
Un traidor, porque traicionó la confianza de quienes votaron por él al no cumplir con las expectativas de mejoría y progreso nacidas de la histórica derrota del PRI en el municipio.
Traidor, porque traicionó a su partido, Convergencia por la Democracia, el que lo llevó a ese lugar privilegiado, donde no termina aún de enriquecerse, y se pasó al PRI.
Y traidor también, porque traicionó sus principios morales, y los religiosos de su secta cristiana al incurrir en la corrupción bien documentada, que lo hace un nuevo rico a costa de mantener a Tehuantepec con pésimos servicios, sin obras y con su centro histórico inmerso en la inmundicia, y con más de ciento cincuenta millones de pesos sin comprobación.
Y traidor también, porque traicionó sus principios morales, y los religiosos de su secta cristiana al incurrir en la corrupción bien documentada, que lo hace un nuevo rico a costa de mantener a Tehuantepec con pésimos servicios, sin obras y con su centro histórico inmerso en la inmundicia, y con más de ciento cincuenta millones de pesos sin comprobación.
Había otros corruptos
Por otro lado, Diego Santos no podría sostener su tren de corrupción solo. Primero lo hizo contando con sus cómplices de Convergencia, entre ellos a Olga Lidia Sánchez Vásquez; síndico de Hacienda; Hipólito Jiménez Domínguez, regidor de Limpia y Miguel Ramón Peregrino Espinosa, regidor de Hacienda (a quien Diego le solapó hace más de un año, presuntamente, un desvió de más de dos millones de pesos que Peregrino perpetró en contubernio con Adad Ramírez, anterior tesorero municipal).
Desde inicios del año, las críticas de los regidores se hicieron cada vez más duras, Sergio Díaz Jiménez, Alfredo Rodas Cartas, Héctor Torres Sánchez, Ana María Sosa Pacheco, Pedro Mijangos Montero, Alberto López Morán, Mauro Mendoza Morales, Manuel Jiménez Morales, Luis Jiménez Martínez y Luis Felipe Celaya, eran los regidores que estaban en desacuerdo con la negativa actitud de Santos Díaz al frente del Ayuntamiento tehuantepecano.
Sin embargo, la falta de escrúpulos, de dignidad y honradez, en algunos de ellos se evidenció pronto.
Hace seis meses, ante la andanada de denuncias por parte del síndico Sergio Díaz Jiménez, del Partido del Trabajo; Alfredo Rodas Cartas, de Acción Nacional, Héctor Torres Sánchez, de Convergencia y Luis Felipe Celaya Guerra, del de la Revolución Democrática, con el apoyo de los regidores priistas, provocó pavor en el edil cristiano.
Por esas fechas se interpusieron, por peculado, dos denuncias penales contra Diegos Santos y quienes señalan como cómplices principales en el saqueo contra el Ayuntamiento: Miguel Ramón Peregrino y Olga Lidia Sánchez, regidor y síndico de Hacienda, respectivamente. La primera radicada en la Subprocuraduría de Justicia en el Istmo (565/TH/2009), y la segunda (PGR/OAX/SC/79/2009), ante la Agencia del Ministerio Público Federal en Salina Cruz.
Ante el peligro inminente de pisar la cárcel, el convergente Diego Santos solicitó una reunión con el presidente del PRI, Jorge Franco Vargas, quien lo atendió a principios de junio en sus oficinas en la ciudad de Oaxaca.
Franco Vargas apoya a Diego
Se ignora sobre qué asuntos trataron, lo que sí es cierto, es que, el apoyo de los regidores del PRI se suspendió, el movimiento opositor hacia Diego Santos perdió fuerza y el presidente se declaró priista (como otros presidentes de oposición que, luego de ser denunciados por desvíos, fueron perdonados al regresar al PRI). Hoy solamente quedan el panista Alfredo Rodas Cartas, el petista Sergio Díaz y el convergente Héctor Torres, firmes contra las corruptelas de Diego.
Al profesor cristiano se le comenzó a ver en actos organizados por el PRI o por Ayuntamientos priistas. La mayoría de seguidores del tricolor ignoraba su presencia (pese a aparecer en el presídium, no se le mencionaba), sin embargo, mustio o con una sonrisilla nerviosa, Diego Santos soportaba estoicamente los desaires.
