- La falacia de las Zona Económica Especial
Cuauhtémoc Blas
La ZEE es un instrumento para la legalización del despojo de los territorios y recursos naturales de los pueblos originarios y obtener la materia prima que agilizara el desarrollo de una industria trasnacional en manos de inversionistas extranjeros, se han modificado y flexibilizando las leyes y se ha privatizado empresas estatales (PEMEX) para entregarlas a empresas de fuera.
Este diciembre el presidente de México, Enrique Peña Nieto, firmó en el Puerto oaxaqueño de Salina Cruz la declaratoria de Zona Económica Especial (ZEE) para dicho Puerto y para Progreso, Yucatán.
Las ZEE “impulsa la transformación de zonas que, teniendo gran potencial de desarrollo, se han quedado rezagadas”, dijo el presidente ante el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa y el de Yucatán Rolando Zapata Bello. Según el mandatario se atraerá inversión nacional y extranjera, fomentará la productividad y las exportaciones para, finalmente, mejorar el bienestar de los habitantes de las regiones.
Infraestructura regalada y mano de obra barata
Las Zonas Económicas ofrecen una canasta de incentivos para el establecimiento de industrias, desde beneficios fiscales, régimen aduanero especial, marco regulatorio ágil, infraestructura competitiva y más programas de apoyo, con el fin de crear “empleos de calidad, aumentar la competitividad y el crecimiento económico de las regiones”.