Crónica de un despido anunciado
Carlos Altamirano Toledo
Luis Ignacio Velásquez
El 14 de octubre del 2016 el coordinador de Comunicación Social del Gobierno del Estado, Miguel Ángel Muñoz, exhibió al titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE), Carlos Altamirano Toledo, al solicitar a los medios de comunicación que acudieran a una conferencia de prensa donde negaría supuestos desvíos de recursos de la administración de Gabino Cué Monteagudo.
Este hecho puso en evidencia lo que muchos ya sabían, que el famoso órgano autónomo responsable de la fiscalización de los recursos públicos de los tres poderes del Estado y los 570 municipios, era solo un apéndice del titular del Poder Ejecutivo.
En su despacho del bulevar Eduardo Vasconcelos, Altamirano Toledo negó que existiera opacidad en el manejo de 9 mil 71 millones de pesos, que ejerció el gobierno estatal para promover el desarrollo social y humano, aunque nunca ofreció alguna prueba.
Cándido cual colegial
Con un suéter negro de colegial, aseveró que se conocía “perfectamente” en que fueron aplicados esos recursos y de los cuales, alrededor de 6 mil millones de pesos se gastaron en la nómina del sistema educativo estatal, que incluye los niveles básico, media superior y superior. Dinero esfumado.