Resumen Ejecutivo
Michoacán no ha dejado de ser laboratorio de experimentos extremos. En ese estado comenzó la guerra fallida de Felipe Calderón contra el narcotráfico y es ahí mismo donde ahora proliferan las autodefensas que son la cara oculta de la estrategia del establecimiento federal para limpiar de capos a la entidad.
Sin embargo, los riesgos de que el experimento se salga de control están a la vista: muchas armas en poder de varios grupos, algunos con presuntos nexos con la guerrilla, otros con el crimen organizado y los más estructurados con el Estado. Las entidades vecinas sellan su frontera con Michoacán.
Autodefensas para limpiar de cárteles
La lógica del conflicto exhibe un patrón dominante: dejar hacer a algunas autodefensas para que sean ellas las que lideren el exterminio de los cárteles que operan en el estado. Pero al calor de los enfrentamientos ya se extiende una irritación genuinamente popular y no se descarta que sea la población la que se arme, en el inicio de lo que sería una guerra civil o el surgimiento del fenómeno paramilitar en México.
En Michoacán hay muchas vidas humanas en juego y muchas familias que están expuestas a lo peor. ¿A quién corresponde, en última instancia, la responsabilidad de apaciguar la entidad? Sin duda al Presidente de la República. ¿Puede Enrique Peña Nieto detener la masacre que parece inminente? En Michoacán, la tesis de Kate Doyle se ha confirmado: el Ejército puede ser eficaz en la contención de un conflicto focalizado, pero sería completamente rebasado ante una crisis estatal o regional.
Además, en otras partes del país observan el caso Michoacán y es obvio que esa entidad se convierte en referencia y modelo para los grupos comunitarios que se ven asolados por el crimen organizado. Michoacán está a punto de convertirse en el mayor fracaso político del gobierno de Enrique Peña Nieto.
El general Oscar Naranjo, asesor del presidente en materia de seguridad, sería el autor de la formación de las autodefensas. “Un reporte en The Huffington Post en junio del año pasado, tras el nombramiento de Naranjo en el equipo de Peña Nieto, recordó cómo los aliados del general asesinaron a cientos de miembros del Cártel de Medellín, con lo cual aislaron y debilitaron a Escobar. El periódico digital informó que Naranjo nunca negó esa alianza negra con paramilitares y narcotraficantes. Es fácil ser crítico en retrospectiva, lo citó el Post, ‘pero cuando dos o tres carros bombas explotan en Bogotá, Medellín o Cali y hay 120 muertos cada semana en esta guerra, la verdad es que el Estado y la sociedad dijeron, ‘hagan lo que tengan que hacer para parar esto’.
Ese ‘hagan lo que tengan que hacer’ se convirtió en la creación de grupos paramilitares, financiados por hacendados e industriales colombianos, que en los 90 se convirtieron en las Autodefensas Unidas de Colombia, diseñadas como una solución al problema de la violencia en aquel país, que se volvieron núcleo de corrupción y terror (…) y hay asesinatos, masacres y desplazamiento de población civil. En esa perspectiva, la colombianización de Michoacán es una realidad en la que no hay nada que lleve a pensar que lo que sucedió en Colombia no pase en México y que la solución se convierta en un nuevo problema, más grave e irresponsable aquí, al conocerse los funestos resultados de aquello que Naranjo comenzó”1.
Descontrol sobre grupos violentos
El ambiente regional y nacional es de desasosiego. Hay variables de las que nadie tiene control: 1) el avance territorial de los grupos de autodefensa; 2) la acción de la delincuencia organizada contra las fuerzas federales: el Ejército, la Armada y la Policía Federal; 3) el choque entre cárteles y de éstos con los grupos de autodefensa; 4) la reactivación de un nuevo ciclo guerrillero; 5) la eventual convergencia con otros grupos beligerantes, como los anarquistas o los universitarios de la ciudad de México.
En este contexto, se entiende que en un lapso de nueve meses (enero-septiembre de 2013), hayan salido del país más de 26 mil millones de dólares. De acuerdo con el Banco de México, esto representa alrededor de 15 por ciento de las reservas internacionales. Más allá de la narrativa oficial y del ambiente triunfalista que priva entre los funcionarios, la gobernabilidad en algunas regiones del país no existe. Michoacán es ya un punto de quiebre entre la funcionalidad democrática del régimen y los grupos de facto que le apuestan a las acciones directas en política.
¿Puede surgir un movimiento revolucionario?
¿Puede, en este ambiente de descomposición, conflicto e irritación social, germinar un movimiento revolucionario? La tesis dominante al respecto es que las revoluciones no se hacen, simplemente aparecen.
Una interpretación de fondo sugiere que parte de esta problemática, que no sólo tiene que ver con la violencia, sino con la inseguridad en su sentido más amplio, se debe al sistemático debilitamiento del Estado a partir de la instauración de un patrón de acumulación neoliberal, lo que disparó el conflicto social y éste, a su vez, fue el marco de surgimiento de nuevos movimientos sociales que no tienen estructura, ni verticalidad, ni liderazgos centrales: “…no se referencian en el Estado…ni reproducen en su interior las formas jerárquico-patriarcales (…) No han formado estructuras aparatos, ni han entronizado dirigentes permanentes por encima de los colectivos. Son movimientos que nacieron…contra el autoritarismo (…) Se nutren de sus variantes antisistémicas…comparten…su aspiración a cambiar el mundo por fuera del Estado y a crear instituciones posestatales…Se organizan para construir un mundo nuevo, no para incrustarse en las instituciones. Encarnan la posibilidad concreta de que florezca una nueva cultura política que trabaje para que los cambios vengan de abajo”2.
Alianza gobierno-autodefensas
Hay elementos para considerar que el establecimiento federal le apuesta a una acción directa en contra de los cárteles michoacanos a través de algunos grupos de autodefensa. “El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong…Al aceptar que el gobierno federal mantiene un diálogo con los grupos de autodefensa…y afirmar que protege a uno de sus líderes…reconoce que el gobierno claudicó a su responsabilidad primaria de promover seguridad a todos los ciudadanos…Bajo la premisa de que el fin justifica los medios, el secretario de Gobernación confirma que la ley en México es discrecional”3.
Parece de innegable veracidad la tesis de que la actual administración federal mantiene una alianza táctica con algunos grupos de autodefensa que tienen como foco de acción la delincuencia organizada. “Osorio Chong dice tener razones concretas por las cuales no utiliza la fuerza del Estado (…) La posición de Osorio Chong exhibe la utilización de los grupos de autodefensa civil para hacer una limpia de Los Caballeros Templarios…Lo que hoy dibuja el secretario de Gobernación es una nueva guerra sucia (…) Las declaraciones de Osorio Chong explican el por qué de la protección institucional a esos grupos…”4.
¿Tiene el gobierno federal una nueva estrategia en materia de seguridad o sólo aprovecha la coyuntura? En cualquier escenario, “literalmente, el gobierno federal –ya que el estatal no cuenta- juega con fuego”5. La realidad es la de un Estado fallido, con todo lo que eso significa. Pero lo más grave es descubrir la apuesta de régimen: “…incursionar en un ejercicio peligroso en extremo: tolerar o alentar la confrontación armada entre grupos criminales o entre grupos criminales y sociales, pretendiendo ahorrarse la sangría y el desgaste de sus propias fuerzas y, a la vez, debilitar a las fuerzas no oficiales a partir del choque entre ellas (…) La contradicción del discurso y la práctica del gobierno federal ante las brigadas de autodefensa no habla de una incongruencia sino de un doble juego. Se luce con el discurso de la vigencia del Estado de derecho y se ensucia las botas acompañando a éste o aquel grupo armado en la ofensiva destinada presuntamente a recuperar de manos del crimen el territorio y las reglas de convivencia. Recarga el costo de sangre sobre los grupos armados y, de rebote, sobre los civiles, aun cuando ocasionalmente el grupo armado hostigado le tienda emboscadas a la tropa militar o policía oficial”6.
¿Paramilitares en puerta?
En este sentido, la apuesta del establecimiento federal abriría la puerta a los grupos paramilitares, cuya experiencia es lamentable en otras latitudes, señaladamente en Colombia y Afganistán. Sería lamentable que México transitara por esos caminos, porque de la fractura social se pasaría a una suerte de guerra civil encubierta o simulada. La sociedad, en cualquiera de esos escenarios sería la que más pérdidas sufriría. Por ello, “…nada justifica que el gobierno arbitre qué ciudadanos pueden armarse y cuáles no. Antes tendría que abdicar a una obligación fundamental, constitutiva precisamente de su carácter de autoridad legítima y legal”7.
¿Quién arma a los grupos de autodefensa? ¿Quién financia su equipamiento? ¿Por qué el establecimiento federal no se opone a su avance territorial en el control de municipios? Es tan clara la conexión de algunas autodefensas con el régimen que hay interrogantes que resultan ociosas. ¿Cómo sabe el gobierno qué grupos actúan del lado bueno y cuáles tienen conexiones con el crimen organizado? Es un hecho que “…en la confusión michoacana, es imposible de dilucidar, aún para los órganos de inteligencia del Estado”8 qué grupos actúan de un lado y cuáles del otro. El experimento Michoacán entraña muchos riesgos.
Finalmente, no tardan en aparecer las voces presionando al establecimiento federal a imponer orden por medio de la fuerza. No se descarta una acción extraordinaria por parte de la autoridad que necesariamente vendría por el lado de decretar el Estado de excepción. Lo que Calderón no hizo, podría materializarlo, para beneplácito de la ultraderecha nacional e internacional, la administración de Peña Nieto.
Ya se leen a diario señalamientos como los siguientes: “Si todos saben, si todos están omisos, es hora de que alguien dé un gran manotazo sobre su escritorio y ordene que se cumpla la ley”9. Por lo pronto, se habla de una licencia indefinida que pediría Fausto Vallejo en los próximos días, lo que daría espacio para que un gobernador interino con otro perfil, presumiblemente de mano dura, llegara a la entidad. Habría cambio en la lógica del conflicto. El régimen parece estar urgido de mandar un mensaje de fuerza y Michoacán es el laboratorio.
México, D. F. 13.01.14
1 Riva Palacio, Raymundo, La colombianización de Michoacán en 24 Horas. México, diciembre 18, 2013, p.-12.
2 Zibechi, Raúl, Los nuevos-nuevos movimientos sociales en La Jornada. México, enero 10, 2014. p.-15.
3 Riva Palacio, Raymundo, Guerra sucia en Michoacán en 24 Horas. México, enero 10, 2014. p.-9.
4 Ibidem, p.-9.
5 Delgado, René, Sobreaviso en Reforma. México, enero 11, 2014. p.-10.
6 Ibidem, p.-10.
7 Ibidem, p.-10.
8 Puig, Carlos, Duda razonable en Milenio Diario. México, enero 10, 2014. p.-2.
9 Arvide, Isabel, Sin Gafete en El Sol de México, enero 10, 2014. p.-33.