El municipio de Tuxtepec es otro de los que sufren las grandes decepciones políticas de casi todo Oaxaca. La esperanza de cambio se tornó una dura pesadilla, donde la autoridad municipal se ha desdibujado hasta, prácticamente, desaparecer del palacio municipal.
El médico José Manuel Barrera Mojica, hoy presidente municipal que ganó las elecciones impulsado por la Coalición de partidos, recién salido de las filas del PRI y cuota del PRD, se ha convertido en un virtual cero a la izquierda. Se esconde, se ha minimizado al máximo, nadie lo respeta, no es útil en algo.
El primer párrafo de un breve balance de los primeros seis meses de la nueva administración municipal publicado en el número reciente de la revista En Marcha, Realidad Municipal de Oaxaca, no tiene desperdicio: “El gobierno encabezado por el médico José Manuel Barrera Mojica es, mejor dicho, un desgobierno, ausente, débil, cooptado por grupos desatados en una actividad de política pueblerina (o “grilla”). Todos, incluso sus antiguos y nuevos aliados lo acorralan, hostigan e insultan con la mayor facilidad.” (ver http://www.revistaenmarcha.com.mx/municipios/747.html).
Fue de escándalo el maltrato público de que fue objeto Barrera por la conocida política María Larios Cano, cuando la hija de ésta, Aurea Castelán, directora de administración municipal exhibió un documento que su madre utilizó para increpar públicamente a quien dijo “lloraba” en su hombro en la campaña y a quien la lideresa presumió haberle regalado una camioneta para su uso personal una vez obtenido el triunfo.
A mediados de mayo pasado Barrera logró algo imposible hasta entonces: unificar a grupos aparentemente irreconciliables para pedir su destitución como la Unión General Obrera Campesina y Popular (UGOCP), Comité Obrero Popular y Campesino (COPOC) y Asociación para el Desarrollo de Comunidades y Colonias (ADICC),
El siete de marzo pasado, elementos de la Armada de México y de la Procuraduría General de la República (PGR) detuvieron al subdirector de la policía municipal de Tuxtepec, Helio Bolaños Vicente, por sus presuntos nexos con el narcotráfico y su también presunta participación en la ejecución del presidente electo de Rodríguez Clara, Veracruz, Rodrígo Barradas, el siete de noviembre de 2010. Todos se preguntan ¿quién lo contrató? ¿quién lo recomendó?
En los dos meses que estuvo al frente de la institución como director formal Domingo García Cervantes, la tropa no lo obedecía y fue cesado, a instancias del presunto delincuente arraigado el tres de marzo.
Poco después Barrera Mojica tuvo un enésimo traspiés, su comandante policiaco fue también arrestado y llevado al Distrito Federal por su probable vínculo con la delincuencia organizada. Finalmente, el pasado 30 de julio, luego de 110 días sin dirección, la policía municipal volvió a tener mando formal. Asumió el cargo el general brigadier diplomado de estado mayor, Froylán Carlos Cruz.
Por el bajo perfil del edil en cuestión y quizá otras razones, desde el principio el gobierno actual le mostró su menosprecio. Para la toma de posesión de Barrera como presidente municipal, el gobernador envió como su representante personal al imberbe Ulises Soto Martínez, de la nueva camada de juniorciques (junior hijo de cacique, Porfirio Muñoz Ledo, dixit), hijo del cacique tuxtepecano José Soto Martínez, adversario jurado del grupo ganador encabezado por Barrera. Por única ocasión y ante este agravio, Barrera Mojica mostró energía y rechazó al enviado, representante del gobierno y con el cargo de la inoperante y desconocida Dirección de Sistemas Producto de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Forestal. No hubo quien le tomara la protesta, por lo cual se la tomó él solo.
Barrera es de aquellos que amainan su plumaje al primer ruido. Hasta ahora lleva tres jefes de recursos humanos al hilo. Dos destituidos por los grupos de presión. Leticia parra López, fue la primera; luego Sergio Castillo, cometieron el “error” de querer meter orden y exigir resultados de trabajo a los empleados. Por ello finalmente llegó Fernando Canché Terán, quien también ostenta el cargo de Contralor Municipal. Para los habitantes de la perla del Papaloapan es evidente que la familia Canché tiene copado al edil: Luis Fernando Canché Barajas es suplente de Barrera Mojica; la esposa del suplente, Alicia Salinas, es directora de cultura; el síndico hacendario, Alan Canché, es hermano del suplente y el nuevo director de recursos humanos, además de contralor municipal, es tío de todos ellos.
Tuxtepec también vive el caos de otros municipios, como el de Salina Cruz de Gerardo García Henestrosa, saturado de basura y corrupción, o el de Tehuantepec donde el ayuntamiento anunció que no habrá agua potable sino hasta diciembre, pero exige el pago de ese servicio. Municipios que viven un amargo despertar sin alternancia y mucho menos transición política municipal.
Empero, el caos es pleno en el gobierno municipal de Tuxtepec, tanto que hay quienes dicen que lo único bien hecho por Barrera y sus regidores fue el carnaval de mediados de marzo pasado. Todo lo demás es un tiradero. De tal manera que ahora la esperanza de Tuxtepec es que José Manuel Barrera Mojica deje la presidencia y regrese a su modesto consultorio médico, de hecho ya se habla de intentos de destituirlo o forzada licencia.