Hay puntos neurálgicos en Oaxaca con los cuales podemos medir los alcances del llamado “cambio†después del 4 de julio del año pasado, entre ellos uno de los más importantes son los municipios. Lo que pasa en esta llamada célula básica de la sociedad es fundamental, en tanto constituye el primer y más cercano nivel de gobierno de familias y ciudadanos.
Una mirada somera en los municipios de Oaxaca nos deja claro que no podrá haber un cambio en esos municipios oaxaqueños mientras no cambie la poco ilustrada clase polÃtica que se ha adueñado de esos espacios de poder. Ya sea de un partido polÃtico u otro: PAN, PRI, PRD. La decadencia de los cuadros es general, los mismos polÃticos aldeanos desprovistos de capacidades de administración municipal. No dejan que nuevos cuadros se integren a esos ámbitos.
Buen número de ayuntamientos oaxaqueños funcionan fuera de los marcos de la legalidad, con un número mayor de regidores a los que por su población debieran tener, esto merced a transas polÃticas (que no negociaciones), asà como regidores que ni siquiera figuraron en alguna planilla de los partidos polÃticos contendientes. La ilegalidad es hasta escandalosa, pero como todos los partidos están en ese ilegal negocio, ninguno protesta.
En materia de transparencia, por esas veleidosas decisiones de gobierno estatal anterior, sólo cuatro municipios de Oaxaca están obligados por ley a publicar su información de la administración municipal por internet, con una página web a la que cualquier ciudadano pueda tener acceso. Oaxaca, Tuxtepec, Juchitán y Salina Cruz. Salvo Oaxaca que sostiene en su página información de licitaciones, cuenta pública y recursos que maneja en un informe de la gestión financiera 2011, aunque aún tiene partes en construcción; la página de transparencia de Juchitán contiene sólo leyes y documentos, y la de Tuxtepec simplemente no puede abrirse, ni siquiera tiene la leyenda de “página en construcción†como la de Salina Cruz que sólo contiene esa leyenda, o sea nada.
Este último ayuntamiento acaba de afrontar una de las pruebas más trascendentes en materia de atención a sus ciudadanos, con motivo de la tormenta tropical “Dora†del 14 al 17 de julio reciente. Prueba que reprobó de manera patética. Pues en esa probada insensibilidad social e ineptitud administrativa el 16 de julio murieron dos personas: Gabriel López Estudillo de 82 años y Sandra López de 34 años. Padre e hija.
A esa familia se le derrumbó su casa cuando dormÃan, en pleno apogeo de la tormenta, a dos dÃas de haber iniciado las torrenciales lluvias, pero protección civil en una omisión o negligencia criminal no atinó a alertar a la población para que dejara esas casas en peligro y se pusieran a buen resguardo. No hicieron la declaratoria de emergencia, ni tenÃan localizados los lugares de alto riesgo, ni albergues donde proteger a los damnificados. El desastre natural fue magnificado por el desastre del gobierno municipal.
La cabeza de esa administración, el presidente municipal de extracción panista, Gerardo GarcÃa Henestroza, en vez de afrontar el problema dejó que el mundo se derrumbara. Dos personas murieron por esa criminal negligencia y otra más se encuentra grave en un hospital de ese puerto salinacrucense. Una familia muy humilde, ¿a quién le importa?
¿Qué hacer en los municipios? Lo que predomina en la geografÃa de Oaxaca es ineficacia y abusos. El caso de Tlacolula, Huatulco, Pinotepa, por señalar sólo a los municipios de partidos polÃticos ilustra la actitud patrimonialista, el nepotismo y el uso del erario de manera caprichosa. Las obras públicas, como en el caso de Salina Cruz, se entregan amigos, compadres y/ o socios. En ese puerto la mayorÃa de las obras públicas se entregan sin licitación o amañada a la empresa Ingenieros Civiles de Salina Cruz (ICISA), como ha documentado el semanario “Evidencias†de esa ciudad.
Es urgente instrumentar polÃticas públicas para recomponer los gobiernos municipales, para ello el nombramiento del titular de la AuditorÃa Superior del Estado (ASE) para una puntual fiscalización de los recursos públicos es apremiante. Hace falta poner candados a tanto abuso y prepotencia de los pequeños tiranos locales. También que el Instituto de Transparencia de Oaxaca trabaje y exija esa transparencia a los ayuntamientos, al menos a los pocos que por ley están obligados a exhibir esas informaciones en internet.
Notas al margen: Nunca como en estos dÃas se ha puesto de manifiesto la dificultad, casi imposibilidad de solucionar los problemas agrarios entre comunidades rurales de la entidad. El caso de Tecomatlán contra Jaltepetongo es paradigmático. Ambos pueblos sostienen a través de sus autoridades locales que el gobierno debe arreglar ese problema que los ha llevado a violencia y muertes en el transcurso del siglo pasado y recién revivieron en estos dÃas. Ambos se dicen dispuestos al arreglo, pero no ceden en sus posiciones. Que el gobierno lo arregle a favor de cada uno es difÃcil, pues ambos tienen documentos de distintas épocas que acreditan derechos sobre esas tierras. Quizá un elemento a considerar sea la necesidad de uno y otro, el tamaño de la población de uno y otro y las ganas de trabajar de cada uno. En un recorrido por esas tierras hace un tiempo, lo que vimos es que quienes están trabajando esas tierras son los de Jaltepetongo. Pero en este caso también vemos que la tierra no es, precisamente, de quien la trabaja.