Buena parte del empantanamiento de las negociaciones para la reforma electoral se debi贸 a la carencia de liderazgo en el Congreso local. El panista Juan Iv谩n Mendoza s贸lo llegaba a los actos protocolarios de instalaci贸n de la mesa de negociaci贸n y se iba; primero porque no entend铆a de lo que se hablaba y, segundo porque estaba m谩s preocupado y ocupado en buscar la dirigencia estatal del PAN.
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Justo al l铆mite que establece la legislaci贸n para hacer una reforma electoral (90 d铆as antes del inicio de un proceso electoral), y muy lejos de los seis meses que la reforma Constitucional del mes de abril de 2011 diera de plazo para hacer los ajustes necesarios a la legislaci贸n secundaria, finalmente este agosto de 2012, la 61 Legislatura estatal aprob贸 un paquete de reformas en esa materia.
Eso s铆, los diputados y diputadas se aventaron un paquete completo. En una semana aprobaron no s贸lo las reformas al c贸digo electoral, tambi茅n a la ley de medios de impugnaci贸n y promulgaron la ley de participaci贸n ciudadana. Esto es, lo que no hicieron en 16 meses, les tom贸 siete d铆as. La impronta de legislar al vapor apareci贸 en el Congreso. No s贸lo eso, o m谩s bien, en mucho las reformas se detuvieron y se omiti贸 un ejercicio amplio de consulta debido a los intereses partidarios y sectarios que prevalece en Oaxaca.
Para empezar, el problema es la forma de definir la nueva normatividad. Reunidos no en lo oscurito, sino m谩s bien en un lujoso hotel, las diputados y sus asesores, corriendo los mejores licores, se daban a la tarea de revisar la reforma. Y daban vueltas en redondo, como dicen los vallistas, pues tal parece que lejos de las profundas reformas de fondo que anunciaron, fue una reedici贸n eso s铆 corregida y aumentada, del viejo c贸digo electoral oaxaque帽o.
Partidos contra cambios
Y es que los cambios sustantivos fueron frenados por la cauda de intereses que los partidos pol铆ticos y sus tribus hicieron prevalecer. La demanda de una mayor ciudadanizaci贸n del 贸rgano electoral, no era compartida por PAN y PRD, partidos que por el contrario buscaban garantizar un mayor control del instituto estatal electoral y de participaci贸n ciudadana.
La fiscalizaci贸n exhaustiva a los partidos pol铆ticos, que permitiera evitar los problemas que ahora mismo se presentan en la escena nacional, era algo que no conven铆a a ninguno de los partidos, acostumbrados a gastar discrecionalmente los recursos p煤blicos y no rendir cuentas de nada.
La derogaci贸n de la cl谩usula de gobernabilidad, misma que hab铆a sido eliminada de la normatividad oaxaque帽a en 2007, pero que con el garlito de una reforma de fondo, fue reimpuesta en el 2008, con la complacencia (y los votos) de todos los partidos pol铆ticos, permaneci贸 intocada. El PRI, aunque en un primer momento parec铆a ceder de un 16 a un 10% en la sobrerrepresentaci贸n, de 煤ltimo momento meti贸 reversa y dijo que si entraba ese tema, ellos se sal铆an del proceso. Mucho menos por supuesto, la propuesta de modificar el mecanismo de distribuci贸n de las curules plurinominales.
Los tricolores, m谩s audaces 鈥搊 m谩s ma帽osos- se salieron con la suya en ese y en otros temas. Tampoco permitieron tocar la f贸rmula para el reparto de los recursos p煤blicos que reciben los partidos, pues la actual forma les favorece ampliamente: 30 por ciento se reparte por igual entre todos los partidos; 10 por ciento, de acuerdo a las curules que tengan en el Congreso local, y 60 por ciento de acuerdo a la votaci贸n recibida. La propuesta nueva era que un 40 por ciento se repartiera equitativamente y el 60 por ciento de acuerdo a la votaci贸n recibida en el 煤ltimo proceso electoral. No pas贸.
