Las intensas lluvias de julio, agosto y septiembre pusieron en jaque a las autoridades y dejaron una estela de dolor y desesperanza entre miles de habitantes en todas las regiones, por los daños que sufrieron sus viviendas, sus cultivos, sus caminos terraceros, carreteras y puentes. Poblaciones enteras, deberán ser reacomodadas.
Y ante la desgracia, los gobiernos fueron incapaces de responder de manera puntual y coordinada. Así lo demostraron las incontables quejas de habitantes de un centenar de poblados afectados, quienes no encuentran consuelo ni alivio, ni respuesta por parte de las autoridades estatales.
Las precipitaciones que han provocado desgajamientos, derrumbes y deslaves en varios puntos del estado han evidenciado la falta de una política de prevención y de protección civil que hoy tiene sus consecuencias.
Las poblaciones dañadas han recibido la ayuda a cuenta gotas y dependencias como Caminos y Aeropistas de Oaxaca (CAO) se han declarado prácticamente incompetentes pues con el argumento de encontrarse en cierre de ejercicio, aseguran que ya no hay recurso que alcance para reparar el 80 por ciento de la red carretera estatal que se ha escurrido.
Esta respuesta, contrasta con el dispendio de recursos que se registró durante la pasada campaña electoral.
Las cifras de la desgracia
En el estado de Oaxaca son más de 250 mil los damnificados y el número de viviendas afectadas supera las 120 mil; 50 comunidades permanecen incomunicadas y las víctimas mortales suman 35 personas entre hombres, mujeres y niños, y un desaparecido.
De acuerdo al recuento oficial del Instituto Estatal de Protección Civil (IEPC), de los 220 municipios más afectados por las lluvias desde el mes de julio, 95 han sido declarados en emergencia y 45 catalogados por ellos como zonas de desastre.
Por ello el presidente de la República Felipe Calderón, tras un recorrido por comunidades afectadas en la región istmeña, anunció la liberación de 100 millones de pesos del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) para el estado de Oaxaca y ordenó la entrega de un total de 70 mil despensas, 136 mil cobertores, 90 mil colchonetas, además de la dotación de agua y equipos de limpieza para las familias damnificadas.
Del recurso en efectivo no se sabe nada y de la entrega de apoyos en especie, se registra un desorden absoluto en el que los partidos, autoridades municipales y agrupaciones políticas sacan ventaja.
Sin embargo, los apoyos del gobierno federal y estatal se han retrasado. Ya sea por las condiciones climatológicas, por lo accidentado del camino o la imposibilidad de entrar por tierra, o por el burocratismo propio de las dependencias.
Regiones afectadas
Sierra Norte. En esta región, unas 20 comunidades se encuentran incomunicadas a causa de múltiples derrumbes que han obstruido las vías de comunicación por lo que los alimentos han comenzado a escasear y en algunos casos han alcanzado el triple de su precio normal, incluso tiendas comunitarias cerraron sus puertas para garantizar el consumo personal de los administradores.
Los escasos apoyos que las autoridades han canalizado a las comunidades afectadas tienen un efecto contraproducente pues como ocurrió en el caso de Yalálag, según denunció Filoteo Vicente, los pobladores se pelearon las despensas pues solamente enviaron 200 para un total de 900 familias afectadas.
Aquí, se cuentan entre las poblaciones más castigadas: San Juan Tepanzacoalco, San Pedro Yaneri, Zoogochi, Yagila, Yagavila, Tiltepec y La Luz. Así como Villa Alta, Yatee, Temaxcalapa, Yalahui, Taguí, Yetzecobi, Roayaga, Tonaguía, Yatzona, Camotlán, Yojovi y Solaga, entre otras. Un caso aparte es Villa Hidalgo Yalálag donde perecieron tres personas.
