No se entregó la plaza Oaxaca, solo se facilitó
Cuauhtémoc Blas
Las aspiraciones presidenciales de Alejandro Murat están ancladas en Oaxaca. Es su punto de apoyo y moneda de cambio. No puede entregar la “plaza” porque ya no la tiene. El 80 por ciento de aceptación de la marca Morena-Obrador, así como la debacle del PRI estatal, le quitó poder de negociación a la familia gobernante. La jerarquía morenista, con las estadísticas a su favor, no otorgó más de lo necesario.
El aún gobernador de Oaxaca, Alejandro Ismael Murat Hinojosa, ha declarado que buscará ser postulado candidato a presidente de la República en el proceso electoral de 2024. Desde hace un año inició con estas declaraciones de su aspiración.
Medios y periodistas locales afines a Murat difunden que ha logrado el afecto del presidente; que su juventud es una mejor carta sobre los mencionados por el mandatario federal para ser precandidatos de Morena. Ese afecto hacia el mexiquense gobernador de Oaxaca, tendría como referente la notoria atención de López Obrador a la entidad que ha visitado como a ninguna otra: 28 visitas presidenciales, hasta ahora.
Hasta hace un par de meses se hablaba mucho del llamado Primor, del entendimiento entre el PRI y Morena; incluso, en una de sus visitas, el presidente habló jocosamente del Primor. La entidad ha sido donde más abiertamente su gobernador ha exhibido ese entendimiento político que dio origen a dicho concepto. Sin embargo, desde un poco antes de la votación de la Reforma Eléctrica en el Congreso, el primor dejó de sonar.
Grandes obras y acciones de la 4T en Oaxaca
El gobierno de la 4T realiza inversiones millonarias en Oaxaca, donde se construye el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, una de las obras insignias del actual gobierno federal. También se trabaja en la culminación de las dos supercarreteras pendientes desde hace 18 años: la de la Costa y la del Istmo de Tehuantepec.
Hay otra importante inversión que llega directamente a los pueblos y comunidades indígenas para construir sus caminos: el programa Sembrando Vida, Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, Jóvenes Construyendo el Futuro, entre los programas federales de Bienestar.
En marzo de 2021, el presidente informó en Loma Bonita, Oaxaca, que un millón 275 mil personas reciben algún apoyo de Bienestar en la entidad. Al tener Oaxaca, dijo, un millón 125 mil viviendas, al menos uno de los apoyos de su gobierno llega a cada hogar.
Hay otros motivos para el apoyo mutuo entre López Obrador y Oaxaca: el caudal de votos obtenido aquí en 2018 fue de los más altos del país, el estado ocupó el quinto lugar nacional en aportar votos al hoy mandatario. En la reciente consulta de Revocación de Mandato fue el séptimo en la votación nacional. Oaxaca simpatiza en un altísimo porcentaje con la 4T del presidente, el 81 por ciento, según Poligrama. Durante los tres y medio años del sexenio de López Obrador, el gobierno de Oaxaca se convirtió en el más morenista de los gobiernos priistas.
No por nada el presidente Obrador es recibido con tanta efusividad por los oaxaqueños, así como por el gobernador del estado, mostrando siempre una sólida relación. Al no haber obras públicas importantes del gobierno estatal, las obras y acciones federales mencionadas le caen como anillo al dedo a Murat para nutrir su discurso.
Murat, “alineado” a Obrador, en contra del PRI y aliados
Por su parte, el gobernador ha correspondido ampliamente a las deferencias del presidente, con los discursos de apoyo a las políticas públicas y a las posturas políticas del primer mandatario, abiertamente en contra de las de su partido el PRI y de sus aliados, PAN y PRD. A saber.
En el 2020, Murat se hizo a un lado de sus pares gobernadores, priistas y panistas, de Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Michoacán y Tamaulipas, quienes confrontaban al presidente López Obrador, proponiendo modificar el Pacto de Coordinación Fiscal Federal.
Al final de ese año, quedaron cinco gobernadores que insistían en revisar el pacto federal en materia hacendaria: Jalisco, Michoacán, Chihuahua, Tlaxcala y Puebla. El gobernador de Oaxaca de nuevo estuvo ausente. Cuando era cuestionado sobre su separación de los gobernadores de su partido y aliados, Murat respondía que él apoya la transformación de México.
