La disputa por el gobierno de Oaxaca hace 8 años fue dura. Imaginen toda la terrible capacidad del entonces gobernador José Murat junto a la del famoso mapache nacional candidato Ulises Ruiz Ortiz pareja de Roberto Madrazo, con el poder y los recursos contra Gabino Cué y su aún débil alianza de partidos, le faltaba más hartazgo para ganar, y le faltaba un Ulises Ruiz dispuesto a entregar el poder a cambio de impunidad. Pero en 2004 se echó mano de todo, fue una elección a morir.
Andrés Henestrosa ya había sido 3 veces diputado federal y senador por el PRI, además de otros tantos cargos. Aunque también escritor, el istmeño fue más político. Macario Matus dijo que era un cartero, porque sólo cartas escribía: Carta a mi madre, Carta a Cibeles. ¿Cuántas novelas hizo? Destacada sólo esa recopilación de literatura oral zapoteca “Los hombres que dispersó la danza”, muy buena aunque acusado de plagio por el autor inicial de esa obra el escritor espinaleño Wilfrido C. Cruz, lo que Henestrosa tuvo que aceptar públicamente.
El desaparecido Macario Matus le reclamaba que teniendo la instrucción y herramientas literarias no hiciera la gran obra de la literatura zapoteca “Gadxela xha García Márquez”, decía Macario en zapoteco al sugerir que el realismo mágico del colombiano no superaría a la gran mitología zapoteca si una buena pluma la hubiera podido plasmar en novela.
Es célebre la frase de Macario: “Tiene más premios que obras escritas”. Todo mundo lo premiaba, hasta Andrés Manuel López Obrador cuando fue Jefe de Gobierno del DF y Gabino Cué cuando presidente municipal de Oaxaca. El primero le entregó una medalla y el segundo le puso a la biblioteca municipal de la Casa de la Ciudad “Andrés Henestrosa”. De todos modos el frío político no dudó en apoyar a su partido en 2004.
En esa ruda elección Andrés Henestrosa hizo abierta campaña en la Tv nacional y en todas partes en horarios estelares a favor de Ulises, con desatinos como éste: “Ulises Ruiz, el Benito Juárez moderno”, o alzando el puño para decir con su ya débil voz “Ulises tú tienes la fuerza”.
La factura de esa chamba la pagó Ulises un año después. Y no es que todos los recomendados sean criticables, pero Webster no hizo más que agudizar la línea de mediocridad de la mayoría de Secretarios de Cultura de Oaxaca. Con Ulises llegó de la mano de su abuelo. Con Gabino Cué fue el único Secretario de ese ex gobernador que insólitamente repitió en el cargo, ahora de la mano del magnate Alfredo Harp Helú, quien en su afán de ocupar los edificios históricos de Oaxaca necesita funcionarios que le ayuden (por cierto, ¿querrán ahora competir con Carlos Slim en el centro del DF?).
Pues con la nueva noticia no menos insólita que Miguel Mancera, próximo jefe de Gobierno del DF, llamó a Webster a ese cargo en su gobierno tiene perplejos a todos. ¿A cuenta de qué lo premian?
Los promotores culturales de Oaxaca se manifiestan contentos que el personaje dejé ese espacio, “en estos últimos años —dicen— estuvo peor que en el sexenio de Ulises.” Ahora tardaba hasta un año en entregar los de por sí raquíticos recursos que mes con mes erogan las Casas de Cultura y Casas del Pueblo en los municipios.
Cuando la urgente necesidad de los responsables de estas Casas los llevaba a buscarlo les decía: “Busca tus padrinos, busquen sus proveedores”. Más que realizar un trabajo cultural, Webster actuaba políticamente para fortalecer a los presidentes al querer entregarles las Casas de Cultura, cuando eso afecta la vida de las instituciones al obligarlas a actividades con sesgo político, amén que la mayoría de los presidentes en el Oaxaca rezagado no entienden la importancia de lo cultural.
Otros comentan con alegría su salida pues sólo ayudaba a sus amigos, y cuando asistía a las reuniones para discutir el apoyo a algún proyecto nunca hablaba sobre el contenido cultural del mismo, sólo al llegar al tema del dinero necesario para su puesta en marcha es que generalmente objetaba. Todo se le hacía mucho.
No se detenía ante nada, incluso la Feria del Libro de Oaxaca también fue castigada por Webster pues un par de años dejó de recibir apoyos del gobierno para su realización. Sólo acciones de lucimiento era buenos para él como financiar la participación de 82 destacados músicos oaxaqueños que tocan en las mejores orquestas del mundo en el Encuentro Filarmónicos de Verano en Oaxaca y en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México. Músicos formados fuera del país, consagrados; ¿cuántos millones de pesos se fueron en eso?, cuando lo que se necesita es formar a niños y jóvenes a los cuales se les regatea y francamente abandona.
Por ello la pregunta es fuerte: ¿Por qué lo llaman a una ciudad que requiere capacidades reales en la administración pública de su sector cultural? De inmediato los chilangos respondieron con su duro rechazo: “En una ciudad que ha logrado tantas libertades como la ciudad de México, poner a un represor en cultura es una afrenta.”
http://www.avaaz.org/es/petition/No_a_un_represor_en_cultura_del_DF/?cmZHEdb
Elena Poniatowska, Daniel Giménez Cacho, Fabrizio Mejía Madrid, Paco Ignacio Taibo II, Daniel Gersenshon, Bruno Bichir y Epigmenio Ibarra escribieron en ( http://www.jornada.unam.mx/2012/10/26/correo): “Ligado a lo más oscuro de las administraciones priístas de Oaxaca, no participó en ninguno de los foros que sobre políticas culturales en el DF se realizaron, incluso, con la presencia de Miguel Mancera. Viene a dirigir la cultura de una ciudad que gracias a su sociedad civil organizada ha conquistado derechos de libertad de expresión, creativa y sexual. La ciudad de México, en el contexto nacional e internacional, es libertaria. Por eso vemos como un agravio del nuevo jefe de Gobierno del DF, el nombramiento de un represor en el área cultural.”
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