El sector Zoogocho quedó incomunicado, lo mismo que Yavesía. El río de Ixtlán desvió su cauce y se llevó un pedazo de la carretera junto al puente antes de la población de Guelatao, durante dos días sólo pudieron pasar en tirolesa. El viejo puente de fierro construido en tiempos de Porfirio Díaz desapareció arrastrado por las aguas.
Sierra Mixe y Tlahuitoltepec. También ha sido severamente golpeada por las lluvias y deslaves. Los casos más graves se encuentran en Santa María Tlahuitoltepec donde la madrugada del 28 de septiembre, un alud sepultó cuatro casas y causó la muerte de 11 personas, mientras que en el municipio de Tamazulapam del Espíritu Santo y en Ayutla Mixe, permanecen en riesgo más de 140 viviendas.
El caso de Santa María Tlahuitoltepec exhibió la incapacidad e improvisación del gobierno estatal y sus instancias de todo tipo: de protección civil, de comunicación social, de gobierno interno y sus agentes de información (Secretaría General de gobierno), entre otra burocracia.
Toda la estructura gubernamental con sus excesos en delegados de gobierno, residentes de CAO y de dependencias en esas zonas rurales como Seder, Coplade, etc., no sirvieron para evitar que el gobierno de Oaxaca exhibiera sus carencias y falta de coordinación. De los mil muertos que se anunciaron en la mañana, por la noche la cantidad se redujo a la cifra real: 11 muertos. El escándalo fue mayúsculo.
Istmo. Esta región colindante con el estado de Chiapas resultó ser una de las que mayor número de afectaciones registró a causa de inundaciones por el desbordamiento de cinco ríos y más de 20 arroyos.
Poblaciones de la zona oriente fueron destrozadas por la corriente de los ríos Novillero y Ostuta, mientras que miles de viviendas corrieron igual suerte en la zona norte del Istmo y centro, particularmente por los desbordamientos del río Los Perros, Tehuantepec y Espíritu Santo en los municipios de Juchitán, Unión Hidalgo, Ingenio Santo Domingo, San Blas Atempa, San Pedro Huilotepec, Salina Cruz, Tehuantepec y sus agencias entre muchos más.
Los derrumbes en el camino impiden el acceso a las localidades zapotecas de Nativitas Coatlán donde 50 casas de adobe quedaron destruidas por las lluvias mientras que en San José El Paraíso y Guadalupe Guevea, los habitantes no han recibido ningún tipo de apoyo ni del gobierno municipal, estatal ni federal.
En Huamúchil, agencia municipal del municipio huave de San Dionisio del Mar, no obstante 80 personas arriesgando sus vidas abrieran la bocabarra para desalojar el agua, la fuerza del torrente se llevó todas sus embarcaciones de motor y cayucos, así como sus artes de pesca. Claman por ayuda para volver a tener con qué trabajar y para sus necesidades inmediatas. El agente municipal, Reynaldo Noriega Muriel denunció lo anterior, y agregó que nadie los atiende y que sus caminos están destrozados.
Estimaciones de la Unidad Regional de Protección Civil indican que el número de viviendas afectadas en el Istmo asciende a las 26 mil casas y el 90 por ciento de los cultivos de maíz, caña de azúcar, café y sorgo registran pérdida total.
Aquí, la lentitud con que se realizan los trámites burocráticos de Sedesol para pagar a los ciudadanos que participaron en el Programa de Empleo Temporal, (el presidente Calderón ofreció hasta 15 mil empleos), ha generado irritación y malestar entre los afectados que han recurrido a bloquear la carretera internacional al menos en cinco ocasiones para hacer escuchar sus demandas.
Cuenca del Papaloapan, las lluvias dañaron a municipios como Tuxtepec, San Felipe Usila y Jalapa de Díaz y dejaron semidestruidos caminos carreteros y colapsados varios puentes como el que comunica a la localidad de María Lombardo.
