.- ¿Con qué caballeros?
Cuauhtémoc Blas
Es bueno que los partidos morralla, los pequeños, esa chiquillada que ha medrado con el dinero de los procesos electorales se hayan ido, ojalá no vuelvan. Pero tampoco es bueno que desaparezcan las opciones políticas, digamos que tradicionales de este país. En toda nación que se respete debe haber partidos de derecha e izquierda, y acaso de centro. Es preciso ese sistema de contraste de ideologías y posiciones.
No es bueno que exista partido único, nada bueno para el avance de la democracia. Aunque, como decía Sartori, definir la democracia no es fácil. Es una palabra –dice- que se usa en largos discursos, concepto lleno de trampas. Pero sin duda, no puede existir hoy sin un sistema de partidos políticos. De ahí, lo poco sostenible de las candidaturas independientes, misma que fue colocada en su justa dimensión. Cualquier locuaz como “El Bronco” puede entrar con trampa y sin seso como independiente a estorbar.
Es impresionante la lección ciudadana del pasado domingo, para quienes decían que no había que votar con coraje, la gente les dejó claro que no sólo se puede votar así con toda justicia, sino, además, poner a cada quien en su lugar. Se hizo a un lado a los partidos morralla, aunque aún queda el PT; se disminuyó hasta la agonía al corrompido partido de los “Chuchos”, el PRD; el PRI recibió en revés más fuerte de su historia, está en veremos su sobrevivencia.