uso o bien por la mano dura de la que hace gala, copta o dobla a adversarios, presidentes municipales, dirigentes opositores, tr谩nsfugas priistas, para que entren a su redil.
De la oposici贸n del movimiento social, 茅ste se encuentra desarticulado y, si no hay una situaci贸n de gravedad extrema que lo reanime, poca importancia tendr谩 para el proceso electoral del a帽o pr贸ximo. Del magisterio ya se les conoce la medida y dif铆cilmente el gobierno repetir谩 la estulticia del 2006, m谩s bien estar谩n prestos a satisfacer los avorazados intereses de la secci贸n 22, para que, como todos los a帽os, 茅ste llame a su voto de castigo y se retiren sin mayores problemas. En la pr谩ctica, este discurso es uno de los muchos artilugios que han llevado al PRI ha sostenerse en la entidad.
驴Rebeli贸n interna?
En los escenarios del priismo, todo indica que s贸lo las aspiraciones del senador Adolfo Toledo Infanz贸n podr铆an descarrilar las intenciones de la imposici贸n. El istme帽o se ha preparado durante tres sexenios para este momento, en los que ha montado una s贸lida estructura estatal, particularmente robustecida durante su paso por la Secretar铆a de Desarrollo Rural (en ese entonces SEDAF) y el COPLADE, posiciones desde las cuales cre贸 ese equipo y lo coloc贸 en la estructura gubernamental y partidaria, en todo el territorio estatal, sino que tambi茅n estableci贸 relaciones con grupos opositores, organizaciones sociales y diversos actores pol铆ticos regionales y locales.
Por otra parte ha estado lejos de enfrentarse abiertamente con los equipos de los gobernadores con quienes ha trabajado: Di贸doro Carrasco, Jos茅 Murat y Ulises Ruiz. Por eso tambi茅n puede capitalizar los excesos en que ha incurrido la burbuja gobernante, por m谩s que ha formado parte de ella, una buena parte de la militancia que desaprueba la faz autoritaria del r茅gimen, podr铆a identificarse con 茅l.
Adem谩s, su posici贸n es inmejorable (para 茅l), pues siendo senador evit贸 de alguna forma la confrontaci贸n abierta contra los actores pol铆ticos en 2006, si bien en la burbuja priista 茅ste es uno de sus pecados; del mismo modo que puede presentar una imagen alejada de la actual administraci贸n gubernamental, para no asumir los costos de sus yerros. Algo que ser谩 de gran utilidad, m谩xime si su adversario es un candidato surgido de una alianza opositora.
En contra obrar铆a el hecho de haber perdido los comicios en el 2006, pues es senador plurinominal, dado que en la contienda de mayor铆a perdi贸 ante las f贸rmulas de la Coalici贸n por el Bien de Todos, encabezadas por Gabino Cu茅 y Salom贸n Jara.
Tambi茅n en su pasivo se encuentra su conocida disciplina ante los designios del gran elector; acatar sin cortapisas la imposici贸n de un Delfinado: moverse s贸lo en los l铆mites de lo permitido por las reglas no escritas del juego sucesorio, no romper con el PRI ni valorar siquiera la posibilidad de disputar por otra v铆a (como un partido de oposici贸n) la gubernatura del estado. Esto representar铆a, quedarse a medias, justo en lo que parecer铆a la m谩s importante oportunidad en su carrera pol铆tica, y con dif铆ciles oportunidades de que pudiera repetirse.
Media docena de aspirantes
De los otros personajes que han manifestado en p煤blico o en privado sus aspiraciones a suceder a URO, parecen tener pocas probabilidades: Jos茅 Antonio Estefan Garfias, Jos茅 Antonio Hern谩ndez Fraguas, Eviel P茅rez Maga帽a, H茅ctor Pablo Ram铆rez Puga, Manuel Garc铆a Corpus, m谩s los que se acumulen, son los personajes necesarios para contar con una pasarela m谩s ampl铆a; pero sus posibilidades dependen de su capacidad de forjarse condiciones y contar con un capital pol铆tico que les permita reclamar un cambio en las reglas; sin embargo, dif铆cilmente se atrever谩n a indisciplinarse o a exigir una consulta a las bases (la que, adem谩s, estar铆a controlada por el CDE del PRI, que a su vez est谩 bajo el control de Franco).