En la Sierra Mazateca persisten varios cortes carreteros debido a los derrumbes. En la Cañada, el 90 por ciento de la red carretera se encuentra deteriorado y calculan 800 millones para reparar (…) los tramos Teotitlán–Huautla de Jiménez, Telixtlahuca-Cuicatlán y Huautla de Jiménez-Jalapa Díaz.
En la misma Cañada, la comunidad de San Lorenzo Pápalo, perteneciente al municipio de Concepción Pápalo corre el riesgo de desaparecer debido a los hundimientos que han provocado las constantes precipitaciones. Están en riesgo 800 personas y más de 270 viviendas.
En los Valles Centrales, el panorama no es diferente. El 19 de septiembre, municipios conurbados fueron sorprendidos por una tromba que duró dos horas. Fue un domingo negro. Una persona murió en la colonia La Soledad debido a que un cerro de desgajó y se llevó su casa. Otra persona más desapareció en la calle de José López Alavés y hasta el cierre de esta edición no había sido encontrada.
Resultaron con mayor afectación las colonias La Cascada, Jalatlaco, el fraccionamiento Esmeralda, la colonia Los Pinos, el fraccionamiento Esmeralda-Los Pinos y las agencias de Pueblo Nuevo, Viguera y San Felipe del Agua, así como el Ejido Guadalupe Victoria. Se contabilizaron cinco mil damnificados.
El martes 28 de septiembre, el desbordamiento del río Seco y Salado provocó daños en Santa Cruz Amilpas, San Antonio de la Cal, San Agustín de las Juntas y Santa Lucía del Camino, resultaron damnificadas más de 10 mil personas que han perdido todo: enseres, ropa, autos, documentos personales. En esa misma zona el fraccionamiento El Rosario quedó incomunicado durante varias horas igual que el Campus de la URSE Rosario. En Tlacolula el agua se llevó casas (incluida la supervision escolar) así como en Tlacochahuaya y Abasolo.
Daños a carreteras y cultivos
Si las carreteras estatales quedaron destruidas, las de jurisdicción federal corrieron la misma suerte. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes también reconoció afectaciones en gran parte de la red que atraviesa el estado.
De los 2 mil 800 kilómetros de vía federal se deterioraron 800 y se requieren cerca de 600 millones para repararlos.
En tanto que en el ramo estatal, de los 23 mil 800 kilómetros, el 80 por ciento se encuentran en estado deplorable. Los caminos rurales tampoco se salvan y requieren una inversión de mil 226 millones de pesos para ser reparados.
Además, al menos tres puentes han colapsado impidiendo la circulación hacia el Istmo y el aeropuerto, por citar sólo dos ejemplos. El primero, en la población de Macuilxochil, donde el puente quedó dañado en una de sus bases laterales por lo que sólo se permite el paso de vehículos pequeños, los autobuses y camiones pesados tenían que dar un rodeo por Ocotlán para reincorporarse a la carretera al Istmo en San Dionisio Ocotepec. El segundo puente quedó de plano colapsado y los viajeros entran al aeropuerto por otra vía, por el parque El Tequio.
Por su parte el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural (SEDER), Carlos Torres Avilés, reportó una afectación inicial de 83 mil hectáreas de cultivos que luego ascendieron a cien mil por las últimas lluvias reportadas en el territorio oaxaqueño.
Protección civil, inoperante
La naturaleza ha dejado sentir su furia sobre territorio oaxaqueño y las autoridades no han sabido responder con oportunidad y de manera organizada, quizá porque no estaban capacitados para actuar, pues a tres meses del inicio de la temporada de huracanes y ciclones, los integrantes del Consejo Estatal de Protección Civil apenas recibieron asesoría y capacitación en un taller sobre procedimientos.
El “taller introductorio” les permitirá ahora conocer los requisitos y procedimientos para acceder a los Apoyos Parciales Inmediatos (APIN), así como a la figura de anticipo, de acuerdo a las reglas de operación del FONDEN, “a fin de contar a la brevedad con recursos económicos para atender las contingencias suscitadas en territorio estatal”, según informó el boletín del gobierno del estado.