También se le señaló de entregar recursos para la pasada campaña de la priista Sofía Castro a la diputación federal por ese distrito. “Por eso, quien criticaba tan duramente al Presidente Fox y a los hijos de su esposa, nada dice sobre la corrupción del ‘Hermano’ Diego”, señalan en Tehuantepec, aludiendo a la posición que jugara Sofía en tiempos de Fox, donde también representó al distrito en la Cámara baja.
Por su parte, trascendió que los regidores priistas y otros, habían sido “comprados” por el edil con fuertes cantidades de dinero así como vehículos de lujo, entre otras prebendas, como el regidor de Mercados, Ismael Marcial Hernández a quien el edil le entregó una camioneta Tornado, de la Volswagen, o el taxista Crisóforo Santiago Pérez, regidor de Seguridad, quien mantiene a 18 “aviadores”, la mayoría taxistas, es decir, casi cien mil pesos del erario en desperdicio mensual.
“Regidores vendidos”
Durante la pasada administración también se suscitó un conflicto entre los regidores y su edil, sin embargo, los disidentes llevaron hasta las últimas consecuencias sus denuncias. “Si para que caiga el presidente, nos tenemos que ir todos; pues nos vamos todos”, afirmó en ese tiempo el regidor perredista José Manuel Chiñas. Solamente el regidor de Convergencia, Wilbert Osorio exigió 50 mil pesos por su firma. Ahora, parece que los corruptos se juntaron.
En los últimos días de noviembre, se dio a conocer una lista de de regidores sobre quien ya recaía la sospecha de corrupción, lo cual era obvio para la ciudadanía ya que no secundaban las protestas de Rodas Cartas y de Díaz Jiménez.
Los documentos señalan que Diego Santos y su regidor de Hacienda, Ramón Peregrino, entregaron, de manera ilegal, obras millonarias a varios regidores disidentes, con el fin de que estos aprueben con su firma la desviación de recursos del edil en el ejercicio del año pasado. Las obras pertenecen al programa “Habitat” y su monto es de más de nueve millones de pesos.
Ahí se señala que al famoso regidor de Hacienda, Ramón Peregrino (Convergencia), se le adjudicaron dos obras por más de un millón de pesos cada una.
Asimismo aparece Manuel Jiménez Morales, del PRI, con una obra de un millón 879 mil pesos. Según los regidores disidentes, desde el principio no se contó con este regidor, quien no hace nada e incluso “ni llega al palacio, pues atiende su escuela ‘patito’”; él les dijo desde el año pasado: “cada quien que salve su vida” y se fue a negociar con Diego. Manuel Jiménez, por su adicción a Diego Santos, recibió hace cinco meses una camioneta roja, Chevrolet Siverado, que hacía poco usaba el presidente.
Otro beneficiado es Alberto López Morán, del PRI, con una obra de un millón 989 mil pesos.
Ana María Sosa Pacheco, alias “La China”, también del PRI, del que, dicen sus correligionarios, es una gran activista, “pero para lograr beneficios personales”. En la pasada administración fungió como la primera Oficial Mayor, cargo al que la obligaron a abandonar porque se negó a dejar su trabajo en la notaría de Emmanuel Toledo. “Sólo quería cobrar”, señalan. Ella fue beneficiada con una obra de un millón 568 mil pesos.
Asimismo, a quien era un acérrimo crítico de Santos y fue abanderado del PRD a la presidencia, Luis Felipe Celaya Guerra, regidor de Ecología, se le regaló una obra por un millón 991 mil pesos.
Celaya Guerra, cuestionado por la compañera Soledad Vásquez, subdirectora del semanario “Evidencias”, sobre su presunta corrupción, señaló que pronto daría una conferencia para la prensa en donde aclararía todo. No ha hecho nada.
“Dos regidores cómplices de Diego Santos, que no aparecieron en los documentos referidos, pero que después de darse a conocer exigieron las mismas prebendas a Santos —indica a En Marcha, Alfredo Rodas Cartas—, fueron la síndica hacendaria Olga Lidia Sánchez Vásquez con una obra de un millón 670 mil pesos, y el regidor de Limpia, Hipólito Jiménez Domínguez con una de un millón 780 mil pesos”.
