Cuauhtémoc Blas
Al cumplir su primer año, no se puede negar que el actual gobierno federal es diferente a los del PAN que relevaron al PRI, pero se quedaron sólo en la alternancia, al dejar intacta la estructura de poder de importantes entidades del Estado mexicano. No intentaron la transición hacia una mejor democracia y menos aún el cambio de régimen.
Los sindicatos del corporativismo del viejo régimen se hicieron más fuertes en los gobiernos panistas. Con Carlos Romero Deschamps al frente, el Sindicato Petrolero y sus agremiados, consolidaron el saqueo con la ordeña y el huachicoleo de los ductos. Documentado por la periodista Ana Lilia Pérez, autora de los libros El Cártel Negro y Pemex Rip.
Para este robo a la nación era necesaria la participación de los trabajadores especializados que sabían cómo extraer el combustible, además de la complicidad de empleados: vigilantes, operadores, mandos bajos, medios y los mandos más altos de la paraestatal, Gerentes generales de plantas, bueno hasta directores generales de la paraestatal.
El robo a la empresa era estratosférico, hasta el 40 por ciento de la comercialización nacional e internacional de Pemex. Imposible que no llegara a los oídos del Presidente, el más informados del país, sobre todo con Felipe Calderón, cuando este saqueo tuvo su mayor auge.
En la repartición el botín todos los implicados tenían su cuota, los gerentes de plantas de Pemex, los carteles que ofrecían protección, lo empleados de la paraestatal que colaboraban y el sindicato. Si alguno de sus agremiados era detenido, el sindicato los sacaba de problemas y, por supuesto, nunca los despedían. A los trabajadores que robaban por su cuenta, sin la venia del sindicato, se les aplicaba todo el peso de la ley y se iban décadas a la cárcel. Hoy el capo de ese cártel sindical, Romero Deschamps, anda prófugo, y el desmantelamiento de esa red apunta hacia un cambio de régimen, al acabar con los dirigentes vitalicios.
Sindicato de COBAO, servil de directivos
Las nuevas disposiciones para la elección de las dirigencias sindicales que entrarán en vigor en marzo del año próximo, apuntan también a democratizar esos sindicatos, ya no más delegados sino votación directa y secreta, pues si bien el de Pemex es el referente más grave, la mayoría tiene ese mismo talante.
De ahí que sindicatos como el del Colegio de Bachilleres quieran realizar antes la reelección del capo de esa gremial, Rufino Olea, que lleva 22 años en el cargo como representante de los funcionarios del Cobao, no de los trabajadores. Sin embargo, un 40 por ciento de los agremiados del sindicato ya están en contra de esa imposición patronal, lo que ha retrasado las pretensiones de los coludidos pues las elecciones tendrían que realizarse en este mes de diciembre y no sale la convocatoria. Es probable que la lancen de pronto, pues junto con el subordinado Olea, quieren reelegir a todos los miembros de su consejo ejecutivo, lo que va en contra de los estatutos del SUTCOBAO que establece que sólo podría reelegirse el 30 por ciento de los actuales.
Pero lo que explica la hegemonía de esos sindicatos es su connivencia con la patronal, ambos se necesitan para sus abusos. La patronal con el presupuesto, la compra de boletos de avión para personas ajenas al colegio, ilustran lo anterior, pero más aún la entrega de las obras sin la debida licitación a empresas “hechizas”.
Una entidad creada para realizar más abusos es la Fundación Cobao, donde expenden los libros, guías de estudio, materiales y concesionan los uniformes recibiendo gran cantidad de recursos. Cobra también las concesiones de comedores y tiendas dentro del plantel. Desde hace décadas, la Pepsi es el refresco oficial que monopoliza la venta en todos los colegios de la entidad, con el daño a la salud que conllevan estas bebidas chatarra. Qué les importa si el negocio es pingüe.
Los empleados nos comentan que anteriormente lo que entraba a los Colegios por esas concesiones se quedaba en ellos para financiar las necesidades inmediatas, papelería, tintas, materiales de oficina. Se los quitaron y ahora les mandan miserias que no alcanzan, por eso a menudo no hay ni papel para fotocopias.
