PTEO, regresión histórica a un Oaxaca comunal
Propuesta de la Sección 22, débil base de su Ley Educativa
Cuauhtémoc Blas López
En la crónica del Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca (PTEO) de la Sección 22 cabeza de la CNTE, con que se oponen a las reformas educativas federales, se podría también escribir: “Este es un libro acerca de unos campesinos (maestros) que no querían cambiar y que, por eso mismo, hicieron una revolución”. Como dijo Womack de los campesinos de 1910.
La imagen que en 1980 describió a los maestros oaxaqueños en sus primeras incursiones de protesta al DF fue que más que maestros parecían campesinos empobrecidos. Hoy después de tantas movilizaciones ya no parecen pobres. Pobre es la calidad de la educación que imparten.
Precisamente esta es la argumentación esencial de los maestros de la Sección 22 del SNTE, su visión rural, campesina, comunal, multicultural (multirracial, Sartoris dixit). Léase indígena, pues con el concepto multicultural se refieren a los 15 grupos étnicos de Oaxaca.
Lo que en su documento insignia, el PTEO, esgrimen como pretendido manifiesto de avanzada una educación con base en la “comunalidad” es precisamente su debilidad, pues ni cualitativa ni cuantitativamente se sostienen. La presentación del sustento de su desacuerdo surge de la revelación de conocimientos de los redactores de su Plan que no es plan, que es más bien un manifiesto (como dice Joel Hernández) más que de la revisión del estado del arte, de una introducción sostenida con antecedentes y teorías de la educación. Para que querrían la teoría y academia si tienen lo que llaman “Saberes populares”. A saber.
PTEO, debilidad cualitativa
“…el PTEO, es un conjunto de conocimientos y saberes populares y/o comunitarios que se encuentran establecidos y a la vez en refutación por reglas y normas que limitan y capacitan a identidades determinadas, construidas históricamente y organizadas socialmente.” (Pág. 5 http://www.seccion22.org.mx/wp-content/uploads/2013/11/CuadernilloPTEO.pdf. En lo sucesivo los números de páginas citadas corresponden a este documento).
Repiten hasta el cansancio su bondad comunitaria, añoran al Oaxaca autonomista de la vieja historia cuando el estado declaraba su independencia, ahora sería una autonomía sui generis pues esperan sostenerla con recursos federales; se nota en la diferente redacción de quienes juntaron sus escritos para lograr este singular documento su intención de mostrar a Oaxaca como una entidad fuera de serie, una ínsula de especialísima índole como para que todos los demás estados de la república comprendan que deben seguirla sosteniendo con sus impuestos, que el 97 por ciento del total de los recursos del estado que provienen de la federación se le siga entregando; sobre todo que la SEP provea siempre de los 13 mil millones de pesos que se destina acá al gasto educativo, sin que revise o se entere de la suerte de esos recursos, administrados ad perpetuam por un IEEPO dominado por profesores-sindicalistas-funcionarios nombrados por la Sección 22, excepto, hasta ahora, el director general que nombra el gobernador. Privilegio que les han otorgado y cuenta en la responsabilidad de los gobiernos desde 1992, con lo cual cada administración sexenal comparte con ellos la administración de esos cuantiosos recursos. En una suerte de cómplices-adversarios. Binomio que en el presente sexenio estatal casi ha perdido lo segundo al mostrar este gobierno una abierta subordinación a la gremial.
Sin más sostén que sus “saberes” inéditos y algunos libros como la pedagogía de Paulo Freire y teoría de la educación de Adriana Puigross de los años 70 del siglo pasado, no dejan lugar para la crítica (menos para la autocrítica). ¿Cómo discutir este saber nuevo?, que proponen, además, como referente para la educación nacional, “El PTEO, un referente hacia la ruta educativa de México”. (Pág. 32). Quizá en esto se apoyen las brigadas que la S 22 envía hoy a otros estados de la república a promover el descontento contra las reformas educativas y hacer crecer a la CNTE.