Claro, en la tradicional forma priista de muestrear a los posibles candidatos y ampliar el abanico de posibilidades, se puede fortalecer alguna candidatura que el gran elector tenga siempre a la mano, por s铆 fallan las condiciones para nombrar al favorito, as铆 como para negociar con los intereses que se mueven en torno al proceso sucesorio.
Por eso se explica la creciente exposici贸n del diputado federal electo Eviel P茅rez Maga帽a, quien ha sido designado coordinador de la bancada oaxaque帽a en la pr贸xima legislatura federal, y que realiza giras por toda la entidad. En los rituales priistas, estos gui帽os, deferencias, detalles incluso de la vida privada, son se帽ales que se env铆an, lo mismo para desestimar a algunos, como para encumbrar a otros. Pero, salvo que alguno se decidiera a聽 romper con su partido, lo que es poco probable, apuestan m谩s bien a que las confrontaciones entre los candidatos con posibilidades reales, tensen a tal grado sus el proceso que se requiera a un tercero en discordia,
II. Alianza opositora: 鈥渘o los une el amor sino el espanto鈥
Reci茅n se conoc铆an los resultados de los comicios del 5 de julio, cuando ya el senador Gabino Cu茅, llamaba a una alianza opositora con miras a las elecciones a gobernador de 2010, como 煤nica posibilidad de enfrentar al aparato estatal volcado a favor del PRI. Pronto respond铆a Ugartechea del PAN se帽alando que cualquier alianza, tendr铆a que ser promovida y construida desde la sociedad civil; d铆as m谩s tarde, el panismo otorgaba un voto de confianza a su dirigencia para entablar el di谩logo con los otros partidos de oposici贸n al PRI, para evaluar las posibilidades de la alianza; en el PRD, Lenin L贸pez Nelio, formalmente secretario general del comit茅 estatal, tambi茅n se ha pronunciado a favor de construirla.
Por supuesto, el punto de uni贸n, es derrotar al autoritarismo priista del actual grupo en el poder. Y en ese sentido tiene raz贸n, tal vez la alianza sea la 煤nica posibilidad de obtener un triunfo en los comicios del 2010; pero no basta, si no se cumplen ciertas condiciones y se propician las coyunturas necesarias para ello. Veamos los escenarios que pueden presentarse.
Enemigos en lo federal,
驴aliados en lo estatal?
La aparente buena disposici贸n de los partidos pol铆ticos en el 谩mbito local, puede chocar con la confrontaci贸n que tienen en el federal; por eso las posibilidades de la alianza opositora estar谩n condicionadas por los acuerdos o desencuentros que se vayan tejiendo en la pol铆tica nacional.
La cuesti贸n de mayor relevancia es la relaci贸n entre el partido del presidente (PAN), con los partidos de Andr茅s Manuel L贸pez Obrador (PC-PT y una fracci贸n de PRD). Un escenario complicado es que por un lado tengan una confrontaci贸n permanente, cargada de descalificaciones mutuas; y, por otro, coincidan en una candidatura de unidad en Oaxaca. Situaci贸n que, por supuesto, tampoco es imposible, ya en 2004 hubo un ejercicio similar, si bien entonces no exist铆a un enfrentamiento al nivel que ahora protagonizan el autodenominado 鈥減residente leg铆timo鈥, con Felipe Calder贸n y el PAN.
Ese constituir谩 uno de los principales obst谩culos a vencer. En parte, esta situaci贸n empezar谩 a definirse en el relevo en la dirigencia nacional del PAN; C茅sar Nava, el seguro sucesor del beligerante Germ谩n Mart铆nez, se帽ala su disposici贸n a 鈥渉ablar con todos鈥. De la t贸nica que imprima a su gesti贸n, as铆 como de quien se perfile como candidato, podr谩 definirse el futuro de Oaxaca, al menos de los contendientes en los comicios 2010.