Como se sabe, lo común es que una constructora entregue el diez por ciento del costo de la obra al presidente municipal, de manera, ilegal, claro, pues existen lineamientos para asignar ese tipo de obras, la principal es por concurso.
Al otorgar esas obras a sus críticos, estos recibirían más de 150 mil pesos por la de más bajo costo, hasta casi 200 mil por la más alta. Con esto, señalan los aún disidentes, Diego Santos ya tiene la mayoría de regidores y casi asegurado su no ingreso a la cárcel, y los presuntos corruptos “pasarán muy bien las fiestas de fin de año”.
Por otro lado, Diego Santos no podría sostener su tren de corrupción solo. Primero lo hizo contando con sus cómplices de Convergencia, entre ellos a Olga Lidia Sánchez Vásquez; síndico de Hacienda; Hipólito Jiménez Domínguez, regidor de Limpia y Miguel Ramón Peregrino Espinosa, regidor de Hacienda (a quien Diego le solapó hace más de un año, presuntamente, un desvió de más de dos millones de pesos que Peregrino perpetró en contubernio con Adad Ramírez, anterior tesorero municipal).
Desde inicios del año, las críticas de los regidores se hicieron cada vez más duras, Sergio Díaz Jiménez, Alfredo Rodas Cartas, Héctor Torres Sánchez, Ana María Sosa Pacheco, Pedro Mijangos Montero, Alberto López Morán, Mauro Mendoza Morales, Manuel Jiménez Morales, Luis Jiménez Martínez y Luis Felipe Celaya, eran los regidores que estaban en desacuerdo con la negativa actitud de Santos Díaz al frente del Ayuntamiento tehuantepecano.
Sin embargo, la falta de escrúpulos, de dignidad y honradez, en algunos de ellos se evidenció pronto.
Hace seis meses, ante la andanada de denuncias por parte del síndico Sergio Díaz Jiménez, del Partido del Trabajo; Alfredo Rodas Cartas, de Acción Nacional, Héctor Torres Sánchez, de Convergencia y Luis Felipe Celaya Guerra, del de la Revolución Democrática, con el apoyo de los regidores priistas, provocó pavor en el edil cristiano.
Por esas fechas se interpusieron, por peculado, dos denuncias penales contra Diegos Santos y quienes señalan como cómplices principales en el saqueo contra el Ayuntamiento: Miguel Ramón Peregrino y Olga Lidia Sánchez, regidor y síndico de Hacienda, respectivamente. La primera radicada en la Subprocuraduría de Justicia en el Istmo (565/TH/2009), y la segunda (PGR/OAX/SC/79/2009), ante la Agencia del Ministerio Público Federal en Salina Cruz.
Ante el peligro inminente de pisar la cárcel, el convergente Diego Santos solicitó una reunión con el presidente del PRI, Jorge Franco Vargas, quien lo atendió a principios de junio en sus oficinas en la ciudad de Oaxaca.
Franco Vargas apoya a Diego
Se ignora sobre qué asuntos trataron, lo que sí es cierto, es que, el apoyo de los regidores del PRI se suspendió, el movimiento opositor hacia Diego Santos perdió fuerza y el presidente se declaró priista (como otros presidentes de oposición que, luego de ser denunciados por desvíos, fueron perdonados al regresar al PRI). Hoy solamente quedan el panista Alfredo Rodas Cartas, el petista Sergio Díaz y el convergente Héctor Torres, firmes contra las corruptelas de Diego.
Al profesor cristiano se le comenzó a ver en actos organizados por el PRI o por Ayuntamientos priistas. La mayoría de seguidores del tricolor ignoraba su presencia (pese a aparecer en el presídium, no se le mencionaba), sin embargo, mustio o con una sonrisilla nerviosa, Diego Santos soportaba estoicamente los desaires.
También se le señaló de entregar recursos para la pasada campaña de la priista Sofía Castro a la diputación federal por ese distrito. “Por eso, quien criticaba tan duramente al Presidente Fox y a los hijos de su esposa, nada dice sobre la corrupción del ‘Hermano’ Diego”, señalan en Tehuantepec, aludiendo a la posición que jugara Sofía en tiempos de Fox, donde también representó al distrito en la Cámara baja.