El ex gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, lo acusó de estar “totalmente alineado” al presidente Obrador. Murat le respondió que le enviaría un manual para que el presidente lo recibiera sin necesidad de hacer un plantón frente al Palacio Nacional, como lo había hecho el perredista al ser desairado por el jefe del ejecutivo federal.
Por su parte, el presidente ha correspondido a esa postura. En diciembre de 2018, cuando la primera visita del mandatario, ciudadanos oaxaqueños abucheaban al gobernador durante el mitin. El presidente intervino enérgicamente a favor del anfitrión.
Fin de sexenio sin transparencia ni obra pública y abultada deuda
La mayor expectativa del gobernante oaxaqueño, empero, es que pasen por alto la falta de transparencia de su gobierno, la inexistencia de obra pública importante y el exagerado incremento de la deuda pública: 22 mil millones de pesos —la más alta de la historia—, así como los subejercicios presupuestales; solo en el sector de Salud estatal lo hay en un 23 por ciento de lo aprobado para 2020; no se ejercieron 2 mil 848 millones de pesos.
Oaxaca se encuentra entre los estados en observación de la Secretaría de Hacienda por su nivel de endeudamiento. En este 2022 el estado pagará mil 786 millones de pesos solo por concepto de intereses de la deuda pública. Deuda que se proyecta cubrir hasta el año 2044. Solo mencionamos estos puntos para ilustrar el desastre de la administración pública estatal.
De la deuda pública más recientemente adquirida, 3 mil 500 millones de pesos, en su mayoría ejercida por la Secretaría de las Infraestructuras (SINFRA), no tienen resultados, y se avizora, a seis meses de culminar el sexenio, que las obras queden inconclusas, ante la lentitud de los trabajos. Además, del mal manejo de esa dependencia en las licitaciones y ejercicio de recursos, denunciado por diputados locales.
En cuanto a índices de pobreza, Oaxaca persiste en el penúltimo lugar nacional. Estas malas cuentas del partido en el gobierno, acentúan las rémoras de la entidad: cierre cotidiano de vialidades, escasa gobernabilidad, incremento de la delincuencia, feminicidios, endeudamiento improductivo, gabinete traído del Estado de México, falta de transparencia, acusaciones de subejercicios y de desvíos de recursos.
Exgobernadores del PRI, premiados como diplomáticos
Nada de lo anterior es extraordinario en el país. Los gobernadores del PRI que han dejado el poder en situaciones similares a las de Oaxaca, no han tenido problemas, incluso, están siendo premiados con cargos en el servicio diplomático. Solo tienen que colaborar para que los candidatos de Morena se alcen con la victoria en los comicios estatales.
Ya el senador morenista César Cravioto invitó a los seis gobernadores de los estados donde habrá elecciones en junio: “Compórtense bien, no metan las manos en el proceso electoral, hagan bien las cosas y tal vez reciban una invitación para que sean embajadores de nuestro país” https://www.youtube.com/watch?v=Lf8esaAUmh8 . Uno ya está de embajador en España, el priista Quirino Ordaz Coopel, quien acaba de dejar la gubernatura de Sinaloa; la también priista Claudia Pavlovich Arellano, exgobernadora de Sonora, es cónsul en Barcelona.
El senador Cravioto defendía el nombramiento como embajador en República Dominicana del exgobernador interino de Campeche, del priista Carlos Miguel Aysa. Bien comportado en el proceso electoral con que llegó ahí a gobernadora Layda Sansores, del partido Morena.
Quirino Ordaz dejó el gobierno de su estado entre escándalos de corrupción, con acusaciones de millonarios desvíos de recursos. El Congreso local, dominado por Morena, pasó por altos esas irregularidades, al tiempo que diversas organizaciones y partidos políticos lo acusaban de haber favorecido a Morena en las elecciones de gobernador. Similar al caso de la exgobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich y del de Campeche.
Murat dueño de la situación, al principio
Al arrancar el proceso electoral 2021-2022 para la renovación de gobiernos en seis estados, el optimismo de Alejandro Murat era notorio al anunciar la disputa de los precandidatos en Oaxaca. Los mismo destapaba a los precandidatos de su partido el PRI, que a los de Morena. La confianza del gobernador era manifiesta. Nadie se atrevía a llamar la atención sobre tal intromisión.