Como tampoco el tema de las coaliciones al que los partidos que se coaligaron en el 2010 para vencer al PRI pusieran torpemente todas sus apuestas. Y les ganaron los priistas. Un tema menor, lo convirtieron en el eje de su propuesta: coaliciones parciales. La fracci贸n priista dijo no, y se quedaron como ahora, s贸lo es permitida la coalici贸n cuando sea total: todos los distritos y municipios.
Congreso sin liderazgo
Buena parte del empantanamiento de las negociaciones se debi贸 a la carencia de liderazgo en el Congreso local. El panista Juan Mendoza, s贸lo llegaba a los actos protocolarios de instalaci贸n de la mesa de negociaci贸n y se iba; primero porque no entend铆a de lo que se hablaba y, segundo, porque parec铆a m谩s preocupado y ocupado en buscar la dirigencia estatal del PAN, por lo que no quer铆a distraerse ni que una posici贸n de fuerza coalicionista le echara a perder su logro presumido posteriormente: la 鈥渦nanimidad鈥 en la votaci贸n.
Encontr贸 eco en el priista El铆as Cort茅s quien, pese a varios desaguisados que protagonizara cuando se pasaba de copas y llegaba a cambiar art铆culos ya consensados en la reforma al grito de 鈥渆l 煤nico experto en materia electoral soy yo鈥, tambi茅n apostaba a una reforma un谩nime, pero sin cambios sustanciales que quitaran ventajas al PRI. Ya bastante tienen con habernos quitado el 贸rgano electoral donde no tenemos representantes, dec铆a entre sarcasmos, pues luego presum铆a del control que han tenido de representantes y consejeros del PAN y el PRD. El motivo de El铆as es claro, igual que su correligionario panista, 茅l busca la dirigencia estatal del PRI.
Adem谩s, como se帽alara el colega Luis Ocejo (Noticias 11/08/12), tal parece que el grupo al que se refer铆a El铆as Cort茅s y que por a帽os mantuvo el control del tema electoral, predominaba en la mesa de asesores y legisladores: ex consejeros como Ariel Mendoza, as铆 como el ex director de Organizaci贸n Electoral, Jon谩s Gonz谩lez Ayuso, participaban como asesores del PRD. El exdirector de Partidos Pol铆ticos, Jorge Carre帽o, es asesor del PRI. Dagoberto Carre帽o Gopar, aprovechando que fue enviado por el Ejecutivo como su representante, en los hechos no hac铆a sino defender los intereses del PAN.
El com煤n denominador de todos estos personajes, es la complicidad que tuvieron durante toda la d茅cada anterior, con el grupo encabezado por el el ex presidente del Instituto estatal electoral: Jos茅 Luis Echeverr铆a y su sojuzgamiento a Ulises Ruiz y al PRI.
Por si fuera poco, en las prisas los diputados tuvieron errores garrafales, duplicaron art铆culos, no hab铆a correspondencia entre ellos, la redacci贸n era mala. Tan grave el asunto que tuvieron que hacer ya una primera reforma a la reforma del viernes 10 de agosto, en la que enmendaron esos errores.
Ciudadan铆a sin participaci贸n
Y en el caso de la Ley de Participaci贸n Ciudadana, lo que brill贸 por su ausencia fue precisamente la participaci贸n de la ciudadan铆a. En una ley ad hoc para el lucimiento de los legisladores, no tuvieron el cuidado de convocar al menos a un foro, una reuni贸n o algo por el estilo, en que participara la sociedad civil. El resultado es una incongruencia: una ley de participaci贸n ciudadana sin que la ciudadan铆a participe, pese a que incluso se han presentado distintas iniciativas al respecto desde organizaciones diversas del amplio espectro de la sociedad civil.
Con todo hubo algunos avances en este paquete de reformas electorales: en el caso de las elecciones de lo que se conoce como usos y costumbres; en el tema del Servicio Profesional Electoral; en la Regulaci贸n de las Encuestas; en la implementaci贸n de un R茅gimen Sancionador. Sin embargo, como estar铆an las cosas que esas modificaciones de fondo que hubo, no provinieron de la iniciativa de los diputados. As铆 pues, la reforma que necesitaba y demandaba la sociedad oaxaque帽a se qued贸 esperando nuevamente. Ser谩 hasta la siguiente legislatura la que podr铆a abordarla. Y eso depende de c贸mo queden distribuidas las fuerzas pol铆ticas.