Macario se llevó su palabra

Eran aún esos días terribles de la polarización política en Juchitán, en que incluso las familias se encontraban partidas en dos: priistas o coceistas. No había espacio para nada más.
Corría el año de 1989 y la COCEI, aún poderosa organización de izquierda, disfrutaba de su último periodo de prestigio y respaldo de la intelectualidad mexicana, pues los nombres de sus líderes todavía eran mencionados con respeto y admiración.
Macario Matus, poeta, escritor, promotor cultural, se encontraba preparando un viaje rumbo al Distrito Federal, para dejar atrás años de compromiso y lucha al lado de su pueblo zapoteca desde su trinchera cultural: la Casa de la Cultura, Lidxi Guendabianni, a la que le dedicó muchos años de trabajo intelectual.
Poemas de esa época dan cuenta de ello y aún en la última etapa de estancia en su querida tierra de los zaes, Macario entregó su esfuerzo, su chispa y su pasión a la política.