Cuauhtémoc Blas
Terminó el mes de noviembre y se lanzó la convocatoria para la Guelaguetza 2019, sin que antes, como el año pasado, se convocara al foro de discusión de esa fiesta oaxaqueña. En noviembre del año pasado la anterior secretaria de Cultura, Ana María Vásquez Colmenares, tuvo el tino de reunir en el Teatro Macedonio Alcalá a conocedores del tema.
El foro se llamó “Diálogos y perspectivas de la Guelaguetza de los Lunes del Cerro”. Los objetivos institucionales fueron diversos pero el tema que destacó ahí fue ¿Cómo vincular a la actual sociedad oaxaqueña a los Lunes del Cerro? Lo anterior habida cuenta del alejamiento de la población de lo que fuera hasta hace unos años su fiesta principal.
La Guelaguetza languidece, 3 mil oaxaqueños quedaron fuera de ella, con el cierre de uno de los dos palcos gratuitos. Pero no sólo languidece para los oaxaqueños, también como espectáculo turístico se encuentra en crisis, la mala administración de los funcionarios estatales, responsables de la festividad, ha devaluado la fiesta.
Demagógica política incluyente
Desde hace varios sexenios la política pública para la Guelaguetza ha sido privilegiar la participación en la rotonda de la Azucena del Cerro del Fortín del mayor número de delegaciones municipales, en doloroso detrimento de la calidad, con la inclusión de dos o hasta tres grupos de la misma región, lo que la ha tornado aburrida y cansada.
Política pública “incluyente” es la demagogia con que sacrifican la calidad de la festividad. Incluyente para sus “grillas”, excluyente al desalojar un palco popular para vender más boletos. http://revistaenmarcha.com.mx/editorial/2545-guelaguetza-incluyente-sacrifica-la-calidad.html
La doctora Acevedo Conde dijo en ese foro que hay manifestaciones de los pueblos que no se prestan a la espectacularización, concebidas para su entorno local, para los atrios de sus templos, son danzas o ritos monótonos que aburren a otro público. Sin embargo, se encajan en las Guelaguetzas.
María de los Ángeles Fernández Mondragón ha escrito al respecto:”La máxima fiesta oaxaqueña, reconocida a nivel nacional e internacional, está herida de muerte por caprichos sexenales, ocurrencias disparatadas y ambiciones desenfrenadas”. http://revistaenmarcha.com.mx/reportaje/2540-perspectivas-de-la-guelaguetza-inciertas.html
Seculta, abulia su política Pública
Nada se hace para evitar la caída, no sirve de mucho el Consejo de Participación Intersecretarial del gobierno, con la participación de la Secretaría de Cultura y la de Turismo, lo más destacado de esta última en la pasada Guelaguetza fue su escándalo “Colchagate”, que consistió en mandar a poner colchas a pasto en las habitaciones de sus invitados con sus nombres y su bienvenida a Oaxaca. Juan Carlos Rivera, el personaje.
Veremos cómo nos va con la flamante secretaria de Cultura, Adriana Aguilar, mujer de restaurantes y contratos culinarios con los gobiernos, ahora en tan delicada posición. En lo que aprende, burócratas de cuarta (sin transformación) como Javier Betanzos, su encargado de la Hemeroteca Pública “Néstor Sánchez” —tan defendida por nuestro gremio— hace ahí desfiguros, de centro cultural la convierte en sala de comercio. Pero no sólo eso, rechaza a los periodistas y hasta las reporteras son víctimas de sus groserías. Todo se descompone, ni se arregla la Guelaguetza ni se arregla nada. Abulia como política pública transexenal.
www.revistaenmarcha.com.mx, lc.blas@gmail.com y @blaslc