El primer delfín del gobierno estatal en turno fue Raúl Bolaños Cacho Cué, un priista a quien hicieron senador (de primera minoría) por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) con miras a buscar la posibilidad de hacerlo candidato a través de la alianza que sostienen con Morena. El verde es tan intrascendente en Oaxaca que tal cosa quedó lejos, pues tampoco hubo nada en el ámbito nacional que hiciera posible alguna negociación al respecto.
Con el conocimiento de que Morena al menos duplicaba al PRI en la intención del voto rumbo a las elecciones de gobernador, los afanes de los Murat se decantaron por incidir para que ese partido le diera la candidatura a la senadora por Morena, Susana Harp Iturribarría.
Fue abierto el apoyo del gobierno de Oaxaca hacia Harp; el gobernador la hacía lucir en sus giras e inauguración de eventos. En un encuentro de mujeres, y en presencia de la senadora, arengó a favor de ella: “Ya es tiempo de que Oaxaca sea gobernado por una mujer”, dijo. También destacados militantes de Morena, como Flavio Sosa Villavicencio y su gente de COMUNA, viejos aliados de José Murat desde antes de 2006, se sumaron abiertamente en apoyo a Susana Harp, y confrontando a quien a la postre resultaría el candidato, Salomón Jara Cruz, viejo acompañante de Obrador en la fundación de Morena.
Pocas cartas le quedaban a la familia Murat para lograr su objetivo de seguir ejerciendo el poder en la entidad o al menos conservar gran influencia en él, como en tiempos de Gabino Cué Monteagudo. El margen de negociación de estos priistas siempre estuvo acotado por el crecimiento sostenido de Morena-Obrador, y la debilidad cada vez más acentuada del Revolucionario Institucional.
Oaxaca, territorio Peje-Morena
En la elección más reciente, 2021, Morena le sacó una ventaja de más de 21 puntos porcentuales al PRI, sin estar López Obrador en la boleta electoral. En una dinámica que se viene dando desde 2006, cuando López Obrador irrumpe en la contienda nacional por la presidencia, entonces con el PRD.
Desde ese año, Oaxaca se convierte en el llamado “Territorio Peje”. Cuando Obrador aparecía en la boleta electoral ganaba por un gran margen; así sucedió en 2006 y 2012, pero en 2018 dicho margen se incrementó en un 50 por ciento, al lograr una ventaja de 47 por ciento sobre el PRI.
En 2021, sin Obrador en la boleta, la votación disminuyó como era previsible, aunque el 21 por ciento arriba del PRI no deja de ser considerable (Ver cuadro 1).Revista En Marcha 228. http://revistaenmarcha.com.mx/archivo/3282-2021-11-13-04-14-37.html
Esa ventaja fue suficiente para dejar al PRI con solo dos de 11 diputados federales de mayoría relativa, 3 de los 22 diputados locales y sin presidencias municipales grandes. De los 153 municipios del régimen de partidos, 50 municipios los gobierna Morena; 23 sus aliados actuales: PT, PVEM y el local Partido Unidad Popular (PUP).
Los municipios más grandes, en poder de Morena
Las más grandes y medianas alcaldías quedaron en manos de Morena: La capital del estado, Oaxaca de Juárez, Tuxtepec, Juchitán, Salina Cruz, Tehuantepec, Pochutla, San Pedro Mixtepec, Pinotepa Nacional, Matías Romero, Etla, Huatulco, Tapanatepec. Estos municipios poseen la mayor proporción del listado nominal de electores. Con ellos, además, es muy amplia la capacidad de maniobra proselitista.
De los 23 municipios medianos y pequeños ganados por el PRI destaca Jamiltepec, en la Costa; Ejutla y Zimatlán en los Valles y Huajuapan en la Mixteca. Este último ganado por la alianza PRI-PAN. También la alianza PRI-PRD-PAN-PANAL ganó el municipio de Xoxocotlán, ante una división de morenistas. Es muy probable que ahora se reunifiquen.
