Cuauhtémoc Blas
Con el mal gobierno que hay en Oaxaca, ¿quién creerá que algo ha cambiado? La ligereza con que se manejan las decisiones importantes; la inocultable falta de dineros del erario retenidos a Secretarías, municipios, institutos (MACO, CECyTE) y a decenas, quizá cientos de proveedores, a algunos ya se les ha dicho incluso que les pagarán hasta el próximo año; el tortuguismo en “la obra del sexenio” en Cinco Señores, obra realmente sencilla de simples pasos a desnivel que va para dos años en construcción cuando en otros estados más grandes las culminan en seis meses.
“Obra del sexenio”
Cinco Señores es “la obra del sexenio” porque sintetiza desde su concepción el desprecio a la opinión de los ciudadanos y de expertos en urbanismo, el manejo irregular del otorgamiento de las obras, con licitaciones amañadas, el dispendio y derroche de recursos. “La obra del sexenio” porque arrancó como este gobierno, sin orden, sin COPLADE, sin planificación, sin tener sustento en un Plan de Desarrollo Urbano ni de Ordenamiento Vial. Todo a la improvisación.
Esta obra se anunció primero costaría 126 millones de pesos, luego aumento 78 y luego 80 para quedar en 206 millones. Y todo tan a la vista que no deja duda de la desilusión, del desencanto, de la frustración de los ciudadanos que soñaron con un cambio para bien. La construcción ha sido el giro de los tres últimos gobierno, Murat sus Universidades Regionales que lucían cuarteadas desde el mismo día de su inauguración, bulevares con postes y luminarias pero sin instalación eléctrica; Ulises se lanzó en grande con las Ciudades Administrativa y Judicial, Hospitales y clínicas al por mayor que quedaron inconclusas pero con sus presupuestos ejercidos.
Gabino sigue la redituable moda con el adefesio de Cinco Señores y los Deportivos Venustiano Carranza y el del Tecnológico, de igual lentitud en su construcción, tanto que por este último el equipo de fútbol Alebrijes declaró que ya se iba de Oaxaca al no contar oportunamente con su espacio.
Salud a la deriva
El sector Salud pronto reiniciará las construcciones, no de los hospitales o clínicas inconclusas, sino de nuevos Centros de Vacunación en el estado. Puede ser importante, pero más culminar, ampliar y proveer de personal, medicinas e infraestructura a los Centros de Salud donde últimamente se ha agudizado la negligencia. Está visto que la anomia en Salud parte desde la jerarquía y en vez de cambiar al titular responsable último de la ola imparable de negligencias el gobernador lo sostiene y refuerza. Ante las 50 mil firmas con que Avaaz.org pide la renuncia de Germán Tenorio Vasconcelos, Gabino dijo que sólo el gobernador podía remover a su gabinete. Pero que no se lo pidiera la Sección 22 porque de inmediato satisfaría a sus aliados, por muy su amigo que sea el funcionario como sucedió en el caso de Bernardo Vásquez Colmenares a quien la 22 corrió de la dirección del IEEPO.
En vez de pugnar por someter a todos los oaxaqueños al imperio de la ley, en su informe Gabino prácticamente agradeció a su homólogo Gabriel Mancera que, igual que él en Oaxaca, haya permitido a los maestros de la CNTE realizar actos vandálicos y afectar a la ciudadanía del DF. Tolerancia le llaman a eso de soportar y defender dichos excesos. Y el gobernador no sólo no los inhibe sino los alienta, los financia.
Compra de diputados
La increíble manera en que partieron los diputados salientes de la LXI Legislatura de Oaxaca, su exigencia de cobrar adelantado las últimas ventas de sus votaciones, y la dilación de la Secretaría de Finanzas del poder ejecutivo en cumplir ese trato comercial, quizá para evitar la postrer erogación, ilustra con claridad la índole de ambos poderes. Como los personajes decadentes de El Quijote peleando por la talega de dinero. Pero acá a diferencia de ese clásico, la talega era de ninguno, era del pueblo. Y sin embargo, ahora ya está en sus cuentas personales. No obstante el jefe del ejecutivo estatal desgranó otra de sus perlas discursivas: “En los primeros tres años de esta administración hemos trabajado con el genuino afán de servir a nuestra gente; apartados del clientelismo político, sin injerencia estatal en la vida municipal, y desde luego, con absoluto respeto a la autonomía de los Poderes del Estado.”
Sólo discursos pues cuando no hay obra trascendente que festejar las frases felices sirven para hablar de glorias subjetivas: “detrás de las nubes se esconden mil soles que iluminarán a Oaxaca en su devenir de grandeza”, dijo cerca del final de su insustancial discurso del tercer informe.