Son pocos los municipios que experimentan cambios favorables con sus ayuntamientos. En la medida que pasan los días, las noticias predominantes son poco optimistas. En principio, no se notan avances en las investigaciones de los ayuntamientos que recién entregaron el poder, señalados por su corrupción. Sin embargo, una nota reciente sobre el remiso accionar de la Auditoría Superior del Estado (ASE) despierta algunas expectativas al respecto,
En Zaachila hasta ahora la ASE, con un retraso de un par de años, aplica una multa de 200 días de salario mínimo que arroja un total de 10 mil 894 pesos al ex edil de Zaachila, Noé Pérez Martínez, por no entregar cuentas en los tres años de su administración. No rendir cuentas siempre es sospecha de corrupción, y al no hacerlo durante tantos años esa sospecha se torna casi una certidumbre. Noé Pérez es connotado priista, ex candidato suplente a diputado local por su distrito, donde perdieron.
Sin embargo, la nueva autoridad municipal de extracción perredista, con Adán López Santiago a la cabeza, no ha dejado de dar nota, su confrontación con los ciudadanos por cuestiones religiosas y tradicionalistas (él es de una secta cristiana), así como la negativa a incluir a regiodores del PRI en el cabildo, aún con un dictamen del Tribunal Estatal Electoral, lo han metido en serios problemas.
Un municipio istmeño, donde hace tres años perdiera el PRI por primera vez en 80 años, Santo Domingo Tehuantepec, quedó prácticamente devastado por el presidente municipal anterior, Diego Santos Díaz. Éste llegó al poder municipal con el partido Convergencia, lo que no importó para que rápidamente se distinguiera como uno de los más inescrupulosos de la región. Ante esto, acorde a la absurda política del sexenio anterior, quienes tenían estos problemas de comprobación del erario municipal tendrían impunidad al dejar el partido que los llevó al poder y pasarse al PRI de Jorge Franco Vargas, quien después de insultarlos y humillarlos tantitos, los acogía. Así sucedió con Diego Santos Díaz ex presidente de Tehuantepec y José Manuel Ricárdez López de Pochutla, entre otros. Del segundo ya nos ocupamos en la primera entrega. Del primero, nombrado en 2009 el peor presidente del año, se escribió de él lo siguiente:
“(Diego Santos es) un traidor, porque traicionó la confianza de quienes votaron por él al no cumplir con las expectativas de mejoría y progreso nacidas de la histórica derrota del PRI en el municipio. Traidor, porque traicionó a su partido, Convergencia por la Democracia, el que lo llevó a ese lugar privilegiado, donde no termina aún de enriquecerse, y se pasó al PRI.Y traidor también, porque traicionó sus principios morales, y los religiosos de su secta cristiana al incurrir en la corrupción bien documentada, que lo hace un nuevo rico a costa de mantener a Tehuantepec con pésimos servicios, sin obras y con su centro histórico inmerso en la inmundicia, y con más de ciento cincuenta millones de pesos sin comprobación.
“Se interpusieron, por peculado, dos denuncias penales contra Diegos Santos y quienes señalan como cómplices principales en el saqueo contra el Ayuntamiento: Miguel Ramón Peregrino y Olga Lidia Sánchez, regidor y síndico de Hacienda, respectivamente. La primera radicada en la Subprocuraduría de Justicia en el Istmo (565/TH/2009), y la segunda (PGR/OAX/SC/79/2009), ante la Agencia del Ministerio Público Federal en Salina Cruz. Ante el peligro inminente de pisar la cárcel, el convergente Diego Santos solicitó una reunión con el presidente del PRI, Jorge Franco Vargas, quien lo atendió a principios de junio en sus oficinas en la ciudad de Oaxaca.” (http://www.revistaenmarcha.com.mx/reportaje/296-diego-santos-desvio-150-millones-de-pesos.html)
Entre los 150 millones de pesos que al iniciar 2010 no habían comprobado Diego Santos y sus cómplices, se entiende que contenía los dineros que no pagó a constructoras, prestadores de servicios y todo tipo de proveedores que por esos días trinaban desesperados. Hay elementos y antecedentes de sobra para enjuiciar este desmesurado fraude contra el municipio tehuano, quizá más de los hallados en Zaachila donde algo debe estar pagando el priista en desgracia, Noé Pérez.
Por cierto, ¿a los neopristas protegidos de Jorge Franco, como Diego Santos en el Istmo y José Manuel Ricárdez y Miguel Ángel Galán en la Costa, la también ex protegida de Jorge Franco, la aún titular de la ASE, Lizbeth Caña Cadeza, les seguirá cumpliendo con protección e impunidad? ¿Será casual que sean estos ex presidentes quienes financian y nutren las giras de Franco Vargas por esas regiones?, según nos han informado políticos locales.
Los nuevos gobiernos municipales además de pedir cuentas a sus antecesores con problemas evidentes de corrupción, tienen el compromiso de hacer un mejor gobierno. En Tehuantepec el gobierno municipal de José Luis Villalobos, emanado del PRI, propone un acercamiento con los ciudadanos, con audiencias públicas y recorridos permanentes en barrios, agencias y colonias. En el puerto de Salina Cruz, el nuevo presidente, el panista Gerardo García Henestrosa, insiste en su propuesta más cara: la construcción de un malecón, “El malecón azul”, con bulevares, ciclopista, andadores. Miradores, rompeolas, etcétera. La propuesta es hacer turístico a Salina Cruz. Proyecto ambicioso, de entrada seductor, pero en términos de realidades ya está siendo cuestionado en su ejecución.