Tambi茅n falta por vencer las reticencias de AMLO; 驴alguien se lo imagina compartiendo un mitin con C茅sar Nava? De la valoraci贸n que haga el excandidato presidencial, tambi茅n depende en mucho la definici贸n de la alianza.
Similar situaci贸n se prev茅 en el PRD, pero m谩s bien por las resistencias locales que seguramente se opondr谩n a cualquier posibilidad de ganarle al PRI.
驴De seudo opositores,
a dem贸cratas?
Otro obst谩culo es, parad贸jicamente, la posici贸n de las dirigencias estatales de los partidos pol铆ticos de oposici贸n. Casi todos responden a los intereses del PRI.
O en el PRD local, a quien de las tribus y familias que regentean ese partido se imagina impulsando un gobierno de transici贸n: 驴los Serrano Toledo?, 驴los Carmona Laredo, siendo que la hija de Raymundo es ahora 隆diputada federal!?, 驴los V谩squez Luis?, 驴los Ram铆rez?, 驴los L贸pez Nelio Santiago?, etc茅tera, etc茅tera.
Y en el PAN: 驴a Carlos Moreno Alc谩ntara, conocido por su complacencia con el gobierno en turno?, 驴a Guillermo Zavaleta, que tan buenos servicios presta al ulisismo?, 驴a los diputados locales que sesi贸n tras sesi贸n rinden pleites铆a al gobierno en turno?
Si algo ha sido exitoso en el trabajo del PRI en Oaxaca y explica en mucho sus triunfos, es la puesta en pr谩ctica la m谩xima: 鈥渆n pol铆tica, todo lo que se compra con dinero es barato鈥. Y, lo mismo con prebendas, tr谩fico de influencias, recursos, el caso es que los seudo opositores, no hacen sino obedecer consignas. Fueron los perredistas y panistas los que se opusieron en 2004 a una alianza opositora y no fue sino hasta que las dirigencias nacionales se los ordenaron, que tuvieron que plegarse. Fueron ellos mismos los que en el conflicto de 2006, fueron sost茅n del Legislativo y operaron en contra del movimiento social. Ellos mismos los que avalan lo mismo cuentas p煤blicas, que atropellos legislativos.
Han constituido un dique ya no digamos para la transici贸n en Oaxaca, sino para siquiera intentar hacer un m铆nimo contrapeso al Ejecutivo y al PRI. Las repentinas posiciones contestatarias de personajes como Lenin L贸pez Nelio, obedecen m谩s a pleitos por prebendas o a los excesos autoritarios del dirigente priista, antes su aliado, que a una genuina voluntad dem贸crata.
Seguramente, cuando los tiempos as铆 lo requieran o su patr贸n se los instruya, esos opositores de membrete, volver谩n a torpedear cualquier intento de alianza. Mientras hacen c贸mo que trabajan por ella, pero los tiempos corren y no se ven esfuerzos serios por construirla. Y, si se da, como hace seis a帽os, trabajar谩n por sus cotos de poder, pos las candidaturas que pepenen, dif铆cilmente se comprometer谩n por un trabajo serio.
La posibilidad es que las dirigencias nacionales la arropen, como en 2004, y en el 谩mbito estatal, algunos personajes m谩s independientes del PRI-gobierno, como Ugartechea en el PAN o los exdiputados perredistas Oth贸n Cuevas, Carlos Mart铆nez, entre otros, pueden ser el puntal desde donde transformar el partido para generar el ambiente necesario para ir a una alianza. Convergencia, posiblemente el m谩s interesado en concretar la alianza, carece de la estructura y el peso necesarios para tal empresa, pero ir贸nicamente su construcci贸n de acuerdos en el 谩mbito federal, es la que genera mayores posibilidades de realizarla.