Por su parte, trascendió que los regidores priistas y otros, habían sido “comprados” por el edil con fuertes cantidades de dinero así como vehículos de lujo, entre otras prebendas, como el regidor de Mercados, Ismael Marcial Hernández a quien el edil le entregó una camioneta Tornado, de la Volswagen, o el taxista Crisóforo Santiago Pérez, regidor de Seguridad, quien mantiene a 18 “aviadores”, la mayoría taxistas, es decir, casi cien mil pesos del erario en desperdicio mensual.
“Regidores vendidos”
Durante la pasada administración también se suscitó un conflicto entre los regidores y su edil, sin embargo, los disidentes llevaron hasta las últimas consecuencias sus denuncias. “Si para que caiga el presidente, nos tenemos que ir todos; pues nos vamos todos”, afirmó en ese tiempo el regidor perredista José Manuel Chiñas. Solamente el regidor de Convergencia, Wilbert Osorio exigió 50 mil pesos por su firma. Ahora, parece que los corruptos se juntaron.
En los últimos días de noviembre, se dio a conocer una lista de de regidores sobre quien ya recaía la sospecha de corrupción, lo cual era obvio para la ciudadanía ya que no secundaban las protestas de Rodas Cartas y de Díaz Jiménez.
Los documentos señalan que Diego Santos y su regidor de Hacienda, Ramón Peregrino, entregaron, de manera ilegal, obras millonarias a varios regidores disidentes, con el fin de que estos aprueben con su firma la desviación de recursos del edil en el ejercicio del año pasado. Las obras pertenecen al programa “Habitat” y su monto es de más de nueve millones de pesos.
Ahí se señala que al famoso regidor de Hacienda, Ramón Peregrino (Convergencia), se le adjudicaron dos obras por más de un millón de pesos cada una.
Asimismo aparece Manuel Jiménez Morales, del PRI, con una obra de un millón 879 mil pesos. Según los regidores disidentes, desde el principio no se contó con este regidor, quien no hace nada e incluso “ni llega al palacio, pues atiende su escuela ‘patito’”; él les dijo desde el año pasado: “cada quien que salve su vida” y se fue a negociar con Diego. Manuel Jiménez, por su adicción a Diego Santos, recibió hace cinco meses una camioneta roja, Chevrolet Siverado, que hacía poco usaba el presidente.
Otro beneficiado es Alberto López Morán, del PRI, con una obra de un millón 989 mil pesos.
Ana María Sosa Pacheco, alias “La China”, también del PRI, del que, dicen sus correligionarios, es una gran activista, “pero para lograr beneficios personales”. En la pasada administración fungió como la primera Oficial Mayor, cargo al que la obligaron a abandonar porque se negó a dejar su trabajo en la notaría de Emmanuel Toledo. “Sólo quería cobrar”, señalan. Ella fue beneficiada con una obra de un millón 568 mil pesos.
Asimismo, a quien era un acérrimo crítico de Santos y fue abanderado del PRD a la presidencia, Luis Felipe Celaya Guerra, regidor de Ecología, se le regaló una obra por un millón 991 mil pesos.
Celaya Guerra, cuestionado por la compañera Soledad Vásquez, subdirectora del semanario “Evidencias”, sobre su presunta corrupción, señaló que pronto daría una conferencia para la prensa en donde aclararía todo. No ha hecho nada.
“Dos regidores cómplices de Diego Santos, que no aparecieron en los documentos referidos, pero que después de darse a conocer exigieron las mismas prebendas a Santos —indica a En Marcha, Alfredo Rodas Cartas—, fueron la síndica hacendaria Olga Lidia Sánchez Vásquez con una obra de un millón 670 mil pesos, y el regidor de Limpia, Hipólito Jiménez Domínguez con una de un millón 780 mil pesos”.
Como se sabe, lo común es que una constructora entregue el diez por ciento del costo de la obra al presidente municipal, de manera, ilegal, claro, pues existen lineamientos para asignar ese tipo de obras, la principal es por concurso.
Al otorgar esas obras a sus críticos, estos recibirían más de 150 mil pesos por la de más bajo costo, hasta casi 200 mil por la más alta. Con esto, señalan los aún disidentes, Diego Santos ya tiene la mayoría de regidores y casi asegurado su no ingreso a la cárcel, y los presuntos corruptos “pasarán muy bien las fiestas de fin de año”.
