Pochutla nos ha ocupado muchas veces. De hecho desde hace muchos años no hay de allá buenas noticias, a menos que se inventen. Como muchos municipios, de los 570 que hay en Oaxaca, no recibe una adecuada atención, ni del Congreso ni de los medios. Es que hay tantos temas que atender aparentemente de mayor trascendencia, sin embargo lo que sucede allá últimamente es de suma importancia por la gravedad de la felonía de la autoridad municipal.
Enrique Ensaldo Martínez se llama el pequeño tirano en turno que preside actualmente el ayuntamiento de Pochutla. Y si bien no hay antecedentes inmediatos de buenos ediles en esa municipalidad, éste rebasa todo límite en autoritarismo y cordura. Se ensaña contra los más pobres, arremete sobre quien pide oportunidad de ganarse la vida, descarga sus pulsiones primitivas con verdadera chifladura sobre los ciudadanos humildes, ojo sólo contra éstos, los poderosos son sus consentidos.
No respeta rango ni jerarquía Ensaldo, desdeña al mismo gobernador del estado. Frente a éste despachó a una ciudadana que llegó a quejarse del edil ante el gobernador en su visita a la región, no la atiende ni le da derecho de audiencia. “Ni te atenderé”, respondió Ensaldo ante el mismísimo gobernador Gabino Cué (Ver En Matcha 145). Es todo un tipo de cuidado el priista. Parece que no existe más contexto que su estado de ánimo ni más ley que sus dictados. Para él lo derechos humanos son cosa de risa y no elementos cuasi sagrados consignados en todos los tratados internacionales firmados por México, entre ellos en muy importante Pacto de San José.
Ha hecho caso omiso de una medida cautelar emitida por la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) y de nuevo reprimió a humildes comerciantes que se atreven a defender su derecho al trabajo. Si no quiere subempleados que le dé empleo a todos, pero mientras no haya empleo suficiente en nuestras regiones paupérrimas Enrique Ensaldo habrá de fruncir la nariz y hacer fuchi al pasar por esos comercios pero dejarlos sobrevivir, pues como rezan las pancartas de los afectados: “Ellos no tienen la suerte de gozar sueldos de regidor”.
Esa Defensoría abrió el expediente número 15/2012 por la queja presentada el 13 de enero del presente por vendedores ambulantes contra las autoridades municipales y elementos de la Policía Municipal de Pochutla. Ahí dan cuenta de los abusos de que fueron objeto por parte de esa corporación policíaca que arremetió contra ellos por orden el edil Enrique Ensaldo.
Derechos humanos pidió informes a las autoridades municipales y emitió una medida cautelar para que se abstuvieran de reprimir a los vendedores ambulantes en tanto no se dictaba la resolución respectiva. Una vez que analizó pruebas recabadas el organismo determinó la posibilidad de violaciones a las garantías individuales, todo esto sin que la autoridad municipal entregara la información que Derechos Humanos le solicitara. Por ello el organismo pidió al congreso iniciar un procedimiento administrativo contra ese ayuntamiento; asimismo Wilfrido Cruz, titular de la Visitaduría Regional de la Defensoría de los Derechos Humanos en la región pidió a la Procuraduría General de Justicia del Estado iniciar una averiguación previa contra elementos de la Policía Municipal y sus jefes.
No hace falta mucha investigación para concluir sobre la actitud violatoria de las autoridades municipales, pues si bien el presidente sólo ordena desalojarlos con algunos golpecitos, ya encarrerada la fuerza pública (por cierto nada bien pagada) barre con todo, se lleva mercancías y pertenencias de los vendedores ante la complacencia de los poderosísimos de la minúscula comarca.
El procedimiento administrativo también se pide contra el síndico Alfredo Rodríguez Ricárdez y los regidores Mario Jiménez Gopar de Reglamentos y Espectáculos; Reynaldo Marcelo Pacheco Sierra de Mercados y de Armando Rodríguez de Vialidad. Los antihéroes del ayuntamiento pochutleco comandados por Enrique Ensaldo.
Queda esperar que el Congreso local haga buen trabajo, que defienda a sus representados y no a los poderosos de Pochutla. Asimismo que persistan en su papel de salvaguarda de los derechos humanos los nuevos de la Defensoría de Derechos Humanos cuyo flamante titular se ha convertido en el más cuestionado de los servidores público de Oaxaca precisamente en un organismo que requiere del mayor consenso y aprobación de la sociedad.
Lo anterior no es lo más probable pues Arturo Peimbert Calvo cual si fuera cualquier presidente municipal de alguna ínsula lo primero que hizo al arribar a esa Defensoría de Derechos Humanos fue exigir la renuncia de los funcionarios de ese organismo, recursos humanos cuya capacitación ha costado a Oaxaca recursos económicos y tiempo. Como Ensaldo también ha de pensar que antes y después de él el diluvio.