Pero esta administración ha crecido en voracidad, al cobrar derecho de piso hasta a las expendedoras de memelas afuera de las puertas de algunos colegios. El titular de dicha Fundación, todopoderoso ahí por su estrecha relación con el director general, Rodrigo González Illescas, vástago destacado de una familia priista dinosáurica, maneja, además de otras cosas, lo laboral. Tal poder lo ha llevado a extralimitarse al despedir personal, bajarlos de nivel, cambiarlos de adscripción, con miras a allanar el camino a la reelección de Olea, el peón patronal.
Administración y su sindicato charro de burócratas
El sindicato de trabajadores del gobierno del estado es igual, le comparten la venta de plazas (a 450 mil pesos) y los recursos de los empleados, a cambio de que dejen hacer a los jefes. Un secretario de Administración anterior despojó de sus bases a 350 trabajadores y vendió 200. Su directora de Recursos Humanos, Norma Polanco Díaz, siendo de confianza le regaló una base de las más altas, 13 C, así como a Rosa Elena Abascal. A quienes, Germán Espinosa, el actual secretario, protege.
Espinosa Santibáñez ha diversificado el giro de los malos manejos en la Secretaría de Administración que hoy usufructúa, con su experiencia acumulada y fortalecida en COBAO, su anterior negocio privado con recursos públicos. Dejó el cargo de director de ese Colegio bajo el escándalo de faltantes por más de 20 millones de pesos, así como señalamientos de fraude en la oficina especial para ello, la Fundación COBAO, que entonces se señalaba manejaba unos 26 millones de pesos, con ingresos mensuales de más de 300 mil pesos sólo por regalías.
Entre sus negocios actuales está el recurso que no ejerce en el mantenimiento de autobuses de las rutas y de las Ciudades Administrativa y Judicial, las instalaciones de esas últimas a las que tampoco se les da mantenimiento, lo más evidente es que se les están cayendo los plafones, baños inservibles o en mal estado, siempre sucios y mal olientes; la doble nómina de los trabajadores que también están en outsorsing, y un largo etcétera.
Por eso desde hace varios años la parte patronal propicia una “dictadura perfecta” en el sindicato de burócratas, al apoyar y financiar las sucesiones en ese comité ejecutivo de un mismo grupo político comandado por Juan Rosas, para tener al sindicato subordinado al gobierno y a las transas de los secretarios. En eso está el actual titular de Administración, por seguir con esa lucrativa dinámica al financiar la sucesión de Rosas en otro peón, Antonio Lazo. Cuentan con el apoyo de Germán Espinosa y de los dueños del Restaurante Señorial, la Quinta Gloria y Confecciones y Uniformes Keyri, así como ópticas y la Caja de Ahorro Acreimex que lucran con la nómina de los empleados autorizado por la Secretaría de Administración.
UABJO, en quiebra y con seis sindicatos
Donde sale muy cara esta complicidad sindicatos-patrón es en la UABJO, con seis sindicatos que cada año negocian prestaciones para sus agremiados y prebendas para que los líderes dejen correr el manejo discrecional del presupuesto y la exacción de dinero a los alumnos por cualquier trámite, a los de posgrado en Derecho, por ejemplo, les exigen 25 mil pesos por “resolver su status académico”, denuncia la Unión Democrática Universitaria. Lo que tiene a esta decadente institución entre las de más baja calidad académica en los indicadores nacionales y entre las 9 universidades del país con los más graves problemas financieros, con 115 millones de pesos de déficit tan sólo en este año fiscal de 2019.
Aquí lo singular es que el cacique universitario, Abraham Martínez Alavés, impone con su sindicato SUMA a rectores de bajo perfil, mediocres, que eligen ex profeso con el fin de administrar el control de la familia del cacique sobre la UABJO. Aunque han querido imprimirles un barniz académico, la rectoría es gremial, caciquil.
Para eso, sirven los sindicatos mafiosos. Por eso las patronales los auspician y sostienen, son el sostén de la corrupción de instituciones, dependencias, escuelas, universidades, de donde en cada administración salen comaladas de nuevos ricos. Con las recientes disposiciones legales en materia de sindicatos, con la desaparición de las corruptas Junta de Conciliación y Arbitraje, se espera que al próximo año las cosas cambien al tener los trabajadores elementos legales para sacudirse a sus dirigentes vitalicios y mafiosos.
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