El PRD, aliado del PRI en esta contienda, tiene 17 presidencias municipales; dos de ellos importantes, San Juan Guichicovi y Loma Bonita. El primero dejó el PRD y se alió a Morena desde diciembre de 2021. Los mismo sucedió en Mitla, donde ganó el PAN, pero la autoridad municipal trabaja con Morena y su candidato desde la segunda semana de mayo.
En total Morena y sus aliados trabajan con unos 75 de los 153 municipios del régimen de partidos políticos. El PRI y PRD con 41 municipios. El PAN con 13 municipios. Los otros se reparten entre los partidos pequeños como PANAL, MC, PES, Fuerza por México y varios son independientes. En los 153 municipios de partidos prácticamente se dirimen las elecciones al poseer alrededor del 70 por ciento de la votación. Los 417 municipios de usos y costumbres, la mayoría muy pequeños.
Las preferencias electorales de Oaxaca
Con el 20 por ciento de ventaja sobre el PRI inició la actual liza electoral rumbo al 5 de junio de 2022, en la cual las diversas encuestan informan que esa brecha se ha abierto más a favor de Morena. Por lo menos dos casas encuestadoras le daban 35 por ciento de ventaja a Morena en la intención del voto: De las Heras Demotecnia y Poligrama. La primera realizada a finales de marzo y la segunda en mayo de 2022.
Cuadro 2 De las Heras
Escenario electoral más probable si la elección fuera en este momento
Morena-PT-Verde-PUP
Salomón Jara 61%
PRI-PRD
Alejandro Avilés 26%
PAN
Natividad Díaz 6%
Convergencia
Alejandra Morlan 5%
Bersahin López 1%
Jesús López Rodríguez 0.7%
Mauricio Cruz Vargas 0.3%
Encuesta de las Heras. Marzo de 2022.
Cuadro 3 Encuesta Poligrama
Si hoy fuera la elección para gobernador de Oaxaca, ¿por cuál de las siguientes personas votaría?
Salomón Jara
Morena-PT-Verde-PUP 51.69%
Alejandro Avilés
PRI-PRD 15.97%
Natividad Díaz
PAN 7.98%
Alejandra García Morlan
Convergencia 5.59%
Bersahin Asael López 2.60%
Otros 3.99%
Encuesta Poligrama mayo de 2022
La de El Financiero del 9 de mayo es más mesurada, aunque también otorga un amplio 17 por ciento de Ventaja a Salomón Jara Cruz, sobre su competidor del PRI-PRD, Alejandro Avilés Álvarez (el Triple A). De pronto sonó Oaxaca como el estado donde el partido Morena tenía la más alta intención del voto de los seis estados donde habrá elecciones: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas.
En la última encuesta de El Financiero, del 31 de mayo, la brecha se ha abierto más: Morena con 56%, en tanto que el PRI, 27%. El riesgo de una alta votación es que el equipo ganador arribe al poder estatal arrogante, sin contrapesos.
Cuadro 4 Encuesta de El Financiero. Oaxaca
Morena-PT-PVEM-PUP
Salomón Jara 47%
PRI-PRD
Alejandro Avilés 30%
PAN
Natividad Díaz 10%
El Financiero. 9 de mayo 2022.
En el cuadro 1 podemos ver el considerable crecimiento de Morena en la preferencia de los ciudadanos, con López Obrador a la cabeza. Con los datos duros, ni sumando los números de sus aliados, le daban posibilidades al PRI de disputar con éxito la contienda.
Además, ahora el panorama era muy diferente a 2016, cuando Alejandro Murat Hinojosa tuvo un escenario muy favorable: además de no estar Obrador en la presidencia, hubo una elección entre tres candidatos fuertes: Alejandro Murat del PRI; José Antonio Estefan Garfias del PRD; y Salomón Jara Cruz, de Morena. Fue clave la participación divisoria del PT con Benjamín Robles Montoya.
Cuadro 5 Elección de gobernador 2016
Murat PRI-VERDE-PANAL 32.03%
Estefan PAN- PRD 24.96
Salomón MORENA 22.81
Robles Montoya PT 10.93
https://www.ieepco.org.mx/prep2016/html/html/index.htm
La incursión de Robles Montoya con el PT, posibilitó el triunfo del PRI. Ese casi 11 por ciento de votos del PT habría hecho ganar a Estefan o a Salomón. Fue evidente que entonces hubo una atenta operación política. Gabino Cué hizo a un lado a Robles Montoya y entregó la candidatura del PAN-PRD a Estefan, con lo que Robles, despechado, se encaminó a perder la elección, pero ayudando al PRI a ganar como entonces le reclamaban que había sido su misión. Hoy, este personaje va con su partido el PT en coalición con el candidato de Morena.
