¿Caminé por la noche de Oaxaca,
inmensa y verdinegra como un árbol,
hablando solo como el viento loco
y al llegar a mi cuarto —siempre un cuarto—
no me reconocieron los espejos?,
Octavio Paz. Piedra de sol. Fragmento
El sub fijo cida viene de caedĕre, raíz etimológica de matador, de exterminador. Quien mata es un asesino: homicida, parricida, femenicida… Alguna motivación lleva a convertir a alguien en uno de estos tipos de asesino. Por muy inexplicable que sea, un humano ofrece algún motivo para su asesino. ¿Pero un ecocida que motivación puede tener un ser vivo inerme? Sobre todo cuando presenta las características de un profesor de IEEPO adscrito al CEDES 22, o sea “becado” por la Sección 22 del SNTE de nombre Isaías Cruz Santiago.
Este seudo profesor vive (léase asuela) en la colonia Emiliano Zapata, asentamiento humano (con la excepción del susodicho) adjunto al casco del municipio de San Jacinto Amilpas, Centro del Valle de Oaxaca. Ahí desde hace 13 años quienes colonizaron el lugar decidieron humanizar su entorno, sembraron plantas, flores y árboles, con excepción del seudo profesor de marras.
Pero este sábado 1 de septiembre los vecinos de la Emiliano Zapata salieron de sus casas para encontrarse con la muy desagradable sorpresa de que el mencionado además de ser mal vecino decidió convertirse en un consumado ecocida. Con una motosierra derribó, cercenó, cortó de tajo la vida de siete indefensos árboles. En suma asesinó a 7 ejemplares de 13 años de edad, logrados con esfuerzo por los colonos.
Citrus, ficus, pino, jacaranda, nanche, pirú y pata de vaca de grandes blancas flores cayeron muertos por decisión de un … en pocos minutos. No hubo tiempo de detenerlo, cuentan los vecinos. Esos árboles nada le estorbaban a nadie. Fueron sembrados por iniciativa de los vecinos apoyados por el entonces regidor de ecología Apolonio José Antonio Cruz y presidente municipal Víctor Amado López Hernández, a la vera del arroyo llamado Río Chiquito.
Los ex ediles quienes también dan fe de estos hechos comentaron al respecto y exigen a las actuales autoridades hacer justicia y encarcelar al ecocida además de hacerlo sembrar y cuidar el crecimiento del doble de nuevos árboles durante esos 13 años, como escarmiento para que nadie imite ese feroz comportamiento, por muy miembro del cartel de la 22 que sea.
Alberto Zárate López y Alejandro López vecinos y miembros de la directiva del Comité de la Colonia Emiliano Zapata exigen a las autoridades municipales y competentes que tomen cartas en el asunto, pues el comportamiento del sujeto no es normal, dado que además, según sostiene una vecina, el tipo hizo traer una camioneta que en tres viajes se llevó a los árboles convertidos en leña, por lo cual entregó al ecocida 150 pesos por viaje.
Si el perredista gobierno municipal de San Jacinto Amilpas, eficiente y constructivo como ha sido hasta ahora, no quiere perder las riendas del ejercicio del poder público, y caer también en el auténtico desgobierno en que nos tiene el actual“gobierno” del estado, debe castigar este ilícito con todo el peso de la ley, de lo contrario al menos los funcionarios municipales en la materia deben renunciar pues ¿Para qué erogar parte del erario en sus emolumentos si nada hacen?
De los funcionarios estatales ya ni invocarlos pues está visto que seleccionaron con lupa a los peores personajes para ponerlos en los altos cargos, ahí están Salomón Jara, Netza Salvatierra, Jorge Carbonell Caballero, Jorge Castillo, Alberto Alonso Criollo, Víctor Raúl Martínez Vásquez y un largo etcétera…