Cuauhtémoc Blas
El tuit de Gabriel Quadri que alude a Oaxaca, Chiapas y Guerrero, puede inscribirse no sólo en la simple ocurrencia de un político oportunista, como ha mostrado ser, sino en un contexto más amplio y antiguo. En esa vieja división del norte desarrollado y el sur atrasado. Poco se discute ese asunto. Viene de lejos, desde la conquista cuando la explotación de las minas y el incipiente desarrollo industrial inició en el norte. El sur quedó relegado al sector primario, la ganadería en manos de los voraces dominicos y la explotación de los árboles maderables, en Oaxaca.
A lo largo de la historia la brecha tecnológica se abrió más. Oaxaca y otros estados del sur quedaron como proveedores de materia prima y mano de obra barata, hoy como ejército industrial de reserva del capitalismo en términos clásicos, no sólo de Sonora, Sinaloa y otros estados norteños como Baja California, sino de los estados sureños de los Estados Unidos.
Miles de oaxaqueños viven en barracas en San Quintín, San Joaquín, Maneadero y Tijuana, otros viajan a la pizca de tomate a Sonora. Más de un millón vive en Ciudad Netzahualcóyotl y otro tanto igual en el estado de California E.U. Esto según estimaciones conservadoras. Antes sólo emigraba la gente de la mixteca y alguna de los Valles Centrales. Hoy emigran oaxaqueños de todas las regiones, las pródigas del Istmo y Tuxtepec se han incorporado a este éxodo. Si hoy están censados cuatro millones de personas en Oaxaca, por lo menos otra parte igual de nacidos oaxaqueños viven fuera de su estado. Lo cual significa una auténtica diáspora.
Ni con los presupuestos históricos
Oaxaca está más pobre que nunca, entre los últimos lugares de los indicadores nacionales. No obstante que desde los últimos años del sexenio de Ulises Ruiz iniciaron los llamados presupuestos históricos. De unos 30 mil millones de pesos que la entidad recibía de la federación, aumentó a 60 y luego a 80 mil millones. Hoy es más de 100 mil millones y no hay no siquiera evidencia de que la pobreza de Oaxaca, de que su emigración por hambre ceda un ápice. No hay ni obras que ocupen albañiles oaxaqueños.
Ernesto Zedillo enfrentó la primera inconformidad de las entidades del norte que planteaban en su concepto entonces de nuevo federalismo, reducir los presupuestos a los estados del sur que, a su juicio, no hacían buen uso de los mismos. Sugerían que la riqueza producida por ellos se dilapidaba en esos estados. Aunque, hay que decirlo, la mayor riqueza productiva no está en el norte sino en el centro del país.
Ayer Oaxaca se despertó con el tuit de Quadri donde sugería que Guerrero, Chiapas y Oaxaca, jalan a México hacia atrás, que le impiden ser una potencia media. No fue la manera de hacer una crítica, pero ciertamente somos un estado subsidiado en más del 95 por ciento por la Federación.
Subsidios que se pierden, que a pesar de sus montos cada vez más altos, de nada han servido para siquiera paliar la pobreza de Oaxaca.
La Federación entonces sólo subsidia el saqueo con que hacen su fortuna personal y familiar nuestros gobernantes. Éstos, en vez de aplicar bien los recursos solo se indignan y nos obsequian sus poses defensoras.
Quizá haya que pensar nuestra larga y ya insostenible dependencia casi total. No por nada los estados del norte siempre se han quejado de nuestra abulia. Hoy mismo algunos de allá están planteando su separación de la Federación. En ese contexto es que se inscribe esta arremetida de Quadri, cuando grupos de esas entidades, como el llamado República de México del Norte, plantean independizarse del país.
Oaxaca necesita avanzar, pero los oaxaqueños más “revolucionarios”, los vividores del indigenismo, pugnan por nuestra “reconstitución indígena originaria”, que en realidad es regresar a Oaxaca a la época de la Colonia. Cuando lo que necesitamos es ir hacia adelante, desarrollo científico y tecnológico de lo que pocos se ocupan, pero que hoy es la única fuente de riqueza de las naciones y no las materias primas ni tradiciones coloniales, con usos y costumbres caciquiles.
No fue buena la manera de Quadri de hacer una crítica, pero de que la Federación carga con nosotros... carga. Deberíamos aprovechar el sacudimiento que ha provocada este desafortunado comentario, empero con visos de la realidad nacional, para discutir y replantear nuestro futuro. Hay que recordar que el subdesarrollo inicia en la mente. Y ni clamar a Juárez o al dictador Porfirio sirve para justificar el estado en que los oaxaqueños tenemos a Oaxaca.
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