El PRI a su suerte en el proceso electoral 2021-2022
En el actual proceso electoral no hubo esa atenta operación política, siempre a cargo del ya legendario estratega de Polanco, el exgobernador José Murat Casab. No escogieron a quien pudiera ser el mejor candidato del PRI en Oaxaca.
Tampoco tuvo el candidato priista un trabajo previo y profesional, como sí Alejandro Murat, a quien desde dos años antes se le empezó a trabajar su candidatura. Esto último lo declaró en reciente conferencia en la Ciudad de Oaxaca, Gisela Rubash, directora de Consultores y Marketing Político, quien trabajó en esa campaña.
No se buscó con antelación concertar con los partidos aliados al PRI, el PAN y el PRD. No hubo coalición con ellos, solo el PRD se sumó a la candidatura priista ya iniciado el proceso, en una candidatura común. Las alianzas con los partidos no se trabajaron oportunamente en el centro, con las dirigencias nacionales.
Así, el PAN lanzó en Oaxaca su propia candidatura, con la sempiterna dirigente y diputada local plurinominal por ese partido, Antonia Natividad Díaz Jiménez, quien se negó rotundamente a sumarse al priista. Tampoco hubo manejos políticos del PRI para restar votos a sus adversarios, como en 2016 con el PT.
De este abandono de la estrategia electoral priista está bien enterado el candidato Avilés, pues fue el coordinador de la campaña de Alejandro Murat en 2016. Sin embargo, desempeña el papel asignado. De manera que inició su campaña basado en ocurrencias, como ponerse una máscara en el rostro para presentarse como “Luchador del pueblo”, liga Triple A (AAA), con el argumento de las iniciales de su nombre: Alejandro Avilés Álvarez. No le sirvió para ser candidato disruptivo.
Aunque sus gobiernos son del atraso, los Murat manejan elementos modernos para sus procesos electorales. El conocimiento de las estadísticas de las preferencias electorales adversas a ellos, así como el compromiso como Primor que hasta hace unos meses sostenían, y que les ha brindado beneficios, seguramente los condujo a una nueva estrategia: buscar colocar como candidata de Morena a Susana Harp. Ese fue el marco de sus movimientos disuasivos.
Murat “levanta la mano” para ser candidato a presidente
En esos días en que se barajaban las encuestas de Morena para la candidatura, el gobernador, además de la cercanía y apoyo que mostraba hacia la senadora, reforzaba su discurso de adhesión a la 4T, coincidentemente. Fue cuando expresó por primera vez su intención de ser candidato a la presidencia de la república.
Declaró Murat a Loret de Mola el 15 de octubre de 2021 que no rechazaría la invitación al gabinete de la 4T; que no veía mal hacer ahí una “escala”, y consideró la posibilidad de ser candidato a la presidencia de México en 2024.
Mientras el partido Morena seguía con su proceso de encuestas para designar su candidatura, Alejandro Murat ampliaba sus ofrecimientos de apoyo a ese partido. En diciembre de 2021Morena ungió a Salomón Jara, pero inició el pleito en los tribunales electorales con la impugnación de Susana Harp al proceso de selección interna. Morena registró a su candidato en alianza concertada a tiempo con el PT, el PVEM y el local Unidad Popular.
En enero de 2022, el PRI designó candidato a gobernador a Alejandro Avilés, con quien se facilitaba el camino a Morena. Quedaron de lado los aspirantes priistas que punteaban y se veían con mejores posibilidades para disputar la gubernatura: Francisco Ángel Villarreal, Eufrosina Cruz, Francisco García. El primero, como director del Instituto Estatal de Educación, había recorrido el estado. Aun sin ganar, un mejor candidato habría paliado la debacle de ese partido.
En esos días, continuaban las expectativos por la nominación de Susana Harp, con el caso en los tribunales electorales. Los seguidores de la senadora andaban en campaña; había notoria confrontación interna del partido.