Agenda conjunta, lo posible
Si, venciendo todas las resistencias e intereses, se concreta la alianza opositora, 茅sta carecer铆a de sentido si no va acompa帽ada de una agenda que permita la transformaci贸n de las estructuras y las pr谩cticas que tienen a Oaxaca en el atraso pol铆tico, econ贸mico y social.
De no ser as铆, un eventual triunfo opositor no es garant铆a de tr谩nsito alguno hacia la democracia, ni siquiera de poner coto a las corruptelas y vicios gubernamentales. El mejor ejemplo de ello lo tenemos en el 谩mbito federal; la alternancia en el 2000 no fue sino una reedici贸n de los viejos y anquilosados vicios del sistema pol铆tico mexicano, que ahora no han hecho sino pluralizarse y tornarse en carta de presentaci贸n de los gobiernos de todos los colores partidarios. Y en Oaxaca, un ejemplo lo constituye en la movilizaci贸n de 2006, que careci贸 de un proyecto pol铆tico claro, uno de los factores que incidieron en su posterior desarticulaci贸n.
La construcci贸n de una agenda com煤n no es tarea f谩cil. Se requiere de una amplia participaci贸n de la sociedad civil, de todos los signos ideol贸gicos. La agenda debe estar lejos de una posici贸n contestaria, en cambio, debe atender los problemas torales de Oaxaca. Se requiere tambi茅n la participaci贸n de expertos que puedan concretar la agenda y no sea un cat谩logo de buenas intenciones. Habr谩n de evitarse posiciones extremistas, tanto de partidos como de los representantes de la sociedad. Temas que polaricen las posiciones o que sean evidentemente contrarias鈥攅l aborto, por ejemplo鈥, tendr谩n que posponerse a la correlaci贸n de fuerzas y al debate posterior.
Una tarea que se antoja complicada, m谩xime que predominan los protagonismos y las posiciones intransigentes. Pero, si no se logran conciliar esos intereses y posiciones, de poco servir谩 un acuerdo entre partidos que conduzca a una alternancia, sin cambios en la pr谩ctica pol铆tica.
El candidato y la participaci贸n ciudadana
Un tema que polarizar谩 las discusiones ser谩 el de qui茅n encabece la eventual alianza opositora: el candidato. Y ya se apuntan tirios y troyanos, hasta personajes como Carlos Altamirano, manifiestan su inter茅s en ser abanderados. Como siempre, se preocupan por recoger frutos de un 谩rbol que a煤n no han sembrado. 鈥淓l mejor posicionado鈥, dicen otros y esgrimen encuestas para demostrar que son los m谩s conocidos, los m谩s viables para encabezar una alianza, como el caso del senador Gabino Cu茅.
Cierto, el candidato es importante, pero antes deben evaluarse los datos duros. En 2004 los sufragios obtenidos por la coalici贸n Todos Somos Oaxaca (PAN-PRD-PC), con Gabino Cu茅 como candidato, no result贸 sino la suma del voto duro de esos partidos. La participaci贸n en ese a帽o, fue del 50 por ciento, es decir, no concit贸 mayor expectativa m谩s que en quienes acuden en ese tipo de comicios a votar.
As铆, si existe una alianza de todos los partidos opositores y la participaci贸n ciudadana es igual al promedio de elecciones a gobernador (el 50 por ciento), el juego estar谩 en la cancha priista. Un eventual triunfo opositor en esas condiciones ser铆a por un margen tan escaso, que la 鈥渋ngenier铆a electoral鈥 del tricolor la subsanar铆a sin mayor problema: con una ca铆da del sistema, en casillas zapato en donde no se presenten representantes opositores o en el traslado de los paquetes. Adem谩s no hay que olvidar que el 谩rbitro de la contienda (el IEE), juega del lado del PRI. Se requiere entonces una participaci贸n superior al 55 por ciento, para contrarrestar; y apenas. S贸lo m谩s del 60 por ciento de electores en las urnas, nulifican cualquier operaci贸n mapacheril que se intente hacer.
