.- Creación del ganador Efecto Peje y sus beneficiarios
Cuauhtémoc Blas
Una y otra vez se quiere ubicar a el candidato de Morena como el de más bajo perfil, que sorprende a la ignara mayoría. Pero estamos ante un producto-candidato elaborado con la más sofisticada comunicación política y manejo de imagen. Que lleva ventaja porque tiene 12 años de campaña, es verdad. Pero si, como dicen los clásicos, un proceso electoral es eminentemente un proceso de comunicación, gana quien mejor se comunica.
El candidato de Morena no sólo cumple con los imperativos de la mercadotecnia política, sino hasta con elementos didácticos de Ciencias Políticas. Uno de los últimos clásicos que habló del Príncipe Moderno, el Partido, Antonio Gramsci, estableció que no puede haber un movimiento político sin su propio medio de comunicación. Y el único que atendió eso fue Obrador con su periódico Regeneración que ha circulado profusamente en todos los rincones del país, y con su SDP, que en internet y redes sociales defiende su causa con no menos eficiencia.
Eficaz mercadotecnia de AMLO
Otro clásico nos dice que la guerra se gana con la fuerza, las elecciones con el mensaje. El mensaje político del tabasqueño es contundente, recoge con precisión la demanda más sentida de los ciudadanos, el hartazgo por la corrupción y el engaño a las mayorías. Casas blancas; reforma energética y aumento de gasolinas, por citar sólo un par: “No robar, no mentir, no traicionar al pueblo”. Mensaje que va directo, letal contra el adversario político.