Murat anuncia gira con el Modelo Oaxaca y contra el PAN
En la misma sugerente línea, Alejandro Murat anunció en marzo que realizaría giras por todo el país para explicar el Modelo Oaxaca, con el cual logró, según él, que su gobierno fuera exitoso. Más sugerente fue, sin embargo, que dijera a Milenio diario (19 de marzo) que el PAN es “enemigo de Oaxaca y de México”. El 20 de marzo, en el acto realizado en Guelatao, frente al presidente López Obrador, Murat anunció su gira por el país para consolidar —expresó— los ideales de Juárez ante los reaccionarios y la derecha que quieren embestir de nuevo.
Ha llegado la hora de consolidar el ideario juarista y los principios que nos dejó para mantenerlos vivos con la práctica en nuestra vida pública y privada, los enemigos de Juárez son, que quede claro, los enemigos de México, y ante la amenaza no vamos a quedarnos de brazos cruzados.
Del guiño anterior cuando aceptó su inclusión en el gabinete 4T y su posible candidatura, pasó a la casi abierta propuesta de lanzarse a combatir al único partido más sostenidamente crítico del presidente: el PAN. Dejó claro, con esto, que su candidatura sería solo con el PRI, sin la coalición con el PAN. Si el PRI va solo, Va por México se debilita y Morena se fortalece más. Coincidente con el interés de la 4T de disminuir a la alianza opositora.
En declaraciones posteriores, el mexiquense sostuvo ante periodistas que lo entrevistaban que sería en el mes de abril cuando iniciaría esa gira por el país para sostener su “dialogo nacional” y hablar del Modelo Oaxaca. Acaba mayo, cuando culminamos la redacción de este trabajo, y aún no arranca dicha gira. Para entonces, Salomón Jara ya había sido confirmado como candidato por la autoridad electoral y Susana Harp había desaparecido de la escena pública, aunque el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó, finalmente, la reapertura de la impugnación, que sigue un mero trámite burocrático.
Susana Harp nunca apareció en algún mitin de Salomón. Seguramente tampoco estará en el cierre de campaña. Sus otros impulsores, Flavio Sosa y el pequeño grupo de diputados locales morenistas, escindido del grupo dominante de Salomón, volvieron al redil, y anunciaron su apoyo al candidato de su partido.
Si en Oaxaca el PRI difícilmente superaría los números favorables a Morena, en las elecciones presidenciales esto es más remoto. Van por el mismo camino del PRD, quedándose sin gubernaturas, de las que han perdido 13 de 17 que tenía al iniciar este sexenio. Si pierde, como todo indica, Oaxaca e hidalgo en el mes de junio, solo le quedarían dos: Estado de México y Coahuila.
Es decir, no están para apostar a ganar la presidencia de la república, a menos que la idea sea otro tipo de ganancia. Ganancia que podrían obtener al abandonar Va por México y facilitarle un poco más el camino a morena en 2024. El PAN, PRD y otros que pudieran sumarse al grupo opositor, significan muy poco: el poder ya está en otra parte.
Entre tanto, Alejandro Murat seguía con su discurso de lugares comunes: “Abrir la conversación nacional… hacer política no politiquería… la política no es pelea, es diálogo, es acuerdo, es construcción”. El destinatario de tan elemental rebeldía, Andrés Manuel, acusó recibo dándole un espaldarazo a sus pretensiones de candidato en una Conferencia Mañanera.
No pueden entregar la “plaza” porque ya no la tienen
Aunque comunicadores de la Ciudad de México y locales comentan que el gobernador de Oaxaca entregó la plaza a Morena, eso no es exacto. No se puede entregar lo que no se tiene, la marca Morena del presidente es avasallante en la entidad con su 81 por ciento de preferencia. ¿Entregar lo ya perdido? De ahí que el gobernador haya negociado a la baja, sin posibilidad de incidir dentro del partido guinda. Varios puntos se pueden destacar de esa pretendida negociación.
1. Poner candidato débil, de manera improvisada y sin apoyarlo con la estructura gubernamental.
2. No amarrar la alianza con el PAN, partido que aún tenía acá, junto con el PRD, alrededor de un 10 por ciento de preferencia electoral.
