Cuauhtémoc Blas
Cada que López Obrador está en las boletas, arrasa en Oaxaca. En 2006 lo hizo con el 14 por ciento y en 2012 con el 10 por ciento arriba del PRI, su inmediato competidor. El “Efecto Peje” es arrollador acá, en la primera ocasión las elecciones coincidieron con el conflicto social, es probable que esa efervescencia incrementara la participación en las urnas.
Aunque no sabemos qué tenga reservado la Sección 22 en mayo, parece claro que no podría reeditar un 2006, pues los fenómenos sociales no se dan a voluntad, sino por la confluencia de diversas problemáticas sociales y políticas. Pero, así como está crecido el ahora candidato de MORENA, no necesitará de conflicto social para continuar esa tendencia histórica a su favor.
Tendencias electorales
En la encuesta del diario Reforma, Obrador posee el 48 por ciento de las preferencias electorales, arriba 22 puntos de Ricardo Anaya y a 30 de José Antonio Meade. En Oaxaca el efecto Peje ha llevado al triunfo a la mayoría de candidatos a diputados y senadores. De ahí que las disputas por las candidaturas se hayan dado con más fuerza en MORENA, considerándose ganadores.
Muy probablemente los dos candidatos a senadores de MORENA hoy, se vean igualmente beneficiados por el efecto peje. De nuevo lo que los otros partidos disputan es la tercera senaduría, la llamada de primera minoría. La que inventó la partidocracia para que, a pesar de perder, no dejen de ganar un alto cargo.
Esa senaduría, que regalan al perdedor con más votos, es prácticamente lo que pelean los candidatos del PRI-Verde-Panal y PRD-PAN-MC. Raúl Bolaños y Héctor Pablo. El segundo, recién salido del PRI, mueve su estructura en la Costa donde ha apoyado su carrera política. Bolaños cuenta con la estructura oficial, como que su grupo político está hoy en el poder. Para muchos, esta disputa es la primera escaramuza rumbo a la sucesión de gobernador 2022. Por MORENA, asoma otra vez para esa sucesión el candidato a senador, Salomón Jara.
Buena y mala comunicación política
Pero surgió otra figura en MORENA, la cantante Susana Harp, la única con buen manejo de comunicación política. Sin pretensiones de gran política, se apoya en su ámbito de trabajo, lo cultural, con testimonios de su defensa de los diseños de la ropa indígena. Apoyada en una pantalla gigante, mostró la riqueza cultural de Oaxaca, se ganó a la gente en su presentación en la Plaza de la Danza y contrario de lo que han dicho, no fue abucheada y sí las más aplaudida de los oradores. Cumplió las recomendaciones tácticas, buscar la parte emotiva de los electores. No tuvo que colgarse de la figura y discurso de Andrés Manuel como sí los otros oradores, ayunos de estrategia de comunicación política propia.
Son más las campañas aburridas, salvo algunos videos de campaña negra, que tratan de apoyarse en el predominante machismo de Oaxaca, no por nada destacamos en feminicidios. Misoginia y homofobia, han salido a relucir en busca de aprovechar esa índole atrasada.
La comunicación política es incipiente, los candidatos ponen a un empleado a tomarles fotos, diseñar su propaganda, grabar videos, subir a las redes, hacer boletines… sólo falta que le pongan un plumero entre los dedos para que vayan haciendo la limpieza. Candidatos de MORENA hacen giras de baja intensidad, acogidos al efecto peje, con pequeñas reuniones para cubrir el expediente. Sin considerar un punto inédito, la concurrencia de las elecciones locales que pueden influir si se da el voto diferenciado, y las tendencias locales a la alternancia en los Ayuntamientos.
José Soto, por tercera vez en Tuxtepec
Pero nada peor en una campaña que un mal producto, un mal candidato. José Soto va por tercera ocasión por la presidencia de Tuxtepec. El dueño de la franquicia de MC local va con Por México al Frente; ya perdió dos veces, perdió otra con su hijo de candidato, ha perdido decenas de millones de pesos, pero persiste. También podrá decir “La tercera es la vencida”, aunque casi es su cuarta vez. Quién sabe si no tiene un rancho.
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