“Enfoque comunitario crítico. Este enfoque tiene como eje central la recuperación y articulación de los saberes comunitarios, para construir los currículos escolares que den sentido y significado al proceso formativo de los niños, jóvenes y adultos del estado. (Pág. 22). Y con este mismo argumento se oponen a ser evaluados bajo las nuevas disposiciones adoptadas, ante lo cual proponen:
“Generar una cultura de evaluación a partir de las características sociales y culturales de los pueblos de Oaxaca”. (Pág.10)
Comunalismo, justifica violencia étnica
Puestos a incluir todo en el “comunalismo” justifican con eso hasta la violencia entre los rezagados pueblos de Oaxaca permanentemente en pleitos agrarios. Nutridos por un libro propagandístico del comunalismo de Jaime Luna donde todo es defensa y exaltación de lo indígena cual si fuera el paraíso de la convivencia humana, Comunalidad y desarrollo. Dicen:
“El territorio es uno de los aspectos fundamentales para la comunidades ocasiones (sic) por disputas territoriales que el avance de los pueblos se ha frenado y costado el derramamiento de sangre; sin embargo, debemos considerar que esto tiene su razón de ser ya que el territorio es la base principal para que exista la comunidad, es la tierra la que provee todo desde el espacio donde se edifica la casa hasta la alimentación y el entorno natural, en otras palabras ´...la propiedad comunal es el resultado de procesos sociales de resistencia, de construcción, de elaboración colectiva.
La tierra es de todos, también su defensa. Se respeta el uso familiar, pero se comparte lo comunal. (Martínez Luna, Jaime. 2003)”. (pp.12 y 13).
Es insólita esta propuesta del magisterio oaxaqueño de hacer su “transformación” educativa con recursos del pasado. Aunque Oaxaca no ha evolucionado con la dinámica de otras poblaciones del país que han transitado de rurales a urbanas rápidamente, ese fenómeno también se ha dado aquí. Nunca mencionan las nuevas herramientas del conocimiento, la computación, la informática, el internet. Eso no va con la revolución comunal.
Tampoco aluden al conocimiento científico y tecnológico. Margarita Nolasco en su ensayo El indio no es un problema racial sostiene “que el indio vive en una situación colonial, de la que debe salir mediante algunos cambios: la incorporación de tecnologías avanzadas y una ideología de la producción, para que ´la lengua y la cultura no sean mecanismos que conserven la situación colonial sino fuerzas sociales que ayuden a romperlas´”. (Oaxaca, textos de su historia, pp. 27-29)
Debilidad cuantitativa
Si lo anterior señala la debilidad de los argumentos de la S 22-gobierno del estado en términos cualitativos, los cuantitativos no son menos. En el resumen del PTEO presentado por la S 22 y gobierno de Oaxaca en enero de 2012 para justificar su oposición a hacer cambios en la educación, francamente falseaban los datos poblacionales, decían:
“Oaxaca, con dos millones de hablantes de lengua indígena, donde una vasta composición étnica pinta el mosaico geográfico de una grandeza sociocultural” sic). Pero la fuente de esos 2 millones de indígenas en Oaxaca no era el INEGI sino el portal de datos.cipaz.org que al buscarlo en internet no aparece. (Ver resumen del PETEO, enero 2012: http://revistaenmarcha.com.mx/images/varias/pteo.pdf)
En el resumen más reciente del PTEO de noviembre de 2013 (el original consta ¡De unas 1 mil 800 cuartillas!) ya usan los datos de INEGI, de 1 millón 165 mil 186 habitantes indígenas pero sin mencionar la proporción de este número de población, ni el total estatal de 3 millones 405 mil 990 habitantes de Oaxaca según el censo de 2010. No son, pues, 2 millones de indígenas en el estado, ni siquiera la mitad de la población sino el 34 por ciento del total.
Si las dos terceras partes de la entidad no se inscribe en la comunalidad o multiculturalidad indigenista en que tendenciosamente se quiere situar a todo el estado, otro dato duro de INEGI debilita más esa postura: “De cada 100 personas que declararon hablar alguna lengua indígena, (sólo) 14 no hablan español”. (http://cuentame.inegi.gob.mx/monografias/informacion/oax/poblacion/diversidad.aspx?tema=me&e=20)
Un estudio llamado Censo de lenguas publicado en 2004 por el IEEPO concluye que sólo el 0.86 por ciento de los niños de primaria “son monolingües en lengua indígena”. Es una minoría aunque sin duda requieren un trato adecuado a sus singularidades.