En la región istmeña, se perdió el control de los recursos que se otorgaron a las agencias y municipios, pues intereses políticos tergiversaron la entrega de los mismos al recomendar, sugerir y hasta pretender ordenar la entrega de apoyos a seguidores, militantes, dirigentes políticos, líderes comunitarios y autoridades agrarias en vez de hacerlo por la vía de los alcaldes a quienes también se acusó de beneficiar “sólo a su gente”.
“Ese Santana no ayudó en nada, ni pudimos salir por el agua, todo se llenó de lodo y los apoyos nomás fueron para los del albergue y aquí ni agua, ni despensa, ni medicina, nadie viene por aquí” se quejan grupos de mujeres que seguían con el agua y el lodo en el interior de sus viviendas. Protección Civil le entregó al edil juchiteco más de 7 mil despensas para los lugareños.
Representantes del DIF regional en el Istmo se sumaron al caos y la anarquía al repartir las despensas en localidades antes beneficiadas, dejando en el olvido a las apartadas comunidades de la sierra zapoteca y selva zoque.
Los millones de Protección Civil y sus pifias
Mientras tanto el gobierno del estado reportó en la Cuenta Pública través de la Secretaría de Finanzas, que la Comisión Estatal de Protección Civil se gastó 44 millones de pesos de enero a junio del presente año (páginas de las 119 a la 122), mismos que presuntamente se utilizaron en apoyos para contingencias y en la actualización del Atlas de Riesgos del Estado.
Sin embargo, aparentemente, ni el titular de Protección Civil del gobierno del estado Carlos Ramos Aragón sabía lo que habría que hacer al presentarse este periodo pues no se advirtió de riesgos antes sino una vez transcurridas las afectaciones con las millonarias pérdidas.
Trascendió respecto a la existencia de un decreto que ordenaba (desde el 2001) reubicar parte del poblado de Tlahuitoltepec, que el funcionario se atrevió a comentar despreocupado que el problema no era suyo pues: “lo que no fue de tu año que no te haga daño”.
Simplemente político Ramos Aragón carece de alguna especialidad y experiencia en Protección Civil, fue colocado en ese puesto como muchos otros funcionarios, sólo para cubrir el espacio. Antes fue presidente municipal de Pinotepa Nacional donde su única relación con las inundaciones es la que él provocó en perjuicio de los vecinos de un inconcluso bulevar que inició en su trienio, tan mal concebido que cada que llueve inunda las casas aledañas.
Seguirán las lluvias
Hasta el momento los recursos del gobierno estatal, según declaraciones de los funcionarios, están agotados para atender la contingencia. El Fonden anuncia que los suyos ya están ejercidos, los de 2010, incluso por arriba del presupuesto, más de 12 mil millones de pesos erogados en los estados de la república afectados, declaró al diario Reforma Laura Gurza, coordinadora general de Protección Civil. Las entidades de Veracruz, Tabasco, Tamaulipas, Oaxaca y Chiapas por lluvias y deslaves, y por los sismos Baja California.
Pero las contingencias apenas empiezan, pues según Laura Gurza, “El mayor pico, digamos, de la temporada de lluvias para el sureste del territorio nacional apenas comienza”. Las afectaciones, entonces, podrían proseguir en Oaxaca, Veracruz, Chiapas y Tabasco.
El extraño error con Tlahuitoltepec,Mil muertos de madrugada; 11 por la noche
Mariana Saynes Bósquez
A las 8 de la mañana del martes 28 de septiembre, la noticia había dado la vuelta al mundo. La presunción adelantada, inexacta e imprudente de las autoridades estatales respecto a los “mil muertos” en Santa María Tlahuitoltepec tras un alud había ya ido y venido en medios locales, nacionales e internacionales.