Entonces, se requiere un candidato que motive a la poblaci贸n. Hasta ahora no hay ninguno. Y no se construye de un d铆a para otro. Incluso figuras como AMLO, no despertaron mayor entusiasmo en las elecciones federales recientes. Por tanto, efectivamente habr谩 de buscarse entre el mejor posicionado, que todo indica que hasta ahora es Gabino Cu茅, pero tambi茅n el que m谩s consensos genere entre las fuerzas pol铆ticas participantes y la sociedad civil acompa帽ante; y que sea capaz de capitalizar los excesos del r茅gimen para generar una alternativa de cambio. Pero, el verdadero reto es mover las inercias para que la gente salga a votar.
En ese sentido, las posibilidades podr谩n ir de la mano de los candidatos y las campa帽as por las diputaciones y, sobre todo, por las presidencias municipales.
Las municipales,聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽聽 posibilidad de capitalizar
La nueva legislaci贸n electoral, establece que en 2010 se realizar谩n, al mismo tiempo, comicios para gobernador, diputados locales y presidencias municipales. El hecho de que concurran tres procesos electorales abre posibilidades para todos los partidos para buscar una mayor participaci贸n ciudadana. Recordemos que las contiendas que mayor pasi贸n y compromiso despiertan son las elecciones de los ayuntamientos.
De hecho, los primeros y m谩s importantes triunfos opositores lo han sido en los comicios municipales; ah铆 arrebataron desde 1995 las principales ciudades de la entidad鈥 hasta el 2007, en que el PRI inicia su recuperaci贸n, arrebatando a la oposici贸n un importante n煤mero de esos municipios.
As铆, la disputa por la gubernatura en el 2010 podr铆a definirse en gran medida en los comicios municipales, dado que a煤n cuando pueda presentarse un voto diferenciado, es mayor la inercia de votar por un solo partido en los tres procesos que concurren.
Por supuesto, esta es una oportunidad y un reto para todos. Si el PRI repite la estrategia de 2007, dividiendo el voto opositor y empleando toda la estructura y recursos gubernamentales y partidarios, o bien inhibe lo suficiente la participaci贸n ciudadana, podr谩 repetir sus triunfos. Finalmente ser谩n s贸lo 152 los municipios, pero son los de mayor peso poblacional, los que concentran m谩s de las dos terceras partes de los electores.
Por el lado de la posible alianza, la definici贸n de los candidatos ser谩 fundamental, pero entra帽a gran complejidad. Si bien es cierto que, haciendo un r谩pido balance, normalmente son dos partidos los que se disputa las presidencia: en聽 algunos PRI vs PAN, en otros PRI vs PRD o PC. As铆 las cosas, habr铆an de hacerse a un lado los intereses de facciones, tribus y organizaciones sociales para definir las candidaturas. En mucho ah铆 se juegan m谩s que los ayuntamientos, sino la definici贸n misma de la gubernatura y la integraci贸n del Congreso local.
Un futuro gris para Oaxaca
鈥淓l comienzo de toda guerra puede descubrirse, no en el primer acto de hostilidad, sino en los consejos y los preparativos que la anteceden鈥, se帽ala el poeta John Milton. As铆, en Oaxaca las hostilidades por la sucesi贸n gubernamental hace rato que iniciaron. Y es que no es poco lo que est谩 en juego. En el 2010 no es s贸lo el continuismo o no del grupo en el poder lo que est谩 en juego, sino la posibilidad de exacerbaci贸n del rostro autoritario del r茅gimen, o en sentido contrario de una mayor apertura que permita detener la grave crisis que hace tiempo vive la entidad.
La disputa es en el interior y por fuera de los partidos pol铆ticos. Lo mismo en el PRI que en los partidos de oposici贸n se enfrentan fuerzas que son sost茅n de una u otra posici贸n. 聽
M谩s all谩 de los arreglos o entuertos de la clase pol铆tica, la definici贸n del rumbo deber铆a ser asumida por la ciudadan铆a. Porque es la sociedad oaxaque帽a la principal damnificada de esta guerra.
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