Edil resentido
La actitud de Diego Santos a partir de asumir la presidencia, es muy extraña para algunos que lo conocen, quienes señalan que no fue por el carisma de quien casi ni hizo campaña, lo que lo llevó al triunfo, sino el hartazgo del pueblo por la imposición de candidatos del PRI.
Este hecho no es desconocido por el alcalde tachado de corrupto, quienes lo han escuchado, afirman que Diego sabe perfectamente que la gente que lo llevó al triunfo no votó por él, sino por el cambio.
“Como no votaron por mí, ¿por qué tengo que hacer algo por ellos?”, se pregunta con esa estrechez mental el también profesor de la Sección 22 del magisterio oaxaqueño.
“Algunos traumas pueden provocar, que en lugar de sentirse triunfador, Diego en realidad se sienta un perdedor”, sostiene Argel López Carrillo, analista en psicología.
Agrega: “el saber que llegó de ‘chiripa’, pudo provocarle un rencor contra los ciudadanos del municipio, que se traduce en la imposición de un “castigo”, como permitir problemas con la basura, con la carencia de agua, de energía eléctrica, etcétera, y saqueando las arcas del gobierno, con ello se considera resarcido de lo que considera una humillación que le propinaron los votantes, al no preferirlo por sus valores sino por derrotar a otro”.
Por supuesto que ha demostrado en demasiadas ocasiones que no le importan ni los que votaron ni los que no hicieron. Por ello, se duda de que su mente tenga claridad mental. “Hasta sus tranzas las hace mal”. Dicen los pocos regidores que continúan denunciando sus corruptelas, sin que nadie les haga caso.
Un cristiano extraviado
La inestabilidad del presidente municipal se demuestra, señalan, con algunos actos inéditos en la historia del lugar, como que Diego Santos decida que se realicen actos religiosos de su secta cristiana en la explanada del palacio municipal o que, después de que el 31 de mayo de este año y que el equipo de futbol “Pumas” de la UNAM ganara el título del futbol mexicano, a los pocos días, al “Hermano” Diego se le ocurrió hacerle un homenaje al juchiteco David Toledo, futbolista miembro de los “Pumas”.
Como Vicente Fox (también cuestionado sobre su integridad mental), al incluir la inicial de su apellido al escudo nacional, lo de Santos Días, lo cuestionable del caso, señalan sus críticos, es que Diego exigió que se le hiciera al homenajeado los Honores a la Bandera, lo cual es incorrecto según los cánones del civismo; pero que también podría tener otra lectura (una burla a los símbolos patrios), ya que la religión de Diego no acepta la idolatría a imágenes.
Como se comprenderá, aparte de ferviente seguidor de su doctrina cristiana, Diego Santos también es apasionado del fútbol, a tal grado que se le señaló como dueño de un equipo: el “Tecuani, Fútbol Club”.
Diego, empresario futbolero
Este equipo, incluido en la Tercera División Premier de la Femexfut (un grado antes a la tercera división profesional), usaba un uniforme color naranja, igual al color del partido Convergencia; incluso en su escudo llevaba un águila, de la misma forma que en el logo de ese partido que lo llevó al triunfo.
Los informantes, indican que no cualquiera puede ser dueño de un equipo profesional ya que los gastos son muy fuertes.
En Marcha indagó con los interesados en ese deporte quienes dicen que la franquicia puede costar entre 80 y 100 mil pesos; por arbitrajes mensuales cobran ocho mil pesos; tres balones nuevos por partido: 900 pesos (son cuatro partidos al mes), más el servicio de seguridad, médico, agua, etcétera.
La policía municipal se encargaba de vigilar el orden cuando jugaba el equipo del edil y la ambulancia del Ayuntamiento estaba a su disposición (cuando viajaban a jugar a la cancha del adversario pagaban la ambulancia local en tres mil pesos por partido).
El equipo “Tecuani”, viajaba dos veces al mes para jugar contra otros. Un autobús cobra unos 15 mil pesos por el viaje redondo, además hay que darle de comer a 22 jugadores: tres comidas, unos seis mil diarios (se van cuatro días al mes). Por cierto, los jugadores no recibían remuneración como semi-profesionales.
Es decir, haciendo leves las cuentas, Diego gastaba unos 80 mil pesos al mes en su entretenimiento. Sin embargo, tal vez, por tanta denuncia en su contra o porque era mejor invertir ese dinero en su patrimonio familiar, el edil prescindió del equipo y éste desapareció a mediados de año después de concluir el torneo.