Entonces y las más de dos terceras partes de la población, las ciudades grandes y medias donde habita la mayoría de oaxaqueños, ¿quién hará un Plan para ellas? Quedará desatendida o tendrá que volverse comunal, echando sus pasos hacia atrás, hacia un pasado que, incluso, ni siquiera sus ancestros vivieron: Oaxaca de Juárez, Tuxtepec, Salina Cruz, Huajuapan, Matías Romero
La 22 y Cué, uno solo
“El PTEO es una propuesta educativa construida por el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (gobierno del estado) y la Sección XXII del SNTE”. Anuncian en la página 8 del resumen más reciente del Plan. Asimismo, el gobierno de Gabino Cué asume la corresponsabilidad con la Sección sindical en la realización de los 30 “Foros de Consulta Sectorial” para reformar la Ley Estatal de Educación Pública. Incluso en esta última actividad se sumó la LXII Legislatura del Congreso local.
Todos asumieron claramente su desacuerdo con las reformas a la Ley General de Educación que no armonizaron acá con las leyes estatales en el plazo legislado (seis meses) por lo que el gobierno federal sometió a los poderes de Oaxaca a una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
De acuerdo a las políticas públicas en materia de derechos indígenas de Oaxaca, nada más natural que la unión de estos tres poderes, dos de jure y uno de facto. La demagogia indigenista cobró fuerza en Oaxaca precisamente desde los años 90 del siglo pasado con el gobernador Heladio Ramírez López, cuando se creó el IEEPO (1992) y el ex mandatario les entregó ahí altos cargos y fortaleció así a la Sección 22, que pasó a ser sindicato y patrón.
Indigenismo el subterfugio
Una gran burocracia estatal (Secretaría y Procuraduría Indígenas), escuelas especiales, centros de investigación, ONG´s indigenistas hay en Oaxaca. Se han creado las leyes indígenas más vanguardistas del país sin utilidad, pues ningún caso jurídico se ha resuelto con ellas y la pobreza y emigración de esas comunidades persiste. La Ley de Derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas de Oaxaca es simplemente supletoria. Y se siguen obsequiando leyes como la del inminente reconocimiento de los Pueblos afromexicanos de Oaxaca. Pero no hay inversión para empleos productivos. Es más barato reconocer “diversidades” y hacer leyes que invertir en mejorar lo esencial, la economía de los pobres. La simulación como política pública.
Uno de los mitos que sostienen estas posturas comunalistas y multiculturales es que esos pueblos poseen “saberes” y formas de vida moralmente superiores. Cómo sería esto posible con las condiciones de miseria en que viven; su descomposición social por una emigración que ya es diáspora; las luchas fratricidas entre pueblos por la tierra; la sujeción y hasta venta de sus mujeres en muchas comunidades; la mayor violación de los derechos humanos; los cacicazgos que ahí perduran; los desacuerdos políticos y la violencia pos electoral que en esa tercera parte de la población, la indígena de usos y costumbres supera a la de las otras dos terceras partes, la que no es indígena. (Oaxaca, ínsula de rezagos, pp. 98-100 y 112-115 http://revistaenmarcha.com.mx/component/flippingbook/?book_id=3)
Hay, sin duda, elementos de organización social valiosos en esos pueblos, pero defender a ultranza sus tradiciones y usos y costumbres orales (ahora llamados Sistemas Normativos Internos) es condenar a esas comunidades al atraso, a sobrevivir en una dinámica regida por anquilosadas instituciones creadas para la sujeción por la Iglesia durante la Colonia, que tienen a esas poblaciones en conflicto permanente y hasta en manos de caciques o nuevos grupos de poder.
Y con estas muy endebles bases la S22 construye su Ley Educativa Estatal. Este es el fondo del argumento que los líderes del magisterio de la CNTE esgrimen desde Oaxaca; lo que hallaron a la mano para tener con qué oponerse a cambios y reformas; el subterfugio para defender sus privilegios y grandes negocios con el tráfico de plazas y los presupuestos educativos que ya están a la luz.
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