Un diputado federal oaxaqueño, conocido como “El Aspirina”, realizaba un trámite en un banco del centro de la ciudad de Oaxaca acompañado de su esposa (ferviente admiradora del candidato de la coalición al gobierno estatal).
Había poca gente, por lo que tranquilamente esperaban su turno. De repente, un torvo sujeto que portaba una pavorosa pistola calibre 45 irrumpió y al grito de “¡Esto es un asalto!”, amenazó a las cajeras, quienes le entregaron gruesos fajos de billetes.
El bandolero notó que uno de los clientes lo miraba atentamente y, sospechando que delatara sus características, ya que no llevaba máscara, lo confrontó fieramente:
—¡Tú que viste, wey!
—Yo, yo, este… yo —balbuceó asustado el pobre hombre. El criminal, sin esperar más, le apuntó a la cara y le disparó, cayendo muerto el individuo.
De inmediato se acercó al diputado priista:
—Y, ¿tú que viste cabrón? —A lo que el legislador contestó tranquilamente y luego señaló a su mujer:
—¿Yo?, no vi ni madres… pero esta, vio todo… y es bien chismosa!
Había poca gente, por lo que tranquilamente esperaban su turno. De repente, un torvo sujeto que portaba una pavorosa pistola calibre 45 irrumpió y al grito de “¡Esto es un asalto!”, amenazó a las cajeras, quienes le entregaron gruesos fajos de billetes.
El bandolero notó que uno de los clientes lo miraba atentamente y, sospechando que delatara sus características, ya que no llevaba máscara, lo confrontó fieramente:
—¡Tú que viste, wey!
—Yo, yo, este… yo —balbuceó asustado el pobre hombre. El criminal, sin esperar más, le apuntó a la cara y le disparó, cayendo muerto el individuo.
De inmediato se acercó al diputado priista:
—Y, ¿tú que viste cabrón? —A lo que el legislador contestó tranquilamente y luego señaló a su mujer:
—¿Yo?, no vi ni madres… pero esta, vio todo… y es bien chismosa!