La “bomba informativa y mediática” había ocupado ya los mejores espacios en canales de televisión, estaciones de radio y portales de Internet. Las redes sociales como Twitter y Facebook también fueron invadidas por la noticia que conmocionó al mundo.
Se habló del desgajamiento del cerro en la comunidad mixe. La voz de alerta fue lanzada por las autoridades locales. Donato Vargas, secretario del Comisariado Comunal y el presidente municipal Antonio Martínez Gómez, comunicaron a las instancias oficiales y a medios de comunicación sobre la destrucción de 300 viviendas y más de mil víctimas.
La imprecisión fue retomada y declarada a medios nacionales por el gobernador Ulises Ruiz Ortiz y autoridades del Instituto Estatal de Protección Civil (IEPC).
Hasta el presidente Felipe Calderón hizo declaraciones a través de su cuenta de Twitter. El panista hablaba de un “lamentable” hecho en Oaxaca. La acción estaba consumada: se generó psicosis entre pobladores oaxaqueños, conmoción en la comunidad internacional y preocupación entre migrantes oaxaqueños radicados en Estados Unidos que desesperados buscaban información vía Internet.
Comenzó además el despliegue de cuerpos de rescate y salvamento: Protección Civil, bomberos, militares, marinos, rescatistas de la Cruz Roja y personal del Grupo de Topos de la Ciudad de México que llegaron con sus trajes manchados de lodo porque se encontraban realizando labores en Veracruz tras el paso del huracán “Karl”.
Estados Unidos y otras naciones se solidarizaron con México y ofrecieron su ayuda inmediata.
Se especuló sobre la visita relámpago de Calderón Hinojosa a la entidad. Finalmente llegó el Secretario de Gobernación, José Francisco Blake Mora para encabezar la estrategia de ayuda.
Se intentó ingresar a la zona vía área en seis ocasiones pero no pudieron hacerlo ni el gobernador electo Gabino Cué ni el mandatario saliente. Ni marinos, ni rescatistas, ni los comunicadores Javier Alatorre y Carlos Loret de Mola que se conformaron con el registro de imágenes vía aérea.
Otra importante cantidad de periodistas oaxaqueños se trasladaron al lugar vía terrestre arriesgando su integridad (la información lo valía), por los cortes carreteros debido a múltiples deslaves que se produjeron en la zona.
En el parque de béisbol “Eduardo Vasconcelos” en la ciudad de Oaxaca, se instaló un centro de mando y atención médica para atender a los que entonces se decía, eran miles de heridos y muertos. El hangar del gobierno del estado se convirtió en un fuerte. Ahí convergieron Gabino Cué, Ulises Ruiz, Francisco Blake Mora y Laura Gurza, de la Coordinación Nacional de Protección Civil.
A las 11 de la mañana la declaración de Ulises Ruiz calmaba un poco los ánimos. El gobernador ya hablaba de sólo 7 muertos y 12 desaparecidos. Dos horas más tarde corrigió y habló de 4 muertos y 11 lesionados. La última afirmación fue la misma que hizo Blake Mora.
Para las tres de la tarde las caras de los presentes en el hangar comenzaba a abandonar la preocupación pero iniciaba el reflejo de que en realidad, la tragedia no había sido tal. “Y si hicieron tanto rollo para nada, igual y no pasó nada y mientras ya movieron todo”, eran los susurros que se escuchaban aún entre colaboradores del actual gobierno.
A media tarde, Calderón salió al quite en Twitter con el discurso cambiado. Daba cuenta de que “al parecer la tragedia no era de la magnitud que se había pensado”.
A las 7.15 de la noche la duda estaba despejada. Blake Mora, en conferencia de prensa, detalló que el saldo era: 11 desaparecidos y cuatro casas derrumbadas por un alud que alcanzó los 200 metros lineales y 60 de ancho. Pero ya habían movilizado a todo el aparato de rescate y el mundo entero se había alarmado de más.