Para el pobre siempre es tarde/ aunque llegue a mediodía/ y habiendo de las calientes/ siempre le dan de la fría. Este fragmento del Siquisirí, viene al caso por la polémica de la denominación de origen del mezcal. De acuerdo a investigadores y expertos del tema, estas disposiciones no son para beneficio de los mezcaleros y productores locales, es un asunto de comercializadores e intermediarios que se disputan el cada vez más amplio mercado mundial del mezcal.
De los nueve estados que tenían la denominación, acaban de agregar otros tres, y vienen en camino más. De plano, mejor decretaran todo el país con esa denominación, para acabar pronto y fuera más barato, pues hay acusaciones de que el Consejo Regulador de la Calidad del Mezcal (Comercan) vende en tres millones de pesos la certificación de mezcales http://n9.cl/aaN7
En vez de ser impulsores del crecimiento de los pueblos, políticos y administradores hacen lo contrario. Ya no hay decencia, como dice Zepeda Patterzon, ni siquiera buscan esconder o suavizar sus triquiñuelas. El asalto a los pueblos es, como se dice, en despoblado.
Ayuda a damnificados, botín político
Eso también pasa en el gran asunto de los recursos destinados a los afectados por el sismo del año pasado en Oaxaca, lo que se convirtió en abierto pleito por el botín de los políticos oaxaqueños e invitados de otros estados que gobiernan la entidad. Nuestros pueblos sobreviven a pesar de sus gobiernos, no con el auxilio de éstos.
En ese marco se inscribe el agarrón entre la presidenta municipal de Juchitán y el gobernador. El gobierno del estado no envía las centenas de millones ya presupuestados por el Congreso local y por el gobierno federal. Vamos, ni siquiera quiere entregar los 17 millones que pagaron a través suyo empresas eólicas a ese municipio. Ello casi al grito de “a que los chingues tú, mejor me lo chingo yo”. Ni a quién irle.
Por el botín, olvidan Reglamento de Construcción
Lo más grave de todo, es que mientras pelean el botín, ni siquiera voltean a ver asuntos cruciales, la reconstrucción de los pueblos se sigue haciendo como siempre, sin atender el Reglamento de Construcción, sin cuidar proceso de calidad y seguridad; nadie supervisa, por lo que otro sismo de similar magnitud podría echar bajo otra vez las nuevas casas mal construidas.
No hay que olvidar que el sismo de 8.2 del año pasado tiró las viejas casonas sin estructura de acero y las no tan antiguas construidas sin aplicar el Reglamento. Ni antes ni ahora autoridades municipales, directores de obras y Protección Civil muestran conocer dicho Reglamento.
Las casas construidas aplicando ese reglamento pueden soportar un sismo de 8.2 grados, incluso un poco más, declararon a En Marcha hace un año profesionales de la construcción: el Colegio Oaxaqueño de Ingenieros Civiles Unidos para el Desarrollo del Estado, A. C. y la Agrupación Colegiada de Profesionales del Desarrollo Urbano de Oaxaca. Ellos destacaron el papel central de los gobiernos para vigilar la aplicación del reglamento, y así evitar desastres acrecentados por la omisión de nuestros malos gobiernos.