En apenas una semana el gobierno del cambio nos ha ilustrado en realidad porque se hizo llamar así al cambiar a cuatro de sus altos funcionarios de un plumazo. Primero se fue el director del Instituto Estatal de Protección Civil, Manuel Maza Sánchez quien fue removido a solicitud y presión de los trabajadores sindicalizados de dicho instituto. Quién sabe hasta qué punto influyó que este funcionario aludiera en sus declaraciones a temas del magisterio, por lo que fue de inmediato púbicamente desautorizado por la oficina de prensa del gobierno en un alarde de extremado respeto (¿miedo?) a la Sección 22. O quizá también influyera que Maza declarara que la estructura de la famosa por absurda velaria del Auditorio Guelaguetza no ofrece seguridad para su uso. Lo que pudo combinarse con las acusaciones de malos manejos, algo común en la administración pública.
Tocó el turno ser removidos por evidente presiones y exigencias del magisterio a tres altos funcionarios del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), encabezados por su director general Bernardo Vásquez Colmenares Guzmán. También se fueron Daniel Pérez Montes y José Luis Melchor, Coordinador General de Planeación y Coordinador de Proyectos Estratégicos, respectivamente.
Alto costo paga este gobierno en retirar a sus funcionarios en una coyuntura adversa, a instancias directas de la Sección 22 que muestra así cómo decide el gabinete del ejecutivo de Oaxaca. Desde la no menos errática oficina de comunicación social del gobierno dejan claro con toda sinceridad que los funcionarios fueron separados del cargo porque así lo quiso el magisterio. A saber: “Con el propósito de contribuir al proceso de negociación que se mantiene entre el gobierno del estado y la Sección 22…” decidieron “separarse” del cargo, se lee en el boletín de prensa oficial.
No estamos ante un proceso de negociación gobierno del estado-sección 22, estamos ante un amago radical, donde la segunda tiene contra la pared al primero imponiendo todas sus exigencias, y así, ¿se puede negociar acaso con una pistola en la cabeza? Si hubiera negociación algunos puntos habría cedido la Sección y ganado el gobierno (si no ya el pueblo) pero no se ve ninguna concesión de los maestros. El único punto que casi suplica el gobierno y para lo cual realiza y entrega cualquier cosa es que levanten el plantón y vuelvan a las aulas.
Es posible que si este gobierno tuviera los primeros 900 millones de pesos que exige el magisterio para la aplicación de su chafísimo Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO) ya se los habría dado, y después completaría los 3 mil millones en que ellos, el magisterio, valuó el total de dicho proyecto. Según declaraciones del diputado local profesor Perfecto Mecinas Quero para poder entregar ese dinero tendría que cambiarse el presupuesto de egresos del estado, en una muestra de que quizá se esté buscando la forma de dilapidar así esos recursos. Aunque hacer esto último ya estaría de escándalo. Trabajar procesos pedagógicos y de ciencias de la educación requiere de técnicos y teóricos de una alta especialización, es un asunto de expertos de alto nivel, profesionales que acá no se ven, y si en Oaxaca no hay personal que haga este sofisticado trabajo, entonces ¿quién haría esa labor? ¿CEDES-22 administraría tan delicada empresa y respetable cantidad de dinero? Quienes conocen sus precarios “resultados de investigación” saben que no podría.
En vista de la caótica situación y negociación con el magisterio está muy claro que el gobierno nunca se preparó para afrontar las embestidas a todas luces previsibles de le 22, pues parece que ingenuamente se pensó que ésta habría de cambiar su añeja dinámica sindical sólo porque llegaban amigos al gobierno. Si no se elaboró un plan estratégico, al menos uno elemental práctico debió tenerse junto con algún marrullero director general del IEEPO que pudiera ser interlocutor a la altura de esas camarillas sindicales. José Murat tuvo muy claro, por ejemplo, que su atención tendría que ser apropiada a ese magisterio: “Hay que atender a esos cabrones —decía— porque son los únicos que me pueden tirar”. Y cooptó a los líderes, los hizo hasta compañeros de farra, incluso aliados que le ayudaban a combatir a sus adversarios políticos en la Ciudad de México.
Por lo pronto este gobierno hace agua, agobiado por la Sección 22 y abandonado por la sociedad que es agredida por gobierno y magisterio, sociedad decepcionada y hasta arrepentida de haber creído en que había una opción de mejor gobierno. Sobre todo cuando en vez de ponerse de parte de la razón, el gobierno pide a los comerciantes del centro histórico “generosidad” para aguantar el daño que les infringe el plantón magisterial; también pide a la sociedad cansada de tantos abusos que no realice marchas anti Sección 22. Acaso lo que está diciendo el mal gobierno de Oaxaca es ¿no toquen a mi Sección 22 ni con el pétalo de una rosa?
Claro que la gente tiene todo el derecho del mundo de protestar y marchar exigiendo el servicio educativo y la liberación del centro histórico, derecho humano y constitucional incuestionables. Sólo falta que manden a la policía a reprimir esas muy justas marchas para instaurar ya la dictadura de la Sección 22. Precisamente hoy domingo la sociedad convoca a una de esas marchas, la cita es a las 11 horas en el Paseo Juárez “El Llano” de donde saldrá la protesta rumbo al Zócalo.
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