Humor oaxaqueño
Por BRUNO MORENO
No hay descanso
Un joven gobernador tomó un descanso nada menos que en las paradisíacas playas de Tuyehulaco. Luego de sus ejercicios matinales, de correr 50 kilómetros y levantar 400 kilogramos de pesas, tomó un frugal desayuno junto a su esposa. Después se reunió con sus “apestosos favoritos” de la región, como llamaba a los presidentes municipales de su partido. Dio un gran discurso, a decir de sus subordinados.
Fue a comer con el chef más capacitado de la comarca, quien le preparó la clásica sopa de mariscos a la parabrisas.
Firmó autógrafos y generoso se tomó selfies hasta con los meseros. Finalmente se tendió satisfecho en un fino camastro sobre la arena.
Un despistado, nunca faltan, al pasar por ahí le preguntó:
—¿Qué hace ahí tan solo, señor gobernador?
—Aquí nomás, robándole unos rayos al sol.
—Caray señor, ¿qué usted nunca se cansa?