Gobernar es educar.
Benito Juárez
Cuauhtémoc Blas
Después del famoso memorándum del presidente de México donde instruye a sus funcionarios a desobedecer la ley de la llamada “mal llamada reforme educativa”, hay un debate impulsado por esa sostenida postura del mandatario de la preeminencia de la justicia sobre la ley.
Argumento débil del gobernante quien ante esa disyuntiva tiene todas las posibilidades de cambiar las leyes si están mal, de impulsar unas más justas. Dicho argumento es aún más débil cuando tenemos claro que no hay justicia alguna en devolver el control del servicio educativo a quienes así lo exigen, la CNTE y su vanguardia la Sección 22. Éstas nunca han dejado de tener a Oaxaca en el sótano de la calidad educativa cuyo sistema dominan desde 1980.
Oaxaca siempre abajo en educación
En 1990 el promedio de escolaridad de Oaxaca era de 4.5 grados, cuando el nacional era de 6.5; en el 2000 fue de 5.8 mientras el nacional de 7.7 grados. Otro informe del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) en 2004 ubica a Oaxaca en el último lugar en comprensión lectora junto con Chiapas.
El mismo INEE ubica a Oaxaca en el 2003 con cero en matemáticas y español. Hoy las estadísticas siguen siendo de las peores, el promedio de escolaridad según el INEGI es acá de 7.5 grados en tanto el nacional es de 9.2. Siempre abajo, precisamente en esos años que la S 22 tuvo el control del sistema educativo en Oaxaca. No tienen, pues, calidad académica ni calidad moral para sus exigencias. Y si no, que den las estadísticas de sus éxitos educativos.
Aunque ya avanzaron bastante con sus presiones y violencia, quieren más. Ya les dejaron sin efecto la evaluación “punitiva” a quienes están en activo (o sea, respetan a los taxistas que heredaron o compraron plaza). Ahora quieren que la constitución se reforme como ellos dicen, no puede AMLO resolver vistosamente como en otros casos porque aquí la camarilla magisterial no negocia, no dialoga nunca, sino impone sus intereses siempre.
No es de justicia devolver el IEEPO a la 22 para que retomen su doble papel injustificable de sindicato y patrón. Para que controlen de nuevo las plazas y la rentable dinámica del sistema. En eso están juntos CNTE y SNTE. El mismo peje lo ha dicho, no volver a la corrupción de la venta de plazas, pero está visto que se anda doblando.
Justicia no es someterse a la camarilla
No hay nada filosófico en esto, de cuál es preferible si la ley o la justicia, sino vulgar presión de grupo de poder de la camarilla magisterial: "me devuelves mi negocio o no te la acabas con mi presión y agresión". Mala sugerencia esa de que justicia es cumplir las exigencias de la viciada camarilla magisterial. Hay, entonces, un falso dilema.
Aunque hay que decir que el presidente no tiene de donde asirse, no hay quien lo ayude a enfrentar los dos frentes que se le han abierto ahora: CNTE y SNTE con Elba Esther. Aquellos operadores que el 2015 con Cué ayudaron al gobierno federal a dejar a la 22 sin el control del IEEPO se cuidaron de no ir más allá y le dejaron a sus cómplices el control de todas las escuelas y sus direcciones, supervisiones, le dejaron el poder real.
Y es que esa rancia burocracia gubernamental está ensamblada a los mismos intereses que la camarilla. En caso de querer el presidente componer las cosas, está solo, no tiene caballeros con quienes ir a la guerra, de hecho, parece que ni siquiera dará alguna batalla. No otra cosa es ese memorándum desesperado para calmar a la camarilla que no le dará tregua, que incluso rechazó empoderada ese memorándum. Logrará sus objetivos y seguirán pidiendo más como ha sido su historia, sea con Peña, AMLO o quién esté en el poder, cada vez más acotado poder.
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