Tuxtepec.- Gustavo Pacheco Villaseñor regresó a presidir el Ayuntamiento de Tuxtepec después de su frustrada intentona como candidato a diputado local por su distrito electoral. “Gustrago”, como es mejor conocido, perdió todo: diputación y presidencia municipal. Jesús Hernández, su delfín, el candidato que logró imponer hasta en contra de la voluntad del candidato a gobernador de su partido el PRI, también fue derrotado.
Terrible contrariedad pues ahora qué cuentas va a entregar el festivo edil, contaba con su delfín para que no hurgara en los presupuestos municipales. Pero, cómo no perder si todo ha sido mal gobierno municipal desde que llegó. Igual que otros ediles, perdió la ecuanimidad y se dedicó a las fiestas del poder. De ahí el mote de Gustrago, pues hasta se convirtió en personaje estelar en la sección
“Borrachos que dan risa” de Youtube.
En Marcha ha dado cuenta periódicamente de los desaciertos y errores de Pacheco. Un desatino nuevo de este político lo tiene en las cámaras de video que compró con recursos municipales y colocó en algunas calles de la municipalidad para, supuestamente, abatir los índices de robo, asaltos, asesinatos, ejecuciones y criminalidad. Todo lo cual no sólo no ha disminuido sino al contrario. 5.5 millones de pesos se anunció como inversión en este programa, lo que ahora vemos sólo fue un gasto infructuoso más del edil. Pero, cuando el erario se maneja de manera patrimonialista lo que importa son los negocios y las comisiones de la compra, no la eficiencia.
A mediados de marzo del año pasado policías federales detuvieron al edil de manera hasta humillante con la intención de desarmar a su escolta, entre quienes, se dijo, había quienes no cuentan con permiso oficial para la portación de armas de fuego. Presumiblemente se trataba de portación de armas de uso restringido.
Un hecho violento más grave ocurrió el viernes 5 de junio del mismo año cuando, según la denuncia penal presentada ante la agencia del ministerio público del primer turno de esta ciudad (número 399-I-2009), la escolta del munícipe abrió fuego de manera indiscriminada, hiriendo a tres indígenas chiapanecos que se manifestaban del lado oaxaqueño, a unos trescientos metros del puente Caracol, limítrofe entre Oaxaca y Veracruz.
Lo paradójico de este caso fue que esos indígenas adscritos al Movimiento Campesino Regional Independiente sólo estaban de paso por la ciudad de Tuxtepec, rumbo a Huautla de Jiménez y de ahí a un congreso en el Distrito Federal donde habrían de denunciar la represión de que los hace objeto otro tiranuelo, éste gobernador de Chiapas, Juan Sabines.
Los excesos de Gustavo Pacheco ha afectado no sólo el erario sino la paz del municipio, todo lo cual sirvió para que no sólo él y su delfín perdieran diputación y presidencia municipal respectivamente, sino hasta coadyuvaran a perder ahí también más votos al candidato a gobernador, este último también ex edil de Tuxtepec. Todos juntos recibieron un inapelable y definitivo voto de castigo.