A una semana de las elecciones federales 2012 algo se ha modificado de lo que parecía un proceso electoral de mero trámite para el PRI con su candidato Enrique Peña Nieto, no por las formas del pasado autoritario sino porque en esta nueva etapa democrática de México su abanderado logró posicionarse sobre sus dos competidores reales, Vásquez Mota y López Obrador, de 20 por ciento al iniciar la contienda a entre 13 y 15 puntos en los últimos días.
A un par de semanas la proporción que separa a los candidatos ha cambiado aunque en la mayoría de las encuestas el PRI sigue muy arriba. La primera muy notoria nota discordante fue la encuesta de Reforma del 31 de mayo donde ponía a López Obrador a sólo 4 puntos de Peña Nieto, con 34 y 38 puntos respectivamente.
El analista Leo Zuckerman admite que los indicadores se mueven favorablemente hacia López Obrador aunque en una menor proporción a la señalada por Reforma, que le dio un crecimiento de 12 puntos en tanto todas las demás encuestadoras le otorgan 4.7 en promedio. (Excélsior, 6 de junio de 2012). Crecimiento que se sostuvo un par de semanas y de pronto de detuvo. Finalmente la semana pasada Reforma publicó otras encuestas donde da a Peña Nieto un crecimiento de 12 por ciento en el norte del país y 7 en el sur sobre Obrador
En un interesante ejercicio de Zuckerman brinda una primera evaluación en su trabajo “Quien es quien en las encuestas”, publicado en Nexos 411 de marzo 2012. Información clave para que el público califique las encuestas con base en el éxito que han tenido las mismas. Por cierto en ese ejercicio Reforma sale reprobado con un 4 en la escala de 10. La encuestadora mejor calificada en este ejercicio fue Buendía&Laredo con todas sus encuestas acertadas. El miércoles próximo el diario El Universal publicará las últimas encuestas de esta casa.
En tan poco tiempo mucha agua ha corrido bajo el puente: los errores del cuarto de guerra del PAN con sus improvisaciones; la aparición del #yosoy132; la revelación del diario inglés “El Guardián” de acuerdos económicos entre Televisa y el PRI de Peña Nieto para apuntalar a éste y disminuir a López Obrador durante años, etc.
El movimiento #yosoy132 se basa fundamentalmente en el uso de las redes sociales, tan es así que su símbolo mismo es un hashtags de twitter (un tema) el #YoSoy132, que nació al calor de la confrontación con los medios de comunicación, las televisoras que acusaban a los estudiantes que habían confrontado a Peña Nieto en la Ibero de ser agitadores infiltrados en el evento.
No es la primera ocasión que las redes sociales irrumpen en México. Sobre todo el twitter influyó para el llamado al voto nulo en 2009, igual en el caso de los niños muertos en la guardería ABC de Monterrey, entre otros. Sin embargo, el yosoy132, está visto, ha sido el más vigoroso con una influencia tan importante que aún no se aquilata. Jorge Alcocer escribió que este movimiento es de 46 mil estudiantes reunidos en el zócalo de la ciudad de México, cuya proporción en el total de la votación próxima sería de 0.058. De los más de 24 millones de jóvenes de entre 20 y 29 años inscritos en el padrón electoral sólo vota el 35 por ciento, según cifras del IFE. (Enfoque, Reforma, 27 de mayo 2012)
Los jóvenes universitarios son minoría frente a la mayoría de jóvenes que no participan o lo hacen con el PRI, sólo uno de cada 10 jóvenes asiste a la Universidad. De ahí que no obstante el impacto mediático y político de este movimiento que impulsó el crecimiento de López Obrador en las encuestas, su alcance y dimensión parecen sobredimensionados para los votos a decidir una elección. Son pocos y focalizados. Su fuerza y trascendencia es otra como ya hemos señalado. (Ver revista En Marcha 148 en circulación, o www.revistaenmarcha.com.mx)
Sin embargo, aun falta ver si no se dan otros eventos extraordinarios, y la influencia final de las redes en el electorado. José Merino aporta datos reveladores al respecto. En México hay 7 millones de usuarios de Twitter, de los cuales 42 por ciento dice usarla como fuente de información cotidiana. Esto fue el 17 por ciento de los votantes de la elección federal de 2006, misma que se dirimió por el 0.56 por ciento de diferencia entre Felipe Calderón y López Obrador. (Nexos, ibidem)
La fuerza de los punteros candidatos a la presidencia de la república en su comunicación está muy clara: Peña Nieto, la televisión y las encuestas; López Obrador las redes sociales. La sorpresa fue Gabriel Quadri del PANAL que aprovechó los debates para ganar adeptos y crecer varios puntos con lo que el candidato de Elba Esther Gordillo está a punto de salvar el registro-negocio de la cacique del sindicato magisterial. Vásquez Mota no logró posicionarse en alguno de estos escenarios, lo que también explica su declive.
Si llega así al 1 de julio el PRI retomaría el poder formal más que regresar a él puesto que, como dice Roger Bartra, nunca se ha ido. Los dos presidentes panistas ejercieron con la misma estructura establecida en 70 años de priismo: las mismas instituciones, los sindicatos (SNTE, PEMEX), los poderes fácticos, las televisoras, hubo cambios nada desdeñables como el Instituto de Transparencia, estabilidad financiera, avance de la democracia y mayor libertad de prensa, pero eso no es suficiente para todo lo que necesita México como país.
Como ha señalado Jesús Silva-Herzog en sus agudas observaciones, cita Bartra, al PRI le ha bastado, para consolidar el crecimiento de su influencia política, moverse lo menos posible, soltar pocas ideas y esperar que el desgaste del gobierno de Felipe Calderón y las tendencias suicidas de López Obrador hagan su trabajo.(La república temerosa. Letras Libres, mayo 2012).
Antes que una república amorosa México es una República temerosa sostiene Bartra y agrega: “Estoy convencido de que una parte muy grande de la sociedad mexicana está llena de temores y siente la necesidad de recurrir a la vieja droga autoritaria para calmar los dolores de la transición democrática”.
Para muchos no hay tanto de donde escoger, no hay tantos a quién irle. Tenemos los candidatos que merecemos. Lo sorpresivo es que la candidata del partido en el poder, Vásquez Mota se haya rezagado a la tercera posición, alejándose de la disputa real contra Peña Nieto por el triunfo electoral. El recurso para ella del voto útil se diluye. La sorpresa final fue el crecimiento de López Obrador quien se está constituyendo en el receptor de dicho voto. Finalmente la decisión será de los ciudadanos que deberán elegir lo que mejor les parezca. Pero hay que salir a votar, lo que está en juego en el país para el futuro inmediato y los próximos años es demasiado.