COLUMNAS >> Humor Oaxaqueño
Excepcional Universidad “patito”
Por BRUNO MORENO
En una de las mejores Universidades “patito” de los Valles Cruciales, proveedora de los patísimos profesionales de la comarca y sus alrededores, una profesora emérita advertía a sus alumnos sobre el inminente examen final.
—Sin excusa ni pretexto, este último examen lo realizarán todos, el día señalado. Excepto por causas de verdadera fuerza mayor: accidente o muerte de algún pariente cercano.
El gracioso que nunca falta en el salón, de inmediato vio la oportunidad de lucirse y molestar.
—¿Se puede considerar de fuerza mayor el agotamiento extremo por intensa actividad sexual?
Todos los alumnos prorrumpieron en carcajadas. La maestra esperó a que el salón volviera a la calma, su respuesta fue de una auténtica emérita de la mejor Uni “patito”.
—Por supuesto que eso no es excepcional, y por lo tanto no sería válido. Usted podría responder el examen con la otra mano, o de pie si es que no puede sentarse.
Humor Oaxaqueño
Por BRUNO MORENO
Aborto en usos y costumbres
Legislación de usos y costumbres establece que pueden abortar las mujeres que quieran hacerlo. Las muchachas de hasta 20 años sin ninguna penalización. No así las de 25 a 30, quienes recibirán 12 cachetadas por haber incurrido en esa situación siendo ya mujeres grandes. De donde se deduce que son irresponsables o distraídas, en cualquiera de los dos casos la Asamblea General del pueblo establece que esa penalización podría ayudar a despabilarlas.
Por otro lado, la Asamblea del pueblo originario San Baltasar El Chiquito, estableció por mayoría de votos, con la sabiduría diez veces milenaria de tatamandones y caracterizados, que en caso de localizarse al varón preñador, no menos irresponsable o distraído, se le hará la circuncisión y vasectomía al mismo tiempo. Lo primero sin anestesia.
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Por BRUNO MORENO
El Señor y la reata
Marieta Castro Ugartechía, morena costeña de contornos prominentes, lavaba ropa en el río. Acalorada, tallaba con enfado, lejos de la conversación de otras mujeres. De pronto se acercaron unas personas ridículamente vestidas, con traje y corbata los hombres y vestido largo las mujeres. Saludaron muy gentiles e iniciaron sus letanías.
—Mujer, ¿conoces la biblia?
— Sí, respondió sin levantar la cara.
— A ver, ¿cómo se llama Dios?, preguntaron.
— Pues Dios.
— Mujer, le dijeron, se llama Yavé.
— Marieta dejó de tallar, enjuagó la prenda, respiró hondo y los miró con sus grandes ojos negros.
Los evangelizadores pensaron que sus palabras habían tocado su corazón, ya la hacían ayudándoles a fundar su templo en el pueblito, para orar a gritos y recibir el riguroso diezmo. Aparte, era muy guapa.
—¿Yavé?, ¡y quién hijo de la riata le cambió el nombre a Dios!
¿Qué es derecho?
En la benemérita Escuela de Derecho de la Universidad Patito de San Nicolás de los Cúes Oaxaca, misma que figuraba entre las 100 mejores Universidades e Instituciones de Educación Superior más Patitos del País, un día sucedió este trascendental hecho.
El profesor Francisco Charrasqueado daba su acostumbrada clase en esa Escuela tres veces benemérita. Llegó como lo hacía a menudo, beodo y sucio. Realmente las horas-clase se las había conseguido el patriarca y cacique de la Uni por sus méritos como jefe de porros violentos y malditos.
Al parecer ese gran día llegó más borracho que de costumbre. Un alumno, de esos impertinentes y preguntones, le inquirió:
—Maestro, ¿qué es Derecho?
—Derecho es sin agua y sin hielos, solito el trago.
—Prorrumpieron en aplausos y sacaron el solitario pomo los inminentes licenciados .
HUMOR OAXAQUEÑO
Por BRUNO MORENO
Eso de pedir fiado
Estaba doña Vicenta echando tortillas en su horno cuando escuchó el anuncio de que en el domicilio de doña Chana tenían a la venta ricos tamalitos de elote, de olla y de horno. Se dirigió a sus tres hijas, que estaban cada una con sus teléfonos celulares tomándose fotos.
—A ver quién de ustedes va con doña Chana a pedir fiado 100 pesos de tamalito de elote de horno para que cenemos, mañana paso a pagarle.
Ninguna le hizo caso.
— Bueno, ¿qué no me oyeron, pues?
—Yo no ma’, me da mucha pena pedir fiado, musitó Ocre, la mayor.
—Ma’ que vayan ellas yo ya barrí el patio, dijo Chipa, la menor.
—Pues yo ya lavé ropa, respondió Pepa.
El sueño de cualquier vulgar mortal
Por Roberto Añorve
A mi tocayo
Estaba sola en la mesa. Lucía el encanto de la madurez en ciernes. Él pensó: La mujer de mis sueños. Ella lo miró y sonrío provocativa, era bellísima: rubia, blanca, alta y carnosa.
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