No comprueba más de 150 millones de 2008 y 2009
Los regidores señalan que Diego Santos que no ha justificado los recursos del año pasado. “Lo que no nos explicamos —dicen los concejales—, es por qué se le siguen liberando los recursos a Diego, si no ha comprobado en qué los gastó”. Aseguran: “Diego no ha comprobado casi 150 millones de pesos y no sabemos cómo puede hacerlo y zafarse de esa bronca”. “Bueno, pero como ya compró a los regidores opositores, tal vez ya pueda”, tercia otro concejal.
Alfredo Rodas Cartas, regidor de Cultura; Sergio Díaz Jiménez, Síndico Procurador y Héctor Torres Sánchez, regidor de Obras Públicas, señalan que el edil no ha comprobado 90 millones de pesos por el ejercicio del años pasado, 46 millones de lo que va de este año, más 16 millones del programa “Habitat”, todo eso a pesar de que la Auditoría Superior de la Federación, que dirige Lizbeth Caña Cadeza, hace más de seis meses dio a conocer que el alcalde de Tehuantepec se encuentra entre las autoridades municipales que han cometido irregularidades en la aplicación de sus recursos (antes de que Diego se incorporara al PRI).
El informe de la auditora superior del estado es que, entre las observaciones más frecuentes, destacan manejo de efectivo en caja en demasía, infringiendo la normatividad aplicable; cuentas que aunque debieron ser canceladas continúan activas, gastos de mantenimiento a edificios que no están registrados como patrimonio municipal y obras en proceso cuando
deberían estar concluidas.
”Premiado por el gobierno”
“El dispendio de recursos de Diego Santos debe ser castigado y no premiado por el gobierno del estado, que a toda costa quiere mantener a Diego Santos para utilizarlo a su conveniencia”, dice Sergio Díaz.
“El derroche de los recursos se vio venir desde el inicio de la administración de Diego, pues se le facturaron al Ayuntamiento 70 computadoras laptop y en el palacio no hay una sola máquina portátil, situación que el gobierno estatal consiente porque quizás muchas de esas maquinas fueron entregadas a funcionarios del gobierno de Ulises Ruiz Ortiz” sospecha el concejal petista.
“Entre otras cosas también se encontraron facturas de pago del servicio de televisión sky a nombre del municipio, aunque este servicio no se entrega al Ayuntamiento, o al menos que sea facturado al Ayuntamiento y lo disfruten regidores o el mismo presidente en su domicilio particular”.
Díaz Jiménez comentó que de la dilapidación de los recursos los únicos que han estado denunciando son el regidor de Educación, Alfredo Rodas Cartas del PAN y él, porque los demás concejales son pasivos, se ponen nerviosos cuando les preguntan del caso Tehuantepec, quizás porque son cómplices del saqueo de los recursos económicos del municipio “pero nosotros seguiremos poniendo el dedo en la llaga”, sostiene.
“El dispendio de recursos de Diego Santos debe ser castigado y no premiado por el gobierno del estado, que a toda costa quiere mantener a Diego Santos para utilizarlo a su conveniencia”, dice Sergio Díaz.
“El derroche de los recursos se vio venir desde el inicio de la administración de Diego, pues se le facturaron al Ayuntamiento 70 computadoras laptop y en el palacio no hay una sola máquina portátil, situación que el gobierno estatal consiente porque quizás muchas de esas maquinas fueron entregadas a funcionarios del gobierno de Ulises Ruiz Ortiz” sospecha el concejal petista.
“Entre otras cosas también se encontraron facturas de pago del servicio de televisión sky a nombre del municipio, aunque este servicio no se entrega al Ayuntamiento, o al menos que sea facturado al Ayuntamiento y lo disfruten regidores o el mismo presidente en su domicilio particular”.
Díaz Jiménez comentó que de la dilapidación de los recursos los únicos que han estado denunciando son el regidor de Educación, Alfredo Rodas Cartas del PAN y él, porque los demás concejales son pasivos, se ponen nerviosos cuando les preguntan del caso Tehuantepec, quizás porque son cómplices del saqueo de los recursos económicos del municipio “pero nosotros seguiremos poniendo el dedo en la llaga”, sostiene.