3. Ofrecer el posible boicot a Va por México con su candidatura por el PRI a presidente de la república, sin la coalición con el PAN.
4. Denunciar en su pedagógica gira nacional con el Modelo Oaxaca, a los reaccionarios y al PAN como “los enemigos de México”. También enemigos del presidente López Obrador.
Todo esto no sirvió para influir en la candidatura de Morena, aunque sí para reforzar el tranquilo paso del gobernador hacia alguna embajada o cargo, como se hace tradición. No había manera de entregar la plaza, aunque sí de facilitar el arribo del hoy partido hegemónico, a costa del desdibujamiento del Revolucionario Institucional.
Lo anterior coadyuva a la reducción del PRI en todo el país. El próximo año, de perder el Estado de México y Coahuila, el PRI no tendría ninguna gubernatura en su poder, si, como se avizora, pierde ahora Oaxaca e Hidalgo. Quedaría el cascarón o membrete partidista para negociar algo, pero antes Alejandro Alito Moreno, el ex Amlito, tendría que ser finalmente defenestrado como presidente del PRI.
La animadversión contra Alito Moreno es fomentada por él mismo, en el paroxismo de su caída y desprestigio. Amenaza a Alejandro Murat con que sería expulsado del PRI si acepta algún cargo en el gobierno de la 4T. Ya fue expulsado por ese motivo el exgobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz, y está en picota el exgobernador interino de Campeche, Carlos Miguel Aysa.
Cómo sostener una candidatura perdiendo elecciones
Difícilmente podría ser un precandidato fuerte a la presidencia, alguien cuyo partido pierde las elecciones en su estado. Más complicado sería explicar a los mexicanos, en la pospuesta gira con el supuesto exitoso Modelo Oaxaca, cómo se puede tener éxito y perder las elecciones, incluso posiblemente por paliza.
Al presidente Obrador tal idea, por lo visto, no le disgusta. En una reciente conferencia mañanera se refirió a Alejandro Murat como alguien que podría ser un buen candidato del PRI a la presidencia en el 2024.
Por lo pronto, Alejandro Murat ha dejado de hablar de su periplo nacional, de su Modelo Oaxaca y en contra de la derecha enemiga de Oaxaca y de México; por el contrario, inició una pequeña crítica a su gran amigo, el presidente Obrador. En una entrevista con Joaquín López Dóriga: antes de que le preguntaran, criticó la política de odio y polarizante: “con eso no se construye —dijo— porque hay un modelo de polarización en el país”.
De pronto también arrancó en Oaxaca una táctica de intenso manejo de medios, con la que se anuncia profusamente el crecimiento de la campaña del candidato priista. Comunicadores diciendo abiertamente que las preferencias electorales de los dos candidatos se habían emparejado, que caballo que alcanza gana, y difundiendo encuestas rústicas que los ponen en “empate técnico”. Incluso, difunden que el priista Alejandro Avilés podría ganar las elecciones. También surgieron rumores de posibles conflictos poselectorales e impugnaciones.
De última hora, casi al final del proceso electoral, el PRI busca sumar a las filas de su candidatura al PAN, pero la candidata de ese partido, Natividad Díaz, se niega a dimitir a favor del priista, a quien le ha asestada duras críticas, tachándolo de corrupto. Arremetió contra este y contra Salomón Jara en el único debate realizado en la contienda: del primero dijo que vendía las candidaturas del PRI cuando fue su dirigente; y del segundo que desvió recursos del gobierno cuando fue funcionario estatal.
Los otros cuatro candidatos, con sus muy escasas intenciones de voto, carecen hasta de atractivo para que el PRI buscara atraerlos: Alejandra García Morlan, expanista reciente, candidata de Movimiento Ciudadano, autora de la invectiva matona “politicuches”; Bersahín López, del PANAL, un político de lánguido estilo decimonónico; Mauricio Cruz Vargas, candidato independiente indígena, quien ofrece su virtuosa oriundez nativa; Jesús López Rodríguez, candidato independiente registrado como indígena, pero exregidor por el PRD del municipio conurbado a la capital, Santa Lucía del Camino y exdiputado local por el mismo partido. Los dos últimos no alcanzan ni el 1 por ciento en las pocas encuestas donde figuran, lo que sí logra el del PANAL.
“Relanzan” a Avilés para negociar mejor o por la presencia de URO
Dos hipótesis pueden explicar el repentino interés de los jefes priistas en Oaxaca por relanzar mediáticamente, cerca del cierre del proceso proselitista, la campaña de Avilés: la intención de negociar algo más, puesto que lograron poco; o la repentina presencia en el equipo de Salomón Jara, de gente de Ulises Ruiz Ortiz y, por ende, de este mismo exgobernador.
Es notoria la participación en ese equipo de Beatriz Rodríguez Casasnovas, exsecretaria de Turismo del gobierno de Ulises, y muy estrechamente ligada a él. La rivalidad entre ambos exgobernadores de Oaxaca, José Murat y Ulises Ruiz, parece irreconciliable. Rivalidad que se acentuó en aquel fatídico 2006 para Oaxaca, cuando José Murat habría apoyado a la Asamblea Popular de Pueblos de Oaxaca (APPO) para sacar a Ulises del gobierno.
La conocida ascendencia de José Murat en la dirigencia nacional del PRI sirvió para cerrar las puertas del partido a Ulises, mientras con su cogobierno con su hijo Alejandro, desmembró al equipo ulisista cooptando a casi todos con cargos en el gobierno estatal; destaca Eviel Pérez Magaña, delfín y mano derecha de Ruiz quien lo abandonó por la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI y una diputación local para su hija. Lo mismo sucedió con Héctor Pablo Ramírez-Puga y Leyva, colocado en la Comisión Estatal del Agua (CEA). Ulises encumbró a ambos en el gobierno de Peña Nieto, como subsecretario (luego secretario) de Sedesol, al primero, y director nacional de Liconsa, al segundo. En septiembre de 2021 Ulises fue expulsado del PRI por la dirigencia nacional.
A la sazón, Ulises ya estaba casi solo, pero para quienes sostienen que las mujeres suelen ser menos leales, aquí hay un testimonio contrario: Beatriz Rodríguez Casasnovas, de la aristocracia del Valle, no abandonó a su antiguo jefe y favorecedor.
Están por verse los nuevos combates de esta añeja rivalidad entre exgobernadores, donde quien lleva la delantera en las apuestas para ser gobernador de Oaxaca, Salomón, al grito de “El enemigo de mi enemigo es mi amigo”, siente fortalecer sus filas con este personal hasta hace poco ajeno a Morena.
Sin embargo, un peón de Murat logró incluirse en el equipo de Salomón, se trata del juchiteco Samuel Gurrión Matías, quien llegó a la actual legislatura de Oaxaca como plurinominal del PRI, pero ante el pesimista panorama del partido, renunció a este y se acogió al Verde, aliado de Morena, partido con el que ahora anda en campaña.
De lo perdido lo que aparezca
Las aspiraciones presidenciales de Alejandro Murat están ancladas en Oaxaca. Es su punto de apoyo y moneda de cambio. El objetivo de los muratistas no tuvo éxito: incidir en la designación del próximo gobernador de esta entidad, donde han fincado su prosperidad.
La candidatura a la presidencia por el PRI parece cosa perdida. Habrá que ver si ese partido logra sobrevivir a su cadena de derrotas estatales. Frente a tal panorama, se antoja complicado disputar la silla del águila con posibilidades de éxito. De todas maneras, tampoco se puede decir que el PRI haya muerto.
A quienes aún gobiernan Oaxaca, les queda la posibilidad de negociaciones de su plaza con los casi inminentes nuevos dueños de la misma, aunque, además de otras rivalidades, la de Ulises Ruiz pueda ser un escollo.
De cualquier manera, si los otros exgobernadores priistas bien “comportados” han obtenido impunidad y cargo público, el de Oaxaca no tiene porque no correr con la misma buena suerte, eso ya lo tendría en la bolsa. Habrán de preservar el oxímoron de ganar perdiendo, aunque este equipo familiar no se ha caracterizado por conformista.
Con todo esto, el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador consolida sólidamente en Oaxaca, y en los demás estados del sur y sureste del país, la hegemonía de su partido como importante reserva de votos rumbo a la sucesión presidencial de 2024.