Si el bloque de taxistas y mototaxistas en las ciudades importantes de Oaxaca son golpes duros al de por sí deprimido aparato económico de la entidad, los cierres de carreteras en las regiones económicas son devastadores. Afectan muy gravemente a quienes sostienen la economía, alrededor de una tercera parte de la población económicamente activa se ve involucrada en las comunicaciones que se mueven por vías terrestres: el turismo que en Oaxaca viaja sobre todo por carreteras; ganaderos, agricultores y de la pesca que tienen que transportar sus productos; comercio, industria y otros que necesitan proveerse también por este medio.
Lo mismo hay bloqueos en la carretera Transístmica, que rumbo a Huatulco y Puerto Escondido, así como en la caseta de Huitzo rumbo al DF. Todos le entran a esta actividad, algunos en el abuso exagerado de décadas como los de la sección 22 del magisterio, cebados en esta dinámica dañina. Hay grupos de presión y de chantaje como Cocei, FPR, UCO, Falp, Ocho Regiones, etc. Aunque también hay otros grupos de productores que han sido orillados a realizar estas acciones pues de otra manera no se les atiende.
No hay a la mano una explicación razonable para entender por qué el poder ejecutivo de Oaxaca desatiende problemas sociales y económicos que bien podrían ser evitados, sobre todo estos últimos que a diferencia de los conocidos grupos de presión exhiben demandas razonables . Un poco antes de las pasadas elecciones federales ganaderos de la zona norte del Istmo de Tehuantepec cerraron la carretera transístmica, a la altura de El Mezquite en protesta por la sostenida desatención a ese gremio de productores.
La cercanía del 1 de julio daba notoriedad a la protesta, además del cuello de botella que significa cerrar esa que es quizá la principal vía de comunicación económica de Oaxaca, que comunica a los dos puertos del Istmo oaxaqueño y veracruzano con Salina Cruz y Coatzacoalcos, respectivamente. En otras ocasiones a esa misma altura han sido los zoques de Chimalapas quienes han obstruido esa vía por diversos motivos, sobre todo por conflictos políticos municipales.
Esa carretera histórica e insólitamente poco atendida por la parte de Oaxaca (como también sucedía rumbo a Chiapas) hasta ahora que se amplía para desahogar mejor el tráfico vehicular, lo que de suyo hace tortuoso ese vía de comunicación en distintos puntos. Por cierto, rumbo a Chiapas, en la llamada zona oriente del Istmo también ya hay bloqueos con los sogueros de uno y otro bando.
En vez de ampliar el tráfico por la carretera transístmica, mucho tiempo se le abandonó, sobre todo por esa parte de Oaxaca colindante con Veracruz. Dicho abandono ha sido por partida doble, por la desatención a la carretera (que apenas se está superando) y por la desatención a los conflictos socio políticos que a menudo llevan a obstruir esa vía.
Las pérdidas son millonarias, lo mismo puede verse sobre esa carretera materiales de Pemex para la refinería de Salina Cruz, como enormes estructuras tubulares de la industria eólica, así como camionetas con ganado, aves y productos agrícolas. Los productores y comercializadores de frutas de temporada sufren con sus cargas, a veces pierden parte de ésta.
La extraña estrategia usada por el gobierno de dejar todo un día sin atención a los bloqueadores y llegar hasta el día siguiente prolonga estos daños, a veces se llevan hasta tres días en desbloquear con la consecuente pérdida y gran molestia general.
Los grupos de productores que antes no realizaban dichas manifestaciones se han sumado a éstas porque esa es la dinámica que casi les exige el gobierno. Mismo que sólo hasta que los grupos presionan y hacen ruido los atiende y eventualmente les entrega los recursos o apoyos de suyo destinado a ellos de recursos federales que se manejan en conjunto con el gobierno del estado. Si nadie se mueve nada se les entrega, en términos coloquiales el gobierno los tiene casi conminados a que “quien no chilla no mama”. No obstante los recursos ya esté etiquetados en el presupuesto de egresos de la federación aceptado por la Cámara de diputados federal.
La administración de gobierno actual es un caos. Los 600 millones de pesos devueltos a la federación por no haberse ejercido en 2001 en el campo oaxaqueño muestran la incapacidad evidente de la Secretaria de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura (Sedafpa) del Gobierno del Estado de Oaxaca con su titular Salomón Jara Cruz. Y se teme que en este ejercicio presupuestal de 2012 sean más millones de pesos los que retornen al centro federal.
Sin embargo, Salomón Jara parece intocable al ser la posición que ostenta Andrés Manuel López Obrador y René Bejarano en Oaxaca, éste último incluso a principios de este año, trascendió, llegó insolente a advertir al ejecutivo de Oaxaca que “el ingeniero Salomón Jara es inamovible”.
Quizá por eso el campo oaxaqueño siga desolado, abandonado pues todo indica que los encargados de este sector no están dedicados al servicio público sino a otros negocios. No otra cosa sugiere que Feliciano Cruz Ibarra principal asesor de Carlos Torres Aviles ex secretario de Desarrollo Rural de Ulises Ruiz, sea también hoy el asesor de cabecera de Salomón. Y cuando le preguntan a Salomón por qué conserva en ese cargo a tan cuestionado personaje responde: “Es que él sabe”. ¿Qué es lo que sabe si todo anda mal para los ganaderos, cafetaleros, sorgueros…” Que es lo que sabe Feliciano que le es útil sólo a Salomón Jara y no a Oaxaca?
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