A golpe de motosierras, maquinaria pesada y carretadas de dinero, van acabando con las áreas verdes de la ciudad de Oaxaca. Hace años la construcción del Libramiento Norte causó un grave deterioro al Parque San Felipe; las huestes del ulisismo lo hicieron con los centenarios árboles del zócalo capitalino; ahora la empresa Chedraui ha destruido uno de los pocos pulmones existentes en el norte de la capital.
Breve historia
La historia es breve y simple. Sus impactos no. Todo inicia la noche del 8 de julio de 2008 cuando trabajadores de la empresa derribaron 180 árboles, de un total de 250, en el denominado predio Sarmiento, en la colonia Reforma. Entonces los oaxaqueños nos enteramos que Chedraui había adquirido el predio para construir uno de sus centros comerciales. Las protestas de los vecinos lograron detener momentáneamente el ecocidio. Ante las presiones, el ayuntamiento capitalino suspende las obras y sanciona con diez millones de pesos a la empresa. Meses después la multa se reduce drásticamente y queda en 990 mil pesos.
En 2010, durante los sucesivos interinatos en la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez, el edil Irineo Calderón González otorga el permiso a la empresa para continuar con su obra. Chedraui anunciaba entonces que haría un centro comercial “verde”, cualquier cosa que esto signifique. Reinicia la tala de árboles. Se habla de que corrieron generosos recursos para “convencer” a las autoridades capitalinas, del Instituto Estatal de Ecología y otras del gobierno estatal que tienen ingerencia en el tema, además de algunos vecinos que inicialmente se inconformaron.
Nuevo ayuntamiento, ¿nuevas complicidades?
En este año, con las nuevas autoridades municipales, los trabajos se aceleraron. De nada han valido las protestas. De poco los procesos legales contra el ecocidio: Uno en 2008, del entonces regidor Geovany Vásquez Sagrero; otra, de un grupo de ciudadanos y ecologistas, obtuvo un amparo y el Juzgado Primero de Distrito ordenó al gobierno municipal dar respuesta al recurso de revocación a la construcción de una tienda de la empresa Chedraui. Los amparos 1237/2010 y 1238/2010 fueron concedidos a Mario Simón Fernández Flores y Rafael Vergara Rodríguez, quienes cuestionaron al ayuntamiento por no autorizar una revisión de la licencia de construcción.
Pero éste triunfo es aparente. La empresa no ha detenido los trabajos; el ayuntamiento no ha hecho acciones concretas para evitar se continúen y se limita a señalar que “revisan con lupa” el caso Chedraui; y apenas han sugerido que someterán a consulta pública su construcción, y que esperan la nueva ley del plebiscito.
La desafortunada actuación de las autoridades, se complementa con la escasa movilización ciudadana. Sólo unos pocos se han opuesto a ese crimen ecológico siendo que afecta a todos los habitantes, pues tiene que ver con la calidad de vida de esta ciudad y el derecho a un desarrollo sustentable.
Más cemento y menos naturaleza
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente establece que a cada habitante corresponden nueve metros cuadrados de área verde. Más naturaleza y menos cemento. Acabar con los pocos espacios que oxigenan las ciudades va en detrimento de la humanidad misma, pues 80% de las emisiones de carbono provienen de actividades urbanas, y son éstas la principal causante del cambio climático global.
Las áreas verdes constituyen un espacio ideal para que las personas puedan gozar de un espacio recreativo, de estética, relajación, de sanidad visual y renovación de oxígeno. Esto es para una mejor calidad de vida.
El ecocidio de Chedraui atenta contra esto y más. El predio Sarmiento se encuentra en una zona de recarga hídrica; tenía una gran variedad de flora y fauna; la zona está catalogada de densidad media, por tanto no pueden construirse comercios de ese tipo; empresas como esa son extractoras de recursos, pues sus impuestos no quedan en la entidad, los empleos que dan son mal remunerados y en cambio conducen a la quiebra a productores y el comercio local.
Alto a la depredación
Un gobierno que dice buscar desarrollo sustentable, debe detener este depredación En ese predio de cerca de cuatro mil metros cuadrados puede bien establecerse un parque público. El desarrollo urbano no puede dejarse en manos del mercado inmobiliario, considera el premio Nobel Rajendra Pachauri; por ello: “los gobiernos deben encargarse de generar sistemas de transporte igualitarios, gestionar espacios públicos y áreas verdes, por lo que deben conceder el financiamiento necesario para ello”.
Las autoridades tienen una amplia gama de acciones que pueden realizar: la expropiación, la cancelación de permisos y la aplicación de sanciones a los responsables del ecocidio. Más que la consulta pública, en casos como éste, se requiere la decisión de una autoridad comprometida con